miércoles, 26 de septiembre de 2012

La Ilusión del Pacifismo





Por Fernando Trujillo



“El pacifismo del siglo liberal ha de ser superado si queremos seguir viviendo.” - Oswald Spengler

Dentro de las sociedades crepusculares de Occidente contaminadas por los virus del humanismo y el pacifismo la guerra es vista desde el punto de vista material-económico como pura barbarie sin sentido y la cual debe ser evitada en pro de un estado vegetativo al que los pacifistas llaman con eufemismo “paz”, para los pueblos tradicionales la guerra era una forma de superar lo humano trascendiendo a un estado superior, es en el campo de batalla donde el hombre rompe con la rutina burguesa descubriendo (y liberando) al héroe que lleva dentro.

El heroísmo de un pueblo compensa la crudeza y horror de la guerra. Los pacifistas llaman a la guerra genocidio, el verdadero genocidio es dejar que los jóvenes se consuman en drogas y viendo por televisión los bailoteos grotescos de Michael Jackson, genocidio es asesinar la sensibilidad de los niños en las escuelas, ese es el verdadero genocidio que sucede ante nuestros ojos y nadie protesta o hace algo.

Hay que decirlo aunque sea un golpe para los discípulos de Gandhi, la historia del mundo ha sido movida por las guerras. Se podría decir que la historia del hombre es la historia de la guerra, la guerra es rejuvenecimiento constante, rompe con el aletargamiento de la paz y despierta la naturaleza viril e indomable del hombre. Los hippies no escriben la historia con sus lágrimas, la historia la escriben con sangre los guerreros.

Las lágrimas se evaporan, la sangre perdura. El pacifismo ha oscurecido la civilización con la monserga hippie de “amor y paz” tan repetida hasta el cansancio por políticos, actorcillos y pacifistas llorones de pacotilla. El único logro que ha tenido la doctrina pacifista es en haber inculcado la cobardía en generaciones enteras desde la nefasta época de la “revolución de las flores” que a las juventudes de ahora y al Sistema democrático tanto idolatran.

En este Occidente envejecido los hombres han perdido todo coraje, el fuego de la virilidad se ha apagado, los hombres viven por puro principio el placer; comer comida rápida, conducir autos de lujo, placeres sensuales, escuchar la música de moda y mirar el futbol en televisión.

Se ha convertido al hombre en un borrego hedonista sin un sentido de trascendencia y heroísmo acostumbrado al Happy End del cine, las nuevas generaciones nacen envejecidas en este mundo que permanece dormido bajo el sueño progresista de paz y confort. El hombre moderno quiere vivir más años aunque su vida carezca de sentido, la longevidad es la obsesión de hombres y mujeres y esa obsesión pasa a los niños. Crecer, reproducirse y morir sin pena ni gloria es la vida que quiere tener el hombre del mundo moderno, sin aspiraciones ni espíritu.

Hombres y mujeres incómodos con la vida cómoda y con una cosmovisión superior al hombre promedio como lo fueron Alejandro Magno, el emperador Juliano, Juana de Arco, Hypatia de Alejandría, Cornelio Codreanu, Robert Howard y muchos otros que pudiera citar murieron jóvenes pero con sus hechos habían escrito su nombre en la historia y conquistado la inmortalidad, hombres que combatieron en distintos planos de la vida y habían superado la condición de lo meramente humano. ¿Cuántos hombres valientes muertos en las trincheras?

¿Cuántos intelectuales visionarios castrados por una sociedad insensible? Una raza de héroes que ya no existe dentro del reino de la cantidad. ¿Qué puede decir de ellos un hombre prepotente en su auto último modelo? Nada porque los hombrecillos afeminados de esta época no saben nada de combatir o conquistar la inmortalidad, solo saben de vivir para consumirse en su propia idiotez escuchando el mensaje pacifista de John Lennon en una grabadora. La humanidad crece en número pero la calidad de los hombres disminuye a una velocidad alarmante, el mundo está sobre poblado de pseudohombres afeminados y pusilánimes aficionados a los medicamentos para remediar el estrés de la vida diaria. La guerra a este respecto es higiene, limpia al mundo de la mayoría de cobardes permitiendo que los mejores sobrevivan para forjar un nuevo mundo.

Todo esto forma parte del espíritu de la burguesía, el burgués es un espíritu cobarde, un ser débil que teme a todo lo que no está dentro de su pequeño mundo de lo económico, eso a lo que el burgués teme es al mundo de lo sapiencial y lo heroico, ese mundo oculto de las Elites, la Belleza, de la poesía vigorosa, del espíritu del sacrificio, de la Gnosis y del Hombre Superior. El burgués ignora o se burla de ese mundo por qué no puede entender todo lo que sobrepase los límites de su visión materialista. El burgués no se entrega a una causa ni a un ideal superior, el único ideal para vivir que posee es el de tener lo mejor, tener más dinero, tener un auto nuevo, tener lo mejor para sí mismo, así el burgués prefiere que las mayorías gobiernen por él mientras tenga una nueva televisión todo estará bien.

La burguesía es una raza de cobardes que son mayoría en Occidente, seres asustadizos de espiritualidad débil, seres intrascendentes y patéticos sin fuerza, ni valor, una generación muerta desde que nació. Mientras Occidente se pudre en el conformismo, en Oriente el islam une a los pueblos árabes y africanos, los niños se contagian del fundamentalismo islámico uniéndose a la guerra santa con sus padres y hermanos, en China y Corea del Norte el maoísmo unifica a esos pueblos bajo una identidad fuerte y vigorosa. Occidente produce burgueses en número, Oriente produce guerreros en número.

Hoy Occidente es esclavo de la televisión, mañana será esclavo de Oriente. En la guerra siempre combaten dos bandos antagónicos, no importa cuanto sea el número de contendientes al final se reduce a dos bandos cada uno defendiendo su cosmovisión del mundo.

De un lado se encuentra el Occidente aristocrático, viril e hiperbórea, el mundo de los emperadores, los legionarios y los patricios. Del otro lado está el Occidente plebeyo y femenino de los banqueros, pacifistas y los hombres-maquinas. El imperio del trabajador contra el imperio del dólar. Dos concepciones enfrentadas a lo largo de siglos de historia bajo distintos nombres y dos maneras de ver la guerra.

Mientras que para el Occidente heroico del estado aristocrático la guerra tiene un sentido sacro, en el Occidente plebeyo regido por el Tercer Estado el guerrero se convierte en soldado y la guerra es ejercida con motivos económicos y materiales perdiendo su sentido sagrado y siendo guiada por un grupo de plutócratas con el fin de enriquecer sus bolsillos. Luchar y vencer pero no luchar para enriquecer a un grupo de plutócratas petroleros si no por defender una patria, una familia y luchar para superar la condición humana.

Arrojemos las pancartas a la basura y tomemos la espada de nuestros antepasados. Los imperios fueron creados bajo el fuego de la guerra no por medio de una estúpida canción de protesta. Si queremos sobrevivir es hora de dejar el pacifismo burgués, Occidente se está extinguiendo ¡Salvémoslo! Que el espíritu de Gandhi y Lennon muera de una vez y que el espíritu de los espartanos, romanos, vikingos y aztecas vuelva para el nacimiento de una nueva raza heroica.



¿Hay un Capitalismo diferente?





Por Eduardo Anguita

Cuatro años atrás, exactamente el 15 de septiembre de 2008, los periódicos de todo el mundo daban cuenta de la quiebra de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión de Estados Unidos. Llevaba un siglo y medio de actividad ininterrumpida pero la cantidad de "activos tóxicos" –ni más ni menos que títulos hipotecarios– que no podía respaldar llevó a los ejecutivos de esa entidad financiera a la drástica decisión. De no haber existido la "liberalización" para convertir una hipoteca en un activo bursátil jamás se hubiera llegado a eso. Los bancos concedieron las llamadas hipotecas subprime a tomadores de créditos que debían pagar intereses más altos y tomaban casi el 85% del total del costo de bienes inmuebles sobrevaluados. 

Por entonces, George Bush terminaba ocho años de gobierno que incluyeron la invasión a Afganistán y a Irak. Barack Obama era el símbolo de la esperanza, al punto que ganaba tiempo después el Nobel de la Paz. Pasados cuatro años, el retiro de las tropas de Irak dejó un panorama aterrador, con un país devastado y no menos de 300 mil víctimas provocadas por el ejército de ocupación y las tropas mercenarias de múltiples orígenes contratadas por los invasores. 

En cuanto a Afganistán, Estados Unidos logró la complicidad de varios países europeos. En cuanto a Lehman Brothers, fue el británico Barclays quien adquirió los negocios del gigante financiero. Eso sí, hace dos meses, el presidente del Barclays tuvo que renunciar y presentarse al día siguiente en el Parlamento británico para dar cuenta de la manipulación de la tasa interbancaria Libor a favor de sus propios negocios.

 Algo olía mal, no sólo en la Cámara de los Comunes sino en toda Europa, respecto de cómo banqueros y gobernantes decidían encarar el ajuste respecto de la situación de los centros de poder capitalista, tanto en las oficinas políticas de los poderes públicos como en las oficinas privadas de las multinacionales financieras. Unas y otras tan íntima y públicamente ligadas a partir del nombramiento de ejecutivos de Goldman Sachs al frente del Banco Central Europeo (Mario Draghi), el presidente del Consejo de Ministros de Italia (Mario Monti) y el Ministerio de Economía de España (Luis de Guindos), entre otros. Debería agregarse en la lista a Lucas Papademos, quien fue primer ministro de Grecia hasta mayo pasado y negoció con la banca internacional la inflada deuda de su país. Goldman Sachs le seguía a Lehman Brothers en el ranking de importancia de la banca de inversión. Cabe recordar que apenas seis días después de la quiebra del Lehman, la Reserva Federal de Estados Unidos autorizaba a Goldman Sachs a actuar como banco comercial y salvaba a ese gigante de una situación similar.


Estos datos –la mayoría suficientemente conocidos– dan cuenta de un aspecto del capitalismo casino: nadie podría sostener que existe una relación entre la ética protestante y el espíritu del capitalismo si por esa ética entendemos valores tales como el trabajo, la austeridad o la honestidad. Así los entendía el sociólogo alemán Max Weber cuando escribió unas tesis fundamentales sobre la relación entre el modo de producción capitalista y la moral de los hombres a cargo de la toma de decisiones, tanto en las empresas como en las naciones.

Sería una simplificación o una mirada complaciente con el capitalismo creer que los ejecutivos de empresas y los líderes políticos europeos o norteamericanos estaban motivados por el trabajo y la austeridad. El colonialismo victoriano o la doctrina Monroe o la explotación de los africanos por parte de europeos continentales revelan las peores prácticas de acumulación y despilfarro de riquezas por parte de una élite que ejercía la dominación y se preparaba para una guerra –la Gran Guerra– sangrienta con millones de muertos. Había por entonces un auge del capitalismo industrial, producto de las grandes innovaciones tecnológicas, con un claro auge del petróleo, del acero, de las comunicaciones telegráficas y los barcos a vapor.

Creer que las personas que hoy toman las decisiones han perdido unos supuestos nobles valores conllevaría a imaginar que la actual situación podría mejorarse con un poco más de control y una mejora en los estímulos morales. Pero tampoco alcanza con echar las culpas a los banqueros, como si estos estuvieran escindidos del curso del sistema capitalista, como si los hombres y mujeres de las finanzas fueran un lastre que el capitalismo puede sacarse de encima y así avanzar en un camino venturoso.

DESAFÍOS ACTUALES. En un artículo medular ("Frente a la crisis estructural del capitalismo", en Nueva sociedad, número 239), Carlos Gabetta reflexiona sobre el otro aspecto decisivo de estos años de capitalismo: los desarrollos científico-tecnológicos y su impacto en el mundo del trabajo. En 1985, por caso, 39.200 obreros belgas producían 10,6 millones de toneladas de acero. 

En 1990, 21.200 obreros producían 11,5 millones. Es decir, con 46% menos de trabajadores se aumentó el 8,5 por ciento. Adjudicar el feroz desempleo europeo sólo a la "crisis financiera" es esquivar la verdadera gravedad del asunto. Así como un siglo atrás el fordismo introdujo la línea de montaje, ahora la industria informática fabrica cientos de miles de robots que hacen las mismas tareas y van desplazando trabajadores de esta era post industrial. Hasta hace pocos años la idea de la deslocalización de ciertas etapas productivas en países periféricos con salarios más bajos parecía una manera de mantener vital al capitalismo central. En los llamados Tigres asiáticos se hacían cosas parecidas a las de las plantas de Japón o Estados Unidos, pero con salarios y legislación laboral de mucha peor calidad. Eso sí, con procesos tecnológicos controlados completamente por las multinacionales de esos países centrales. 

Hoy China es la segunda economía del planeta y no tuvo inconveniente en tener mayor competitividad que empresas alemanas, japonesas o norteamericanas, sobre todo en electrónica. Pero además de salarios más bajos y redes de comercialización altamente competentes, lograron ventajas tecnológicas y de organización de la producción. Nadie podría decir que el Partido Comunista chino haya abandonado el planeamiento y la intervención estatal en la economía pero nadie podría decir que los intereses de los trabajadores priman en el país que fabrica más nuevos supermillonarios por año. Eso sí, la creciente exclusión y discriminación que prospera en los países del hemisferio norte no tiene un correlato similar en los del sur. China, pese a estar envuelta en esos procesos tecnológicos que desplazan puestos de trabajo, logra incorporar entre 4 y 5 millones de habitantes a la vida urbana. Estrenan todos los años nuevas ciudades que tienen lugares de trabajo, vivienda y centros de salud y educación, todo integrado. Es decir, incorporan habitantes que vienen de tradiciones políticas comunistas y modos de producción pre capitalistas (con resabios feudales mezclados con reforma agraria) a una sociedad que es mixta en lo económico y altamente dirigista en lo político. De hecho en China no hay otros partidos fuera del Comunista.

Lo que tienen en común los países del capitalismo central y China es que generan la casi totalidad del capital transnacional que representaba el 17% del PBI mundial en los ’60 y que representaba más del 30% en 1996. La crisis actual traerá más fusiones y absorciones de empresas por parte de los grupos más concentrados. Esto debe ser interpretado no sólo en el terreno tecnológico, financiero y comercial sino también político y militar.  En ese sentido, las derechas plantearon a lo largo de la historia la necesidad de recortar los derechos como una manera de "hacer funcionar el sistema". Los planes de ajuste europeos funcionan en esa dirección. 

El "capitalismo en serio" a la luz de la historia no parece ser otro que este: disputas por porciones de poder cuando las situaciones se manejan por el comercio y la diplomacia. Frente al neoliberalismo y la desregulación, frente a los recortes de políticas sociales y de desinversión de los estados no parece haber una fuerza homogénea capaz de oponerse a escala global. Los esfuerzos que, dentro de cada nación, puedan hacer las fuerzas populares son, a su vez, de un valor más que importante. Tomar conciencia de este contexto internacional no es poco importante. El bombardeo de los medios de comunicación para difamar a las fuerzas y líderes contrarios al establishment es grotesco. El período abierto en la recta final de las elecciones de Estados Unidos es interesante porque pone al descubierto una gran contradicción: Barack Obama no conformó a aquellos sectores que esperaban de su administración un freno al rol imperial de ese país; sin embargo, las fuerzas nucleadas en la fórmula republicana plantean una amenaza aún mayor en la implementación de las políticas del neoliberalismo y el militarismo. Por una parte, en el corto plazo de la política, el triunfo de los demócratas o los republicanos puede ser interpretado como una manera de demorar –o de acelerar– las peores caras de los ajustes neoliberales. Pero, por otra parte, se puede constatar que este capitalismo central no tiene una contrapartida que pueda pensarse como un plan para reconvertirlo en el capitalismo de rostro humano que muchos políticos –de muchas latitudes– prefieren ver con la secreta esperanza de que la tormenta pase sin que termine en las peores experiencias del siglo XX. Mientras tanto en los laboratorios de la política, en la academia, en las organizaciones sociales y los medios de cultura y comunicación parece imprescindible profundizar el debate para saber cuáles son los sujetos políticos y las ideas capaces de seguir en la lucha para lograr vivir en sociedades más justas y en naciones más soberanas.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El Movimiento Nacionalista en CHILE (1940 - 1943)





Por Juan Bragassi Hurtado


El 25 de agosto de 1939, a pocos meses de haberse iniciado el gobierno del Presidente radical Pedro Aguirre Cerda, se realizó un intento frustrado de golpe de Estado encabezado por el general Ariosto Herrera.

Por ese entonces, la Vanguardia Popular Socialista (ex movimiento nacional socialista), se encontraba en una estrecha relación con la coalición de gobierno y muy especialmente con el Partido Socialista.

Ante la magnitud de los acontecimientos, los sectores pro-gobiernistas, organizaron una multitudinaria concentración en apoyo a la figura del presidente y su coalición de partidos.
Ella se realizó en la plaza que está frente al Palacio de la Moneda, oportunidad donde además de tomar la palabra los próceres del Frente Popular, hizo uso de ella el Jefe de la vanguardia popular, Jorge González Von Mareés.

En esa oportunidad, el líder y diputado por Santiago, aprovechando sus dotes de oratoria, hizo una ardorosa defensa del gobierno, siguiendo con una ácida crítica hacia los gestores del intento de conato.

La posición adoptada por el jefe vanguardista, produjo al interior de su partido, la deserción de un numeroso contingente de militantes. Esta fue la segunda crisis que asoló a esa agrupación, desde su cambio de nombre en enero de 1939 y su aparente “giro hacia la izquierda”.

Así, a fines de 1939 y comienzos de 1940, los disidentes de la gestión de Von Mareés, asisten a una serie de reuniones con el encargado de la defensa de Ariosto Herrera: el abogado, académico y gremialista Guillermo Izquierdo Araya.

La finalidad de dicha gestión, fue la de organizar una nueva agrupación política de carácter nacionalista, el cual debía ser patrocinado y presidido por el militar procesado.

Fundación del MNCH

El 12 de febrero de 1940, fue firmada en la ciudad de Santiago, el acta de fundación el Movimiento Nacionalista de Chile, donde este se presentaba a sí como un “Movimiento popular destinado a unir a todos los chilenos, sin distingo de clases, a fin de constituir una fuerza nacional capaz de encauzar y dirigir por el camino de la grandeza futura, los destinos espirituales y económicos de la Nación”.

Expresando que su base fundamental encontraba “en la organización, en la selección, la disciplina, el patriotismo y la subordinación a una jerarquía que comienza en el Consejo Nacional, dirigido por el Comisario Nacional, Jefe del consejo”.

Así mismo, el MNCH, se definía como una organización “integralmente revolucionaria” que no aceptaba las combinaciones políticas, “ni soluciones parciales”.

Es necesario destacar, por razones históricas y en consideración a diferenciarlo con la Vanguardia Popular Socialista, que este partido expresaba dentro de sus actas fundacionales, un proyecto de restauración nacional, en el cual atribuía la destrucción de los principios espirituales del cristianismo al Marxismo, la Masonería y el Judaísmo denunciando de ellas, el estar al servicio del Capitalismo Internacional.

Su divisa fue: “Ni con la izquierda, ni con el centro, ni con la derecha: ¡Con Chile!”. Así mismo, siguiendo con la moda de los partidos de la época, fue un movimiento jerarquizado y militarizado, contando con cuadros uniformados, con pantalón y camisa de color azul, similar al de la Milicia Republicana de los años '30.

Sus futuros cuadros, debían pasar por un período básico de instrucción, para posteriormente oficializar su ingreso a la agrupación en una ceremonia, donde debían pronunciar el siguiente juramento: “En el nombre de Chile, en el nombre de los que labraron el prestigio y la gloria de Chile. Juramos por Dios, consagrarnos por entero y por siempre a la grandeza de Chile”.

El MNCH, también contaba con un grupo de protección y choque, denominado “Tropas Nacionalistas de Acción” (TNA), las que estaban dirigidas fundamentalmente a prestar apoyo a la labor propagandística callejera.

Inicialmente, la sede de este movimiento estuvo en una casa de la Calle Matías Cousiño, pero al poco tiempo se trasladó a un segundo y tercer piso de un edifico ubicado, en la Calle Agustinas.

Sus Primeros Años

La agrupación logró captar en sus filas, la adhesión de los ex nacistas y vanguardistas, así como algunos ibañístas independientes, como militares retirados e incluso militares y carabineros en servicio activo.

Así, Rápidamente a lo largo del país, fueron creándose pequeñas células activistas, unas más numerosas que otras, siendo de gran importancia las sedes de Valparaíso, Viña del Mar, Concepción y Temuco.

Sin embargo, el movimiento al poco tiempo de su creación, se vió obligado a reemplazar en la jefatura a Ariosto Herrera, quien debió partir al exilio, dejando al mando de la organización a don Guillermo Izquierdo.

Guillermo Izquierdo, era entonces profesor de historia, geografía, educación cívica y economía de variados establecimientos educacionales.

Izquierdo, si bien jamás había sido militante de partido político alguno, participó en su juventud en la Asamblea Obrera de Alimentación Nacional y la Nueva Acción Pública (NAP); así también, había colaborado con el primer gobierno de la República Socialista (1932); desarrollando también una labor gremial como Consultor Jurídico de la Confederación de la Producción y Comercio; adhiriendo en 1938, a la candidatura presidencial de Gustavo Ross Santa María.

Bajo este nuevo liderazgo, el movimiento nacionalista comenzó su labor opositora hacia el gobierno y los demás partidos políticos, logrando desarrollar algunas publicaciones de su autoría, cuando los medios económicos les fueron más auspiciosos.

Durante esa época, en consideración a los acontecimientos internacionales, la organización mantuvo una posición a favor de la neutralidad de Chile, frente a los bandos en conflicto durante la Segunda Guerra Mundial, criticando la intervención política, económica y propagandista de que era objeto nuestra patria.

Durante 1940, la coalición gobiernista del Frente Popular sufrió un rápido desgaste, generado por el estado de corrupción y las pugnas intestinas, que culminó con el rompimiento de dicho pacto político a fines de ese año, más el acercamiento entre los radicales y comunistas.

Con ello, también comenzó el definitivo alejamiento de la VPS de los sectores gobiernistas, pasando a ser un partido en franca oposición.

Sobre este tema, declaró en un discurso radial Von Mareés en febrero de 1941:
“(…) hemos realizado todo lo humanamente posible para contribuir a obtener una fórmula de entendimiento para salvar al país de la desintegración y del caos.

Lo intentamos primero proponiendo la candidatura nacional de Ibáñez a la Presidencia de la República; lo volvimos a intentar, buscando un acercamiento, leal y sincero, con el Partido Socialista; lo intentamos por tercera vez, tratando de armonizar nuestra acción anticomunista con la de los partidos de Derecha.

En ninguna de estas tentativas obtuvimos éxito, y no por nuestra culpa. En la actualidad, ya sabemos a qué atenernos. Por nada en éste mundo renunciaremos a la lucha. Pero, en lo sucesivo la mantendremos en un terreno exclusivamente nuestro.

No volveremos a hacer concesiones a nadie en la esperanza de encontrar una fórmula de concordia. No sacrificaremos un ápice de nuestros ideales en la búsqueda de un entendimiento con otros grupos políticos.

Estamos convencidos de que únicamente nuestros principios, aplicados ciento por ciento a la vida nacional, podrán redimir a este desgraciado país. Y también estamos absolutamente compenetrados de que sólo nosotros, es decir, la Vanguardia y sus hombres, somos capaces de aplicar y hacer aplicar tales principios (…)”

Así, vanguardistas y nacionalistas pasaron a estar en una misma trinchera política, aunque sin desarrollar esfuerzo alguno por desarrollar un trabajo conjunto.

Recordemos que estas dos agrupaciones sólo se habían unido en 1940, en las protestas callejeras que se realizaron en el puerto de Antofagasta, con motivo de la llegada desde Europa de Arturo Alessandri Palma.

Mientras tanto, el gobierno de Aguirre Cerda, debió anular rápidamente otro brote golpista al interior del ejército, liderado esta vez por el coronel Ramón Álvarez, quien finalmente fue traslado a Punta Arenas.

Persecución hacia los Vanguardistas y Nacionalistas

Próximo a las elecciones parlamentarias que se realizaron a mediados de 1941, la fragmentada coalición gobiernista, logra crear un nuevo pacto político llamado: “Alianza Democrática de Chile”, el cual incluyó esta vez a partido Falange Nacional y que por otro lado, no incorporó a los sectores de izquierdas disidentes del estalinismo.

Alguna influencia, debe conferírsele al rompimiento en el mes de junio de ese año, del pacto germano soviético y al efecto que había producido meses antes, el asesinato en México del exilado líder de izquierda Trotski, creador del Ejército Rojo.

Paralelamente, con la instalación de la VPS como partido de oposición, se rearticuló toda una campaña comunicacional de desacreditación pública y amedrentamiento hacia la oposición, especialmente dirigido hacia los vanguardistas y nacionalistas, generando graves enfrentamientos callejeros entre los partidarios de este nueva coalición gobiernista y sus detractores.

El gobierno, amparado en estos acontecimientos, ordenó la detención y reclusión ilegal en un manicomio, del jefe y parlamentario vanguardista Jorge González Von Mareés, el allanamiento y clausura de sus sedes, más la persecución de sus cuadros.

El Movimiento Nacionalista de Chile, corrió con la misma suerte, siendo confiscada además su documentación interna, donde estaban los datos de cada uno de sus miembros.
El objeto de todo este complot, fue la anulación de dichas fuerzas opositoras, para así incapacitarlas de participar en las elecciones parlamentarias.

Los implicados en esta tentativa fueron: el Ministro del Interior Arturo Olavaria; el Director General de Beneficencia, doctor Castro Oliveira; el Asesor de la Junta de Beneficencia Abraham Ortega Aguayo; el Prefecto de Investigaciones Osvaldo Sagüés Olivares; el Jefe de Investigaciones Fuenzalida Correa.

Pese a ello, y en el caso en particular de la VPS, logró mantener dos de sus tres diputados: Jorge González por Santiago y Vargas Molinari por Cautín, quienes fueron elegidos para el período comprendido entre 1941 y 1945.

Las Elecciones Presidenciales de 1942

A partir del sorpresivo fallecimiento de don Pedro Aguirre Cerda, el 25 de noviembre de 1941, se decidió convocar a lecciones presidenciales para comienzos de 1942.

Tras un intenso debate interno, la “Alianza Democrática de Chile” decidió presentar como candidato único a don Juan Antonio Ríos. Mientras que los partidos Conservador y Liberal, postularon al general (R) Carlos Ibáñez del Campo, quien sumó finalmente a los vanguardistas, nacionalistas y elementos independientes.

Otro candidato presidencial, fue el destacado líder de izquierda Humberto Valenzuela, quien contó con el apoyo del Partido Obrero Revolucionario (POR).

Sobre esta elección presidencial, recordaba Guillermo Izquierdo en una entrevista realizada en 1983 por Erwin Robertson: “(…) Durante esa campaña electoral nos encontramos en el mismo campo político – pro Ibáñez – con la VPS.

El cuerpo directivo de la campaña de Ibáñez, se reunía al llegar a San Martín (…) componían ese comité ejecutivo Jaime Larraín (representante de los elementos gremiales), Hugo Cepeda (Partido Liberal), yo, como Jefe del MNCH y además por la VPS, y un conservador (…)”.
En los últimos días de enero de 1942, se efectuaron los cierres oficiales de campaña, de los principales postulantes a la “silla” presidencial.

Ibáñez, fue recibido con una multitudinaria concentración de partidarios, en la Estación Central de la ciudad de Santiago y Juan Antonio Ríos, fue vitoreado por sus afines, en el bandejón central de la Alameda, frente a la Plaza Bulnes.

Un hecho político importante, fue la presencia en el cierre de campaña de Antonio Ríos, del destacado miembro del Partido Liberal, don Arturo Alessandri Palma.

Alessandri en esa oportunidad, pronunció un incendiario discurso, donde atacó a la figura de Ibáñez – su histórico enemigo personal -, previniendo a los asistentes a dicha concentración, que el posible triunfo de esta candidatura: “(…) constituiría una inmensa amenaza para el país y sus instituciones fundamentales”.

El discurso del ex -presidente, produjo en el electorado liberal alessandrista, el efecto de atraerlos hacia la candidatura de Ríos, quien curiosamente en el pasado había sido un fervoroso ibañista.

Finalmente, esto se reflejó en el voto popular que le dio el triunfo al radical Juan Antonio Ríos por 260 mil votos, en tanto que el general en retiro, obtuvo 206 mil sufragios, seguido bastante lejos por Humberto Valenzuela con 5 mil sufragios.

El Rompimiento de Chile con el Eje

Tras la derrota en la campaña presidencial, los nacionalistas tuvieron que sobrevivir en un escenario creciente mente adverso, producto de la asociación comunicacional que se hizo de estos, con las fuerzas del Eje, cuyo objeto posible fue el de crear un precedente interno, para impulsar el rompimiento de la neutralidad de Chile, a favor del bando Aliado.

Efectivamente, en ese período ya empezaba a hablarse de las “quintas columnas”, los “espías nazis infiltrados” y la creación de las “listas negras”.

El debate iniciado por los comunistas y radicales, sobre la posición que debía adoptar nuestro país frente a los sectores en pugna en el conflicto mundial, generó la creación de agrupaciones ciudadanas a favor de uno u otro sector.

“(…) los sectores pro–alemanes controlaban el teatro Comedia y el cine Principal donde se pasaban películas pro-nazis. A su vez, los sectores proclives a los aliados manejaban casi todos los cines y un diario que se llamaba La Prensa Aliada”.

Silva, Miguel; En: “Los partidos, los sindicatos y Clotario Blest…”; Mosquito Editores; septiembre del 2000.

Esta pugna, también produjo algunos incidentes diplomáticos con los Estados Unidos, debido a las presiones e intervención que desarrolló en ese período, a fin de lograr del gobierno de Chile una definición a su favor.

Por su parte, los nacionalistas y vanguardistas, que tenían una inclinación por el sector del Eje, coincidían oficialmente - y por esas cosas de la vida - , con la posición de don Arturo Alessandri, quien estaba a favor de mantener la neutralidad de nuestro país.

Sin embargo, un trágico acontecimiento vino a inclinar definitivamente la balanza hacia el sector aliado.

A mediados del mes del mes de marzo de 1942, a 30 millas de Nueva York, un submarino alemán, hundió el transporte de la Amada Nacional “Toltén”, perdiéndose la vida de 27 chilenos.

Ante la indignación pública de la sociedad chilena, el 19 de mayo se realizó la votación en el Senado, que decidió por 30 votos a favor y 10 en contra, la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con el Eje, la cual fue ratificada al día siguiente por el Presidente Ríos.

Tiempo después, el 12 de abril de 1945, Chile les declaró finalmente la guerra.

La Fusión Vanguardista y Nacionalista

Mientras se sucedían estos acontecimientos, gracias al acercamiento promovido por Carlos Ibáñez del Campo, los líderes de la Vanguardia Popular Socialista y el Movimiento Nacionalista de Chile, dieron comienzo a una serie de conversaciones, con objeto de estudiar la conveniencia de una posible fusión de ambos conglomerados políticos, dando pié a una nueva agrupación de carácter nacionalista.

Sobre este punto, Guillermo Izquierdo comentaba en 1983:

“(…) Ibáñez nos llamó, nos recibió dos veces en casa de sus suegra (Alameda frente a la Gratitud Nacional) , para decirnos que los nacionalistas, que estaban divididos en dos fuerzas, que se fusionaran e hicieran de ambas una sola, y que él iba a recomendar a sus partidarios que también ingresaran a esta nueva fuerza nacionalista (…)”.
Por su parte, González Von Mareés, una vez convencido de la necesidad de participar de dicha iniciativa, acordó integrarse y promover en sus antiguos cuadros su ingreso: “La tarea de la Vanguardia no se pudo realizar en la amplitud que sus miembros anhelábamos, será continuada por el nuevo movimiento (…) el ideal común, será en lo sucesivo, impulsado por la colaboración estrecha de todos (…)”.

Así a finales de 1942, las negociaciones llevaron a la unificación de ambos conglomerados en el nuevo partido denominado Unión Nacionalista, cuyo liderazgo recayó en el futuro Rector de la Universidad de Chile y Ministro de Educación, el destacado académico Juan Gómez Millas.

Raza Chilena: 100 Años. Homenaje a Nicolás Palacios





Por Rafael Videla Eissman


Chile, fértil provincia y señalada,
en la región antártica famosa,
de remotas naciones respetada,
por fuerte, principal y poderosa;
la gente que produce es tan granada,
tan soberbia, gallarda y belicosa,
que no ha sido por rey jamás regida
ni a extranjero dominio sometida.
-
Alonso de Ercilla y Zúñiga, "La Araucana"-
Raza Chilena, 100 Años
Es el cerebro humano
la más grande maravilla
de la Creación, superior
al Sol i el firmamento,
i por medio del cual la Naturaleza
misma tiene conciencia
de su propio ser.

(Nicolás PalaciosRaza Chilena. Página 406)

Don Nicolás Palacios (9 de Septiembre de 1854 - 12 Junio 1911) postuló en su extraordinario trabajo titulado Raza Chilena, publicado de manera anónima en Valparaíso en 1904, la composición racial del pueblo chileno, develando allí la estructura biológico – étnica de nuestra población, bajo el audaz concepto de Raza Chilena, conformada ésta por el elemento gótico peninsular, por una parte; y el araucano – aborigen, por otra.

Éste grupo estructural ha sido la base de la población chilena   -en el pensamiento de Palacios-, el cual, producto de la configuración étnica basada en Godos y Araucanos, ha adquirido características tanto fisiológicas como psicológicas únicas, siendo así, la Raza Chilena, un grupo esencialmente patriarcal y guerrero.

¿Cómo llega Palacios a concebir la idea de Raza Chilena? Intentando una aproximación a la dilucidación del problema, se podría señalar que es la observación del conglomerado étnico nacional, especialmente durante y tras la Guerra del Pacífico (1879 – 1883), donde participa en la entrada triunfal a Lima y las batallas de Chorrillos y Miraflores, y su posterior estadía en la pampa nortina de Chile. Fundamenta sus postulados en diversas investigaciones y trabajos de sociología, antropología y filosofía, de autores como Le Bon, H. Spencer, Gumplowicz, Uriel Smith Hancock, Ammon, Varcher de Lapouge y Nietzsche, entre otros.
Pero es sin duda alguna, su propio genio el gran responsable de la más grande obra de la identidad nacional, su extraordinario trabajo titulado Raza Chilena, libro escrito por un chileno y para los chilenos.

Los Godos Peninsulares

La selección orgánica
marcha sobre los cadáveres
de los vencidos
.

(Nicolás Palacios, Raza Chilena. Página 292).

Fueron los Godos una de las ramas de la antigua raza germánica, quienes habitaron extensas zonas de Europa. El historiador Jordanes establece que los godos, con su rey, llamado Berig, salieron antiguamente de esta isla, llamada Scanzia, recipiente de naciones o vivero de pueblos. Esta isla se ubicaría en el Océano Ártico, de acuerdo a las informaciones otorgadas por otro historiador, Ammiano Marcelino.

La isla de la cual provenían los Godos poseía una forma de hoja de cedro, y se hallaba circundada por un inmenso mar al Occidente y al Septentrión y rodeada también por ese Océano sin límites en el que jamás se ha navegado, y del que se destaca a manera de brazo, el mar Germánico (…). Los Godos, como señala Jordanes, salieron del seno de esta isla como un enjambre de abejas para hacer irrupción en la tierra de Europa. Ellos surgen del seno de la isla ártica, es decir, son originarios de la misma tierra.

Curiosamente, semejante concepción del origen en la tierra, expone el historiador latino Tácito, acerca de los Germanos, expresando: Yo creería que los Germanos tienen su origen en la misma tierra, y que no están mezclados con la venida y hospedaje de otras gentes. Asimismo, uno de los principales dioses del panteón germánico, Tuisto, es nacido de la tierra, como a su vez lo es la diosa Hestha.

El nombre de los Godos (y sus variaciones, tales como GottsGotonesGuttonesGutans, etc.),  deriva de la raíz ario-indoeuropea Got - Gott, es decir, Dios (God en Inglés Antiguo; Guth en Alto Irlandés; Goth en Antiguo Nórdico; Got en Antiguo y Alto Alemán y Guth, en Gótico).

Los Gottones ó Guotanes fueron las tribus seguidoras del antiguo dios germánico, Wuotan (Gotan ó Votan). Son los Godos, entonces, el pueblo de Wuotan, consagrados por nombre al antiguo dios de las runas, plasmado en las rocas de Externstein, en el corazón de la Antigua Germania.

Palacios afirma que el descubridor y conquistador del Nuevo Mundo, vino de España, pero su patria de origen es el Mar Báltico, el Sur de Suecia, la Gotia actual. Siendo los Godos, de ésta manera, el prototipo de la raza teutónica, jermana ó nórdicaDe ésta manera, quienes venían al “Nuevo Mundo”, al mal llamado continente de “América”, antaño conocido como Huitramannaland, esto es, la “Tierra de los Hombres Blancos”, eran los Hidalgos, esto es, los Hijo-del-godo, los nobles de la antigua estirpe europea, a quienes los Araucanos llamaron Quellu - Pallum (roja - barba), es decir, los de barba roja.

Son los Godos los grandes aventureros y “conquistadores” del “Nuevo Mundo”, quienes enfrentarán una gran resistencia por parte de los rebeldes indígenas del Reino de Chile, del cual Góngora de Marmolejo expresará que es la tierra de la manera de una vaina de espada, angosta y larga.

Los Araucanos Aborígenes
Ello es cierto que no hay cosa
mas natural ni de mayor fuerza
en los pechos humanos,
que el amor de la libertad,
i a mi parecer, sobre todas las naciones
del mundo,  han mostrado
siempre gozar de ella
estos rebeldes de Chile

(Santiago Tesillo, Guerras de Chile).

El recuerdo más remoto de su origen mítico se halla en la Catástrofe diluviana que inundaba todas las tierras, en la cual se enfrentaban en mortal combate dos serpientes. Una de ellas era llamada Kai Kai, la Serpiente del Mar. Y la otra, Ten - Ten (ó Thren - Thren), la Serpiente de los Cerros.

La Catástrofe se desarrollaba y ante el aumento del nivel de las aguas, los hombres encuentran refugio en las alturas de las montañas; quienes morían, se transformaban en rocas ó peces, poblando así el mundo emergente de las aguas.

El mundo se inundaba. Es el Diluvio, la Gran Catástrofe que sumergió continentes. Sin embargo, a través del ritual del Nguillatún, los sobrevivientes del cataclismo piden a la Divinidad Creadora -Nguenechen- detener la crecida de las aguas, hecho que finalmente acontece.

Desde aquel entonces, según las antiguas tradiciones orales, transmitidas de generación en generación, aparecen los Lituches, los Hombres Primigenios, los Habitantes de la Aurora de los Tiempos, quienes serán posteriormente denominados Mapuches u Hombres de la Tierra, los pobladores del Chili - Mapu, la tierra de Chile, quienes defenderán su tierra a muerte, tanto de la oleada Inkaika como luego de los europeos, siendo reconocidos por sus sorprendentes dotes de grandes guerreros, liderados por un Nügue – Toqui, una especie de “Supremo Sacerdote”, que guiaba a los Araucanos en la Batalla, concebida ésta asimismo como un acontecimiento sagrado.

Y es en esa lucha de centurias por las tierras, la libertad y sus propias existencias, en medio de aquellos dramáticos acontecimientos, donde surge la Raza Chilena.

La Última Raza: La Raza Chilena

Somos una raza homogénea
con sentimientos
y pensamientos análogos
a los de las razas
que han creado las naciones
más cultas y poderosas
de la Tierra.

(Nicolás PalaciosRaza Chilena).

 El poeta guerrero, Don Alonso de Ercilla y Zuñiga (1533 - 1594) es testigo de la grandeza de éstas razas que se combatirán por más de cuatrocientos años: las luchas de razas guerreras por su libertad y autodeterminación, lo inspiraron para escribir el gran poema épico de nuestra tierra, La Araucana, considerada una de las cuatro más grandes epopeyas de los Godos, junto a Los Nibelungos, los Edda y El Cid Campeador.

Del elemento Godo y el Araucano surge el Chileno. Palacios establece que los componentes que estructuran al grupo racial chileno, las dos razas primitivas fueron lo que se llama razas puras, esto es, poseyeron cualidades estables i fijas desde gran número de jeneraciones anteriores.

Ambos grupos étnicos que conforman la Raza Chilena, es decir, el Gótico - Araucano, remontan sus orígenes en el dualismo tierra - agua (la isla en medio del Océano en el caso de los Godos y la catástrofe diluviana, en el caso de los Mapuches). Ambas razas, traspasaron su herencia genética y cultural al nuevo grupo que se conformó producto del contacto acaecido en el Chili - Mapu, la tierra de Chile, cuna donde se origina un tercer grupo, ésta tercera raza, nuevamente con el trasfondo de las Aguas (el Océano Pacífico) y la Tierra (los valles y montañas de Chile).

El profundo amor a la tierra de Chile ha sido algo común entre los aborígenes y los antiguos europeos, y será un factor presente asimismo en la Raza Chilena: La idea espresada por Valdivia respecto al objeto de la conquista de nuestras tierras era la de todos sus compañeros i sucesores de la misma raza: conseguir tierras en los que se perpetuara el linaje de los conquistadores i quedara memoria bendecida «dellos para adelante». Ese es el sentimiento correcto i justo, sentimiento que se perpetuó en Chile por herencia sicológica, i reforzado jeneración a jeneración por la lucha permanente con el Araucano, la que ofrecia como galardón de la victoria las tierras de esa raza legendaria. Con esa esperanza alimentada en todos los instantes se ha desarrollado nuestra raza.

Existen además, un conjunto de factores que asemejan y compatibilizan a éstos dos grupos, como el culto al Árbol Sagrado -el Eje del Mundo-. Es el Irminsul de los Godos – Germánicos, y el Canelo de la Reche Araucana.

Asimismo, la concepción de la Guerra Sagrada, profesada fervientemente tanto por los Godos como los Araucanos, quienes al morir en combate, van a morar al Walhalla y la Mansión Celeste, respectivamente. Así, ambos grupos conforman a la Raza Chilena, una de las últimas, sino la última de las razas históricas llegadas al escenario del mundo (…). 

Importantísima revelación desarrolla de éste modo Nicolás Palacios, al establecer a la Raza Chilena como la última rama del gran árbol ario-indoeuropeo, surgida y desarrollada en la tierra de Chile – Chalinga.

El autor de Raza Chilena sintetiza sus investigaciones, concluyendo que de la enseñanza que se desprende del estudio de la demografía chilena en el último trienio del siglo que acaba de pasar es que nuestra raza está dotada de magníficas condiciones orgánicas, de un poder vital de primer órden (…)
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Nicolás Palacios cristalizó la idea de unidad del conglomerado nacional bajo el concepto de Raza Chilena. Los planteamientos expuestos a lo largo de su obra, desatacan el sentido ideal de la Nación y de su población, desarrollando ampliamente el concepto de nacionalidad. Las críticas hechas por el autor en aquel entonces a las clases dirigentes, el internacionalismo en desmedro del bien nacional, el ansia de dinero fácil y la decadencia moral en general, son fácilmente aplicables a la realidad actual de Chile, no existiendo la posibilidad -al parecer- de contrarrestar tan sombríos acontecimientos.

Citemos a Palacios:

 ¿Habrá algún remedio? Sí que lo hai. I aun el mal no existiría si, en lugar de justificar, de proteger, de fortalecer el instinto natural i correcto del pueblo chileno, su clase«ilustrada» i dirigente no estuviera imbuida en las doctrinas absurdas de la fraternidad universal, de la raza universal, de la patria universal i de la mezcolanza universal de razas para formar la civilización, i en tantas otras utopías funestas i latinas.

Gran opositor de las doctrinas “librecambistas”, y de todo el edificio “mundialista” y la “fraternidad humana”, Palacios explica:

¿Por qué? Por esto: porque no hai tal Patria Mundo, ni tal Familia Humana, ni tal República Cósmica, ni nada que lo valga, i por lo tanto la tal construcción, por hermosa que sea, resulta solo una fantasía, aplicable tal vez a los habitantes de la Luna o de otro planeta, porque lo que es en la Tierra la especie está formada de razas cuyas diferentes capacidades van, por lo menos, de uno a cien, i el mundo no está dividido políticamente en rejiones sino en naciones distintas i rivales unas de otras.

Naciones que son seres superorgánicos de reciente formación, por lo que les es indispensable para conservar su existencia poseer el egoísmo del niño o de los seres inferiores; porque para la seguridad de su vida i de su progreso necesitan no depender de otras naciones en nada que sea indispensable a su existencia.

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Cien años han transcurrido desde la primera edición de Raza Chilena, obra que generó grandes polémicas por los audaces planteamientos de su autor. Sin embargo, en los tiempos actuales, existe desconocimiento de su contenido, a pesar de las menciones siempre cuidadosas en algunos círculos académicos. En otros grupos sociales, Raza Chilena es una obra prácticamente desconocida. ¿Qué motiva tal desconocimiento, tal ignorancia de la obra, al menos peculiar e interesante de éste pensador nacional? La divulgación de la extraordinaria obra Raza Chilena, en su centenario, cumple con el objeto de difundir el conocimiento del origen de nuestra población, elevando el espíritu nacional en la presente época. Y quizás cien años hayan tenido que transcurrir, para que finalmente, el mensaje, la solución propuesta por Palacios, tenga un eco en la tierra que tanto defendió y amó, y así, como él mismo expresó, lograr la inquebrantable voluntad de alcanzar gloria en el mundo.