jueves, 28 de junio de 2012

La Usura




Por Aristóteles

"La más aborrecida de todas las formas de obtener dinero y con justa razón, es la usura, porque en ella, la ganancia procede del dinero mismo y no de los objetos naturales. El dinero estaba destinado al uso de intercambio, y no para incrementarse por medio del interés. El termino interés que significa la creación de dinero a partir del dinero se le aplica también a su multiplicación. De todos los modos posibles de obtener riquezas este es el más contrario a la naturaleza. "

"Hay una rama de industria digna de la execración general, y es el tráfico de dinero que saca ganancia de la moneda violentando su oficio...El signo monetario fue inventado para facilitar las permutas; pero la usura lo hace productivo por sí mismo, porque así como un ser engendra otro ser, así la usura es moneda que engendra moneda. Con mucha razón se ha reputado esta especie de industria por la más contraria de todas a la naturaleza".



Contra el Capitalismo




Por G.A Cohen

Al Capp, el caricaturista, contó una historia acerca de una criatura llamada shmoo, la cual medía diez pulgadas de altura, algo así como una pera por su forma y de un color blanco cremoso. No tenía brazos, tenía pies pequeños y grandes bigotes bajo su nariz. El shmoo tenía un único deseo: atender las necesidades de los seres humanos, y estaba bien equipado para hacerlo. Su piel podía transformarse en cualquier tipo de tejido, su carne era comestible, sus restos mortales se volvían duros como un ladrillo y podían utilizarse en la construcción, y sus bigotes tenían más usos de los que puedas imaginar. Si mirabas a un shmoo con hambre en tus ojos, este caía muerto embelesado porque tú lo deseabas, y al cocinarlo tenía tu sabor favorito. Como se multiplicaban rápidamente, había suficientes shmoos para todos.

Pero los capitalistas odiaban los shmoos, pues los shmoos proporcionaban todo lo que la gente necesitaba; ya nadie tenía que trabajar para los capitalistas, pues nadie precisaba ganar un salario para comprar las cosas que los capitalistas vendían. Y fue así que, mientras los shmoos se diseminaban por todo Estados Unidos, los capitalistas comenzaron a perder su poder. Entonces tomaron medidas drásticas. Hicieron que el gobierno le dijese al pueblo que el shmoo era anti-estadounidense. Estaba creando un caos, socavando el orden social. El presidente ordenó al FBI reunir a los shmoos y aniquilarlos. Entonces todo volvió a la normalidad. Pero un campesino, llamado Li’l Abner, logró salvar una hembra y un macho shmoo. Los trasladó a un valle lejano, donde esperaba que estuviesen a salvo. “Todavía no estamos listos para los shmoo”, suspiró Li’l Abner. Pero Li’l Abner estaba equivocado. Estaban listos para los shmoo. Eran los capitalistas los que no lo estaban. Los shmoo arruinaron su monopolio sobre los medios de subsistencia.

Algunos capitalistas defienden la posesión de los recursos que necesitamos para sobrevivir diciendo que los obtuvieron a través de su talento y esfuerzo. Pero todo aquello que los capitalistas poseen actualmente, es o estuvo hecho de algo que alguna vez no era propiedad privada de nadie. ¿Con qué derecho lo transformó alguien en propiedad privada?

No interesa el origen incierto, pueden decir los capitalistas. Sea lo que haya sido que inició el capitalismo, el sistema beneficia a la gente, por las siguientes razones. Las empresas capitalistas sobreviven sólo si ganan dinero, y ganan dinero sólo si predominan en la competencia contra otras empresas. Esto significa que tienen que ser eficientes. Si producen de manera incompetente, se desmoronan. Tienen que aprovechar al máximo cada oportunidad de mejorar sus instalaciones y técnicas, de manera que puedan producir abaratando lo suficiente para ganar el dinero necesario para poder continuar. No tienen la intención de satisfacer a la gente, pero no pueden obtener aquello a lo que apuntan –que es el dinero- a menos que puedan satisfacer personas y que sean mejores que las firmas rivales.

Entonces, productividad optimizada significa mayor rendimiento por cada unidad de trabajo, y eso significa que puedes hacer dos cosas distintas cuando la productividad aumenta. Una manera de utilizar la productividad mejorada es reducir la labor e incrementar el tiempo libre, al tiempo que se obtiene el mismo rendimiento anterior. Por otro lado, el rendimiento puede incrementarse si la labor se mantiene constante. Supongamos que el mayor rendimiento es algo bueno. Pero también es cierto que muchas personas no disfrutan aquello que deben hacer para ganarse la vida. Tan es así, que muchas personas no sólo se verían favorecidas por más bienes y servicios sino también por menos horas de trabajo y más largas vacaciones.

Las mejoras en la productividad posibilitan tanto un mayor rendimiento como un menor desgaste, o, por supuesto, una combinación de ambos. Pero el capitalismo se inclina a favor de la primera opción, mayor rendimiento, dado que la otra opción –menor desgaste- amenaza con sacrificar las ganancias relacionadas con un mayor rendimiento y mayores ventas. Cuando la eficiencia en la producción de una empresa mejora, esta no reduce la jornada laboral de sus empleados para producir la misma cantidad que antes. En su lugar, produce más bienes de los que ya venía produciendo, o, si ello no es posible, porque la demanda de lo que vende no aumenta, se deshace de parte de su fuerza laboral y busca una nueva línea de producción en la que invertir el dinero que en consecuencia se ahorra. Eventualmente, se crean nuevas fuentes de trabajo, y el rendimiento continúa incrementándose, aunque en el camino quede mucho desempleo y sufrimiento.

Ahora bien, la consecuencia del incremento en el rendimiento que el capitalismo favorece es el aumento del consumo. Y así obtenemos un interminable asedio de bienes de consumo, simplemente porque las empresas capitalistas están obstinadas en hacer dinero, y no en favorecer al consumo en sí.

No estoy atacando los bienes de consumo. Los bienes de consumo están bien. Pero el problema con el asedio de bienes en una sociedad capitalista es que siempre, la mayoría de nosotros, queremos más bienes de los que podemos obtener, dado que el sistema capitalista opera para asegurar que el deseo de la gente por tener más bienes no se satisfaga nunca.

Se supone que el capitalismo es hábil para satisfacer nuestras necesidades como consumidores. Pero las personas tienen necesidades que van más allá de su necesidad de consumir. Una de esas necesidades es la que tienen hombres y mujeres de desarrollar y ejercitar sus talentos. Cuando los talentos de las personas permanecen inutilizados, las personas no disfrutan el entusiasmo por la vida que viene con el florecimiento de sus facultades.

Ahora bien, las personas son capaces de desarrollarse sólo cuando obtienen una buena educación. Pero, en una sociedad capitalista, la educación se ve amenazada por aquellos que buscan ajustar la educación a las estrechas demandas del mercado laboral. Y algunos de ellos piensan que lo se necesita ahora para restaurar los beneficios de un capitalismo británico agonizante es un montón de mano de obra barata, no calificada, y concluyen que la educación debería apuntar al suministro de esa mano de obra.

El actual canciller de Exchequer, Nigel Lawson, dijo hace un par de años en un discurso que deberíamos pensar ahora en entrenar personas para trabajos que son, en sus propias palabras, “no tan poco técnicos en lo no técnico”. ¿Qué clase de educación es contemplada en esa atolondrada declaración? No es una que nutra los poderes creativos de los jóvenes y desarrolle sus capacidades plenamente. Nigel Lawson cree que es peligroso educar demasiado a los jóvenes, porque entonces producimos gente culta que es inapropiada para los trabajos de baja escala que el mercado les ofrecerá. Un funcionario del Departamento de Educación y Ciencia expresó algo similar recientemente. Dijo: “Estamos comenzando a crear aspiraciones que la sociedad no puede equiparar… Cuando los jóvenes… no pueden encontrar el empleo que coincide con sus habilidades y expectativas, entonces solamente estamos creando frustración con… consecuencias sociales perturbadoras. Tenemos que racionar… oportunidades educativas de manera tal que la sociedad pueda lidiar con el rendimiento de la educación… La gente debe educarse una vez más para saber cuál es su lugar.”

Lo que tenemos aquí es una política de educación deliberadamente restrictiva tal que las escuelas estatales puedan producir vendedores voluntariosos de un bajo grado de poder laboral. Es difícil imaginar un lineamiento menos democrático sobre la educación. Y notemos el hecho de que para preferir una distribución de oportunidades educativas más democrática no hay que creer que todos son exactamente igual de inteligentes: Nigel Lawson no está diciendo que gran parte de las personas son demasiado bobas como para beneficiarse de un alto nivel educativo. Es precisamente porque las personas tienen una buena respuesta hacia la educación que emerge el problema que a él lo preocupa.

Hay mucho talento en casi todos los seres humanos, pero muchas en personas permanece sin desarrollar, dado que no tienen la libertad de hacerlo. A través de la historia sólo una acomodada minoría ha disfrutado de esa libertad suficiente, sobre las espaldas de la desgastada mayoría. Ahora bien, sin embargo, tenemos una formidable tecnología que podría ser utilizada para reducir los empleos no deseados al lugar más insignificante de la vida. Pero el capitalismo no utiliza esa tecnología en forma liberadora. Continúa aprisionando gente en trabajos insatisfactorios, y rehuye a la posibilidad de proveer la educación enriquecedora que la tecnología que ha creado posibilita.

¿Es posible crear una sociedd que vaya más allá del trato desigual que el capitalismo impone? Muchos dirían que la idea de una sociedad así es un sueño iluso. Dirían que siempre ha habido desigualdad de una forma o de otra y que siempre la habrá. Pero yo creo que esa lectura de la historia es demasiado pesimista. En realidad hay mucha menos desigualdad ahora que hace, digamos, 100 años. En aquél entonces, sólo unos pocos radicalizados proponían que todos deberían tener derecho al voto. Otros pensaban que esa era una idea peligrosa, y muchos la consideraban poco realista. Aún así hoy en día tenemos el voto. Somos una democracia política. Pero no somos una democracia económica. No compartimos nuestros recursos materiales, y mucha gente en este país verían eso como una idea poco realista. Sin embargo, pienso que llegará el momento de esa idea. La sociedad no estará siempre dividida entre aquellos que controlan los recursos y aquellos que sólo tienen su fuerza de trabajo para vender. Pero será necesaria mucha reflexión para resolver el diseño de un régimen de economía democrática, y será necesaria mucha lucha, contra privilegios y poder, para llevarlo a cabo. Los obstáculos hacia una democracia económica son considerables. Pero así como ahora nadie defendería la esclavitud, creo que llegará el día en que nadie será capaz de defender una forma de sociedad en la que la minoría saque provecho de la posesión de la mayoría.

martes, 26 de junio de 2012

NueStro Socialismo


Por Augusto Bleda

El Socialismo busca un ordenamiento firmemente ético y racional de la sociedad. En primer lugar buscará eliminar los elementos constitutivos del orden social injusto que busca desmembrar. Parte siempre de consideraciones y principios opuestos a los vigentes. No mide a los hombres por su riqueza, sino por su potencial, por sus actos, por la dignidad que se dan a si mismos, por su honor.

El Socialista cree que para reconocer la medida de cada hombre, debe establecerse la equidad económica como punto de partida, y que cada uno produzca al menos lo que consume. El Socialismo es el principal enemigo de la ética parásita que busca maximizar ganancias a cualquier costo, perjudicando la salud de la comunidad, con negocios perversos como el juego, el cigarrillo, el alcohol, y las drogas. El Socialismo como imperativo ético y categoría moral del hombre y la sociedad nueva, restituye las posibilidades en equidad a todos los hombres, desterrando el nefasto poder del dinero de la salud, la vivienda, la alimentación, el arte, la ciencia, y obviamente, del Estado Nacional.

El Socialismo es el único sistema que garantiza el desenvolvimiento del individuo en armonía con el todo social. De ninguna manera cohíbe la libertad de los hombres considerados individualmente, en sus diferencias, por el contrario, sabe encontrar la medida para restituirles lo que les pertenece por naturaleza. El Socialismo es el único sistema que permite el florecimiento de una nación, de una comunidad, de una etnia, de un pueblo. Por ello cada pueblo tiene su propio socialismo, y no trata de exportar sus propias recetas a los demás, mucho menos de imponerse por sobre otros, por más pequeños o débiles que sean.

Todos los pueblos y hombres socialistas odian a quienes se benefician en perjuicio de otros. Odian también a quienes viven sin producir y eligen vivir como cerdos. Odia el hedonismo que atrapa en sus redes a los individuos sojuzgados por una vida estresante, insana, y enfermiza. El socialista no odia por resentimiento, ni por envidia. Odia por la indignación y la rabia que nace en su pecho, fruto justo de tener valores, de su sana constitución ética y solidaria, por entender que lo poco que tenemos lo tenemos gracias al trabajo de miles, millones de obreros, y gracias a la riqueza de nuestro suelo, a la Madre Tierra. Lo que tenemos y lo que queremos, no se lo debemos a los hombres del dinero, a los usureros, banqueros, politiqueros y ejecutivos de toda índole.

El Socialista comprende esto, pues es solidario, con todos los explotados y oprimidos del mundo, sabe que con ellos, comparte un enemigo. Un enemigo casi espiritual, un gigante torpe, el cáncer del mundo, el que se ha hecho llamar “Nuevo Orden Mundial”, que valga la contradicción, nació viejo, listo para morir. Su forma, al socialista le produce asco y repulsión. La usura y la rapiña, es su cabeza, El Capitalismo, su cuerpo, Estados Unidos, su cerebro, Israel, su corazón. Sus brazos y sus garras, son ejércitos de transnacionales, no pertenecen a ningún lugar, a ningún pueblo, solo pertenecen a su egoísmo, a ese agujero negro que en su estómago pretende tragarse la diversidad, los pueblos, las naciones, las identidades, las diferencias, la dignidad, la rabia, la resistencia, la historia, la tradición, las ideas. Este gigante torpe, este cáncer del mundo, digiere a las masas en su estomago mal constituido, nos fagocita, nos quita nuestra energía vital y nuestros nutrientes, y luego nos descarta, tras pudrirnos, nos defeca.

El Socialismo busca en su Resistencia al gigante torpe del Nuevo Orden Mundial oponer otros principios, inextinguibles, que a quienes los toman como bandera los vuelve indestructibles. Al ser un ideal constituido de principios eternos, lo acusan de utopista, pero es el único que puede mirar hacia delante con la frente en alto. El Socialista sabe marchar disciplinadamente y no se hunde en el presente para gozar en la anomia, sino que recuerda de donde viene, conoce sus raíces, su pueblo, su gente.

La Patria Socialista perdura en el tiempo como ideal y origen porque satisface las necesidades y canaliza las expresiones más profundas y nobles del hombre. A través de la organización de la comunidad de necesidades, propugna la cooperación y la vida en común, porque apunta a una construcción superior, a una continua superación de si, para arribar a la comunidad de destino, la cultura popular del arraigo firme en el suelo, ese mismo suelo que satisface sus necesidades. El Socialismo erigido en Estado es el primer garante y defensor del destino común, del suelo que le da vida y donde se afirma su cultura, de la solidaridad como condición, del pan de todos y cada uno y del respeto a la excelencia de sus hombres, a quienes promueve en su vocación.

El Socialismo por todo esto, es mucho más que un sistema económico. Es NueStra Voluntad que sea mucho más que eso, si quiere ser algo. Es NueStra Voluntad que el Socialismo sea una Revolución de principios compartidos por todo hombre noble, de estructura nacional, que en su dinámica tienda a confluir en la unidad continental a la que pertenece por interés geopolítico común, con sus hermanos.

El Socialista confía más en el espíritu que en la palabra. No sabemos que nombre tendrá dentro de mil años, pero sabemos que los hombres justos, seguirán defendiendo lo mismo que nosotros y que muchos de nuestros mejores antepasados, también lucharon y murieron por esto mismo que hoy damos el nombre de Socialismo y que configura muchas de nuestras esperanzas.

Somos Socialistas porque comprendemos que la vida es LUCHA, que no es más viable la entrega y el saqueo, porque dejaremos de ser colonia, o la bandera flameará sobre las ruinas. Ansiamos la liberación que pregonaron todos nuestros héroes nacionales latinoamericanos. No nos queda más que repetir con cada uno de nuestros actos aquella clama que más estremece al Imperio: “¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!”

lunes, 25 de junio de 2012

Comentarios


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Stratega

El Dinero Bancario




Por el Emboscado

Es bastante corriente que la mayor parte de la población desconozca el origen real del dinero, cómo se crea y por tanto cómo aparece y desaparece de sus bolsillos. Nadie suele ocuparse de explicar esta cuestión tan elemental que pasa desapercibida para la gran mayoría, por lo que lo habitual es que se tengan las ideas más equivocadas acerca de la procedencia real del dinero. Y es precisamente el desconocimiento de esta realidad lo que lleva a ignorar, si no a confundir en muchas ocasiones, las auténticas causas de muchos de los problemas económicos de hoy día.

En la actualidad únicamente entre un 7 y un 10% del dinero que circula en la economía es dinero metálico, es decir, los billetes y monedas que solemos utilizar para pagar muchos de nuestros gastos cotidianos. El resto es dinero bancario. Dinero que únicamente figura en los libros de contabilidad de los bancos, en las libretas de los clientes de estas entidades y en los servidores donde se encuentran los registros informáticos de las operaciones financieras.

Los bancos están obligados a mantener en reserva un porcentaje del dinero que han depositado sus clientes, porcentaje que en la actualidad ronda el 5%. Esta disposición nace de la lógica de que los depositantes no van a hacer uso de todo su dinero, de forma que basta con mantener reservada una pequeña parte del mismo para hacer frente a posibles pagos y reembolsos. El banco, como cualquier otra empresa, persigue la obtención de beneficios y para ello emplea el dinero que no tiene en reserva para conceder préstamos con interés. Así es como nace el dinero bancario que no es más que una forma de deuda que al estar cargada de un interés es imposible devolver.

Imaginemos que alguien ingresa 100 euros en un banco. El dueño de ese dinero podrá hacer uso de dicha cantidad en cualquier momento, pero el banco hará una reserva de la cantidad depositada, supongamos que un 20%, y el resto lo prestará a un tercero que podrá utilizarlo como medio de pago. El dinero existente en la economía ya no será de 100 euros sino de 180, pues ha creado dinero al utilizar la cantidad que no está en reserva.

El dinero bancario tiene un efecto multiplicador, ya que se crean más medios de pago que dinero líquido (billetes y monedas), por lo que en caso de que todos los clientes del banco fueran al mismo tiempo a retirar sus depósitos el banco no tendría suficiente metálico en reserva para devolverles el dinero, lo que inevitablemente provocaría su quiebra. Por tanto, la mayor parte del dinero que circula en la economía es dinero virtual, meras cifras que aparecen en los diferentes registros de contabilidad, mientras que el dinero contante y sonante únicamente representa en el mejor de los casos el 10% de la masa monetaria en circulación.

La principal fuente de beneficios de los bancos son los intereses de los créditos, por lo que constantemente se crea dinero bancario y con ello se incrementa de forma desproporcionada la masa monetaria en circulación. Debido a esto el principal riesgo al que se enfrentan los bancos es a la falta de liquidez. Para evitar en la medida de lo posible una situación así los bancos convierten dichos préstamos en títulos de bolsa que son vendidos en el mercado financiero, de forma que consiguen dinero metálico para sus reservas que, a su vez, les sirve para emitir nuevos créditos y conseguir más beneficios en un proceso que se retroalimenta a sí mismo ad infinitum.

Así pues, el dinero bancario impide que la moneda tenga un valor estable ya que su efecto multiplicador hace que la masa monetaria crezca de manera desproporcionada, y que por tanto no se corresponda con la cantidad de bienes y servicios que existen en la economía. A esto habría que sumar el hecho de que el dinero bancario es deuda cargada de un interés lo que lo convierte en algo impagable a largo plazo, lo que contribuye a su vez a mantener indefinidamente la dependencia con los bancos.

Los bancos tienen el claro propósito de abolir el dinero metálico algún día para no estar obligados a disponer de reservas ni tampoco a hacer frente a pagos y reembolsos. Al no poder imprimir sus propios billetes, monopolio que se encuentra en manos de los bancos centrales, se ven limitados por el dinero metálico que posee el ciudadano y que le ofrece un control directo sobre su riqueza sin intermediarios de ningún tipo. En este sentido el fin del dinero líquido vendría a ser una forma de perpetuar la dependencia del ciudadano con el banco, y con ello no sólo sería la pérdida del control sobre su dinero sino también el fin de la privacidad en su consumo.

Indudablemente, una solución a la situación provocada por los bancos sería un control social del sistema financiero en la emisión de dinero, y que esta se hiciese en función de las necesidades de la sociedad y no con el propósito de obtener un beneficio económico a través del cobro de intereses. Pero todo esto sería ya asunto a tratar en otro artículo.

sábado, 23 de junio de 2012

NueStra Economía







Por Augusto Bleda

1) La Economía de la Catástrofe: Lo que se debe discutir en primer lugar no es el valor de un sistema económico u otro, sino el verdadero lugar que ocupa la economía. Y en una sociedad sana la economía está subordinada al factor político, en beneficio del pueblo.

Hoy gobierna la ética del mercader, con las reglas de los banqueros, apoyados en la complacencia servil y hedonista de las mayorías narcotizadas. Pero los tiempos están exigiendo cambios, pues cada vez es más evidente que las falencias del capitalismo desembocarán en una catástrofe natural, sin precedentes en la historia. Ante la realidad de la destrucción de la naturaleza perpetrada por la explotación desmedida de recursos naturales y la contaminación, varios ya están tomando conciencia de que es preciso un cambio en el trasfondo cosmovisional, en la existencia del hombre.

Los países ricos nos están haciendo pagar a todos el precio de la industrialización tecnologicista y el lujo enfermizo que los caracteriza. Es por está impuesta realidad globalizada, que para la resolución de esta crisis, no alcanza con respuestas o medidas de ámbito nacional, sino que a estos hechos deben darse respuestas y conclusiones globales. Todos estamos involucrados, pues compartimos un enemigo. Todos nosotros, las minorías activas disidentes. Quienes luchamos por convicciones y consideraciones éticas profundas, buscamos la liberación y destrucción de este sistema injusto. Este sistema que se basa en invasiones, saqueos, y se sostiene en sus crisis gracias a los negocios más inmorales: farmacología, armamento, narcotráfico, pedofilia, saqueo de recursos naturales, destrucción del suelo con fertilizantes, herbicidas, y otros agro-tóxicos, etc. Todo, absolutamente, se lo devora el capital, en su se por acaparar cada vez más a cambio de cada vez menos.

Este es el mundo que ha tomado como medida el dinero, como destino la economía, como valor último el placer egoísta, como líderes supremos, los usureros. Algo debe replantearse entre los Hombres, algo profundo y serio, que no solo precisa conciencia y comunicación, acciones de repudio y organización: sino que es en primer lugar necesario un despertar heroico dentro de cada uno de nosotros, que ponga el deber antes que el placer, superponiendo el bien común por sobre el egoísmo individual, y sosteniéndonos firmes en la verdad hasta las ultimas consecuencias. Sin este despertar espiritual en el hombre, no habrá futuro.

El camino que Occidente impuso al resto del mundo es un error, el error que más le costará a los Europeos de hoy, que pagarán el precio de haber sido, a través de su cultura, el baluarte y la columna vertebral del Imperialismo promovido por los financistas capitalistas apátridas. Spengler, magistralmente, definió que sin una “revolución” en los pueblos “blancos”, las crecientes demandas sociales de los pueblos de color, iban a terminar invadiendo la realidad virtual y egoísta de la civilización, de las urbes mundiales, del hedonismo estructural para acabar con ellas y con toda la “cultura” subyacente.

Cada vez más inmigrantes llegan a las grandes ciudades, con hambre, sed de placer, buscando una porción de los privilegios del american way of life, que los ha saqueado y ha hecho imposible la subsistencia digna en sus países. Justamente por haberles injertado la
“superior cultura europea” del lujo, la ostentación, del “tener”, la cosificación, la obsesión con los entes, hoy están siendo invadidos magistralmente, alegando a las mismas armas que su invasor les dio: la cultura liberal y la prédica igualitaria.
Si Europa no despierta de su letargo, pagará muy caro el precio de sus lujos y sus ideales más nefastos. Lo mismo se extiende a todos los centros urbanos enriquecidos de este modelo de civilización alrededor del mundo.


2) La Economía de la Resistencia: La Economía de la Resistencia es Economía de Guerra, de Guerra Revolucionaria. La economía toma de nuevo su verdadera dimensión en nuestra liberación, como medio, y no como fin. Pues está subordinada a nuestra voluntad política comunitaria. Esta es una Guerra Espiritual. Con esto queremos decir que es la expresión propia de lo que consideramos un deber, un compromiso indelegable. Algo que nace de nosotros mismos y no de elementos externos a nuestro Ser. La Resistencia es austera porque es combativa, no despilfarra ni gasta en ningún lujo innecesario, elimina todo lo secundario, lo accesorio, lo superficial. Es extremadamente austera, pues lo invierte todo en su propia organización, en su formación, en la acción.

Trata por todos los medios de hacer pensar a sus pares, de expresarse de manera firme con un estilo propio, con altura. Todo Guerrero es en el fondo un Poeta. En su gesta integra los siguientes elementos indispensables: pensamiento, disciplina, creatividad, acción y reflexión. Se considera, por esto, agradecido y distinto, por el conocimiento y la amplitud de miras de la que es poseedor, pero de ninguna manera se pretende superior. No es soberbio ni se considera iluminado. El reconocimiento a lo que es, se lo da honrando su propio deber, sus imperativos solidarios por sobre las contingencias y gustos individuales.
“El contenido último de esta
Es de estos imperativos supra-individuales de austeridad y solidaridad, que el Hombre Nuevo, resiste a la deblace económica y moral capitalista con su austeridad de carácter ascético. Lucha por crear las estructuras que le permitan expresar su voluntad más íntima: encontrar en lo social, un orden que refleje su espíritu combativo, aguerrido, indomable. Por eso es Antiimperialista, y en consecuencia, por eso es Socialista. Y quiere deshacerse de los colaboradores de la dominación foránea, empezando por los banqueros, por todos quienes se benefician del trabajo de otros sin aportar a la comunidad sus ganancias. Sabe que eliminando a los ricos, no cambiará el sistema, por lo que hace de su organización una Escuela. Su escuela forma a los hombres, los integra, los hace participes de la liberación nacional y social. Y los encuadra en buscas de conformar una Milicia de predicadores que disparan pensando. La necesaria Milicia Nacional y Popular, que se inserta en la misma lucha de todos los pueblos explotados y oprimidos del mundo que buscan encontrarse con si mismos en la hora decisiva.

Aunque a muchos les duela, estamos seguros que llegará la Hora de los Pueblos, el día en que ellos mismos elijan su destino y su fatalidad, su tragedia, en libertad. Por eso somos solidarios, y sabemos que el combate, más que nunca, es universal, aunque la organización conserve las formas, las identidades, la particularidades nacionales, el contenido último, ético, espiritual de nuestra revolución pertenece por igual a todos los Hombres que se afirmen por sobre la masa egoísta de devoradores rapaces, por sobre la economía individualista de la catástrofe.

La Economía de la Resistencia, la Economía de la Guerra Revolucionaria, dirige e invierte todo su tiempo, recursos y esfuerzos a la construcción de la Escuela, su organización, ocupándose siempre de los sacrificios que fuesen necesarios, alcanzar la autarquía material, la independencia completa que integra lo material con lo espiritual, la mayor amplitud comunicativa y la sencillez que el hombre del pueblo exige. Hasta ese día, combatiremos y ejerceremos la crítica demoledora que esta civilización se merece.

Esta Idea es NueStra Patria. No tiene punto final, porque es una Obra Atemporal, a través de la cual, peleando por ella, nos eternizamos nosotros mismos. Esta es nuestra Revolución. Queremos que sea la Revolución de los Mejores, queremos que nuestra Política, y la organización económica de nuestra Resistencia, hable de nosotros mismos por si sola y hable del futuro de nuestros pueblos. Por todo ello, combatimos.

3) La Economía en el Estado Popular: Consideramos que se debe socializar la riqueza, garantizando la igualdad de posibilidades para que cada uno ocupe el lugar que le pertenece. Justicia social, ni más ni menos, significa esto. Poner a disponibilidad de todos, desarrollarse individualmente en su vocación y de acuerdo también a las necesidades de la sociedad. El Bien Común se antepondrá a los deseos del individuo, para garantizar la subsistencia de todos, es decir, el porvenir independiente de la Nación. El Estado dispondrá de una fuerte y nueva legislación para hacer imposible el resurgimiento de las actividades improductivas y de los negocios perjudiciales a la comunidad.

Se Nacionalizará el comercio exterior y la banca, así como todos los servicios estratégicos para garantizar la independencia económica del Estado.
Se fomentarán todo tipo de cooperativas y asociaciones productivas que busquen deshacerse de

Patrones y Gerentes. Se descentralizará la población mediante planes de vuelta al trabajo agrícola orgánico.

Las huertas comunitarias formarán central parte de una nueva forma de entender la vida social, asegurando al Estado, la soberanía alimentaria y la erradicación del flagelo capitalista por excelencia: el hambre.

La jornada laboral se reducirá todo lo necesario para que la creatividad, el deporte, las vocaciones, la cultura, el arte, y la vida en familia, vuelvan a tomar preponderancia.
El Estado solo garantizará todos los derechos, beneficios y conquistas a una sola clase de hombres: los que trabajan. Quienes ni siquiera producen lo que consumen deberán adecuarse a las necesidades de la comunidad y ponerse a trabajar. Nuestras más profundas consideraciones éticas y morales hacen impensable que alguien pueda vivir sin trabajar, sin aportar, sin producir, a la sociedad que le da sustento. Esta clase de tipo humano parasitario, promovido por el liberalismo oligárquico y sus entes financieros, no tendrá lugar en una Patria que busque liberarse de su condición dependiente y periférica.

A cambio de la eliminación de toda la clase improductiva de intermediarios, parásitos y usureros, todos los trabajadores gozarán de un sueldo mínimo alto acorde a las necesidades básicas de cualquier canasta familiar, que eliminando los intermediarios de la producción de alimentos, gozará de un precio mucho menor al actual. La reducción de la jornada laboral permitirá ocupar a todos los hombres, educar a todos los hombres y a su vez, darles tiempo de ocio amplio, para desarrollar sus tendencias y vocaciones innatas. Al liberar al trabajador de la imposición liberal de luchar por la supervivencia material, se le abrirán las miras y las posibilidades individuales, pudiendo cumplir su vocación, reencontrarse con su ser, ocupándose y formando parte de la producción cultural nacional, del pensamiento, de la filosofía, del arte, haciendo lo que más le plazca.

El ambiente intoxicado de las grandes urbes, deberá ser purificado, para que el ocio creciente que gocen nuestros compatriotas, no sea explotado ni desperdiciado por ningún vicio. Se limitará la venta de alcohol con precios altos e impuestos a su producción. Su contraparte será la promoción del deporte y la instrucción en defensa nacional y comunitaria. Se prohibirá la venta de cigarros, golosinas, y gaseosas, que perjudiquen la salud del pueblo.

Se condenará con cadena perpetua efectiva (de por vida) a todo cómplice y partícipe del narcotráfico. Se alentará a través de una democratización de los medios de comunicación la participación política y cultural, garantizando un alto porcentaje de contenido educativo, y limpiando los contenidos que reflejen la ética paria de los egoístas que solo buscan acaparar dinero y alentar el consumo. Se prohibirá la publicidad comercial que atrofie el juicio de valor de las personas. De todos modos, este control, no implica un cercenamiento de la libertad de expresión, sino una medida de lucha contra la colonización pedagógica del mercado y la oligarquía que ha sido desplazada del poder. Toda opinión política, credo, religión o práctica privada que no atente contra la comunidad y su desarrollo, será respetada y tendrá su merecida difusión, su voz, su derecho.

En el terreno financiero, el Estado garantizará a través de la emisión de dinero y el control de la banca, frenar todo tipo de inflación, promoviendo créditos solidarios sin intereses exclusivamente para fines productivos, culturales, sociales, o cooperativos. La eliminación del interés prestamista, es decir, la usura, es una necesidad de todo Estado de carácter Social, pues es justamente a través de la creación de dinero improductivo, que no refleja ninguna realidad concreta de las riquezas nacionales y sociales, que se genera la inflación, pues justamente, se devalúa el valor del dinero al aumentar la cantidad de divisas en circulación.

El Dinero, la moneda nacional, es solo un reflejo de la riqueza nacional, lo que equivale a la suma de los recursos de nuestro suelo y nuestra capacidad de trabajo. De ninguna manera el dinero habilitará la capacidad de explotar a otros compatriotas, pues se garantizará una democratización plena y radical de la riqueza. Ni los funcionarios públicos ni los jefes de empresa tendrán derecho a acaparar más dinero en salario que un obrero calificado  o un trabajador agrícola. Garantizando esta igualdad monetaria, se organizará la sociedad en torno al mérito, a las reales capacidades de los hombres, a su responsabilidad, a sus valores éticos, y no se establecerá absolutamente ninguna jerarquía en torno a la riqueza.

Se respetará la propiedad privada, siempre y cuando, no sea un obstáculo, un impedimento, o una exageración, de acuerdo a los parámetros generales de la comunidad, establecidos en el derecho a todos a poseer vivienda, salud, alimentación, educación y trabajo. El Estado solo intervendrá para establecer la justicia social en torno a juicios éticos socialistas que desplacen el predominio y el culto hedonista a la riqueza y el lujo.

Las Tierras improductivas y extranjerizadas, o dedicadas a exportaciones que den la espalda a las necesidades alimentarías nacionales o regionales, serán expropiadas y puestas al servicio del campesinado y el peón rural, para garantizar la soberanía alimentaría en lugar de trabajar para las necesidades y el follaje de algún cerdo foráneo. Se sustituirá el modelo latifundista por una red de cooperativas agrícolas y ganaderas que cubran las necesidades de la comunidad toda, y no solo el ansia de negocios de unos pocos.

De este modo, aumentando la cantidad de trabajadores agrícolas, y promoviendo la repoblación de las zonas rurales, se buscará eliminar todo tipo de fertilizantes, agroquímicos, y elementos alógenos al entorno natural en cuestión.

Sustituyéndolos por estos lineamientos ideales: la huerta orgánica, la polis griega, la eco-aldea y la Permacultura.

Este nuevo ideal económico, intenta restituir la dignidad y los derechos al individuo al reubicarlo como parte de una comunidad organizada, de la cual forma parte, compartiendo necesidades y compartiendo una comunidad de destino: la Nación. El Rol del Estado es darle y asegurarle larga vida a la Nación sin interferir en su libre desenvolvimiento y en su previsible integración continental.

La Economía, por ello, está al servicio, por ser un medio, de dichos fines trascendentes.

Apuntes y consideraciones esenciales sobre la Economía Socialista y Nacional





ECONOMÍA Y COSMOVISIÓN

"La decadencia y el renacimiento de un pueblo no dependen de un programa económico malo o bueno, sino de la debilidad o consistencia de la cosmovisión que ese pueblo sostiene".

A - LA ESENCIA DE LA ECONOMÍA Y DE LA POLÍTICA ECONÓMICA

I. La economía es, para el nacionalismo, un objetivo querido y procurado en función de fines más elevados, un sistema de medios dirigidos a un fin.
Esta definición se explica así:

1) La economía es un medio para lograr un fin, nunca un fin en sí mismo.
Al individuo se le pregunta: ¿para qué está bien alimentado? ¿para qué posee buena situación?. Nuestra respuesta es: para el cumplimiento de una misión política, para la constitución y estructuración del estado.

2) La vida económica está moralmente ligada y es expresión de la vida anímica.
Con la metodología de la investigación científica económica del presente, no se puede aprender el nuevo concepto de la economía, pues lo económico no es una cuestión de causas puramente racionales, ni de efectos de la naturaleza puramente económica, muy por el contrario, a la economía pertenecen también todos los valores de la nacionalidad.
A la actividad económica concierne también el desarrollo de todas las fuerzas morales y anímicas de la nación.
Lo económico está, por otra parte, determinado por lo irracional. Lo económico no es una actividad ajena a la vida espiritual y anímica del pueblo, sino que este campo de la actividad humana está indisolublemente unido a la total e indivisible vida del pueblo.

3) La economía es servicio a la comunidad.
La economía es la voluntad y la acción creadora de los miembros de una comunidad forjada en una unidad en libre subordinación, bajo el pensamiento rector de servicio a la totalidad del pueblo, con el fin de conformar y estructurar el Estado (Schilitter). La vida económica, como toda la vida humana, solamente es posible en comunidad. Toda comunidad puede solamente vivir y desarrollarse, si dentro de la comunidad cada miembro está consustanciado con el espíritu y sacrificio, es decir, si cada compatriota se incorpora a la comunidad para los otros y no se allega desde el comienzo con el espíritu de reivindicación.

II. La política económica representa una doctrina del servicio, del valor y de la energía, que saca sus fuerzas de la conciencia de la íntima unión de la sangre, del común destino del pueblo y de la forma política de estructurarse el Estado (Buchnr). La Política económica es correctamente conducida, por lo tanto, si las medidas estatales coinciden, sostienen y fortalecen los valores de la nacionalidad. No se trata, entonces, de que la economía procure ventajas a los individuos, no se trata, en ningún caso, de colocar en primer lugar, la mejor y más barata provisión de bienes materiales, sino que están decididamente en la primer línea, los valores del pueblo y la salvaguardia de la independencia y del valor nacional.
La nueva política económica, en consecuencia, nunca debe considerar la rentabilidad inmediata (así, por ejemplo en una medida destinada a crear trabajo), sino que debe ocuparse a largo plazo, por el bienestar del pueblo por generaciones. Debe custodiar, como lo ha expresado Federico Lizt, "el desarrollo de las fuerzas productivas".

III. La economía no es una creación de existencia independiente, que pueda ser considerada y regida en forma aislada, sino que está económicamente ligada a la concepción del Estado y del mundo del nacionalsocialismo. Para entender la doctrina económica del nacionalsocialismo (concepción orgánica de la economía) por lo tanto, es necesario en principio, explicar las ideas fundamentales de la cosmovisión del nacionalsocialismo.




 
B - LA COSMOVISION DEL LIBERALISMO Y DEL MARXISMO

Dado que la cosmovisión del nacionalsocialismo está en abierta oposición con la del liberalismo y la del marxismo, cabe bosquejar brevemente la esencia de ambas corrientes, para que se conozca por qué razones son rechazados el liberalismo y el marxismo.
 
1 - LIBERALISMO E INDIVIDUALISMO


El individualismo pospone totalmente el Estado, la comunidad y la economía al individuo; y ve en él la medida de todas las cosas. En el campo de la vida económica aparece el individualismo como liberalismo y afirma que el ser individual necesita la total libertad para su desarrollo.

l. El punto histórico de partida está en las corrientes intelectuales de los Siglos XVII y  XVIII.
Estas corrientes se caracterizan por los descubrimientos, el progreso de experimentación en las ciencias naturales; por el relegamiento de la metafísica; el aflojamiento de los lazos religiosos; disolución de los vínculos profesionales que en la edad media ligaban a los hombres; por el espíritu de las luces y por el derecho natural. Las doctrinas de aquellos tiempos se llaman:

1) Filosofía de las luces: en oposición al oscurantismo medieval.


2) Racionalismo: porque están fundadas en la razón. Se quiso llegar al dominio de la naturaleza y del mundo, el Estado y la Sociedad, por el pensamiento puro.


3) Derecho natural: en cuanto sostiene que el hombre está investido de derechos   inalienables, desde su nacimiento.


4) Individualismo: porque el hombre es el punto de partida de toda consideración.


5) Liberalismo: en cuanto sostiene que, la libertad del individuo despojado de toda ligadura, conduce al mejor desarrollo de la vida social y económica.
El consecuente desarrollo del individualismo debió conducir a la falsa democracia, en oposición a la soberanía popular nacionalsocialista.

II. El liberalismo y el individualismo encontraron su desarrollo socialfilosófico y socioeconómico en las teorías de la fisiocracia y en las teorías de la escuela inglesa clásica de la economía política (Adam Smith, Ricardo).


De acuerdo con estas teorías, la exaltación del bien privado como norma, debía conducir, supuestamente, al mejor y más armónico desarrollo de la sociedad. Se quiso liberar la economía de todas las ataduras y tutelas mercantilistas, y se aceptó que, de la libre actividad del hombre, habría de nacer un nuevo mundo organizado, capaz de hacer feliz a todos los hombres. Esta concepción podría haber sido válida y hubiese tenido tal vez sentido ético en épocas pasadas, en la que solamente existía la pequeña industria y en la cual una libre y total concurrencia de artesanos de igual poder económico y social, podría haber conducido, a la selección de los mejores. Los representantes originarios del liberalismo no pudieron prever de ningún modo, lo que las siguientes generaciones extraerían de sus teorías y el desarrollo de la técnica en los siglos venideros. De la libertad se llegó al libertinaje. La técnica y el desarrollo del capitalismo han conducido a la desigualdad social y a la desnaturalización del poderío social.

"La economía capitalista se originó en un espíritu que subordina todo medio, técnica y economía, capital y trabajo, al servicio de los objetivos del dinero"   (F. Lawaczek). 


El derrumbamiento económico desmesurado, la crisis económica mundial, es en gran parte, sólo una consecuencia de una economía totalmente libre, que carece de toda técnica, de todo pensamiento, de toda conducción. (Gottfried Feder).

III. La culpa del individualismo reside en que sus teorías, que tenían originariamente sentido ético -pero sólo originariamente - influyen nocivamente en la vida social, del tiempo presente y pasado.
Los oponentes al individualismo, sobre todo el profesor vienés Spann han señalado reiteradamente los perjuicios culturales, económicos, así como los concernientes a la concepción jurídica y política del Estado.
La concepción del Estado del individualismo se apoya en los partidos. En los partidos, las personas, que el individualismo ha atomizado, son sumadas a la mayoría y comienza la patológica realidad del número y del azar. La responsabilidad es relegada, y el Gobierno se convierte rápidamente en una masa de funcionarios autómatas. Los gobernantes no se sienten más como verdaderos conductores, sino como exponentes de un grupo de poder (Grimme) que, como lo expresó en su tiempo el líder socialista Wells, "prefieren errar con la masa antes que sostener el derecho contra ellas". La oposición de todas las fuerzas en la representación popular, tiene por consecuencia, de múltiples maneras, la nulidad total de la capacidad de acción, como lo hemos experimentado en los años transcurridos. La persona que por obra del liberalismo había sido sacada de su estamento social, no se sintió más como miembro de una totalidad mayor.
El liberalismo condujo a una sobrevaloración de la economía. Los valores económicos son considerados como los mas altos, y dignos del mayor esfuerzo. El éxito económico llega a ser determinante para la apreciación del hombre. El "homo economicus" de la escuela clásica, que los clásicos mismos habían concebido inicialmente sólo como una abstracción, como un medio de pensamiento y de conocimiento, de pensamientos y sentimientos universales, y nunca como el hombre ligado al suelo y a la sangre, llegó a ser realidad, y se consideró principalmente a la economía, como el campo mas importante del ser humano. Se acuñó la siniestra frase: "la economía es nuestro destino".
La consecuencia de esta posición espiritual y económica fue una concepción del mundo, de la cual surgió, que la suprema finalidad en la vida del hombre, es la mas completa como posible satisfacción de las necesidades. Contra tal ideología ha emprendido el nacionalismo la más dura lucha.
 
2 - EL MARXISMO

"El marxismo representa el intento mas perfeccionado del judío por eliminar, en todos los campos de la vida humana, la suprema importancia de la personalidad, a fin de   sustituirla por el número de la masa."

El pensamiento económico liberal, en especial la teoría de un Ricardo, ha dado los fundamentos para el nacimiento del marxismo y del comunismo.
I. Las siguientes teorías de Marx (Mordochai) son culpables, ante todo, del materialismo y de la lucha de clases.
1. El materialismo filosófico. Según él, todo ser es materia y la manera de existir de la materia es la contradicción dialéctica. El pensamiento mundial es nada mas que el reflejo del mundo material. Verdades abstractas y principalmente verdades absolutas y eternas deben ser rechazadas.
2. La concepción materialista de la historia.

La historia de una época no deriva de la religión, de la filosofía, o de la política, sino de lo económico, es decir, de la actividad económica. Los más importantes principios de la concepción materialista de la historia son:

A) Las relaciones materiales, económicas, determinan la historia de los pueblos.
Sobre el fundamento de esas relaciones materiales, se erige la llamada superestructura de la sociedad; en ella se cuentan: la religión, el derecho, la moral, la política, la cultura, la ciencia, etc. El ámbito total de la cultura es, según ello, inequívocamente determinado por la economía.

B) La historia hasta el presente, toda la vida social, es la historia de la lucha de   clases.  El progreso se realiza solamente por la lucha de una clase contra otra.  En la vida económica no se encuentran compatriotas, sino expoliados y expoliadores.
 
II. El nacionalismo ha marcado duramente, en primer término, los daños morales del marxismo, cuyas deplorables consecuencias fueron:

1. La decadencia cultural a causa del materialismo.
El materialismo histórico es la más grande, general y desgraciada consecuencia del marxismo. Es propiamente el veneno cultural que el marxismo ha inyectado en el espíritu de la época moderna (Spann). El marxismo ha sometido al espíritu, destruido la bondad, y excitado los mas bajos instintos del pueblo. (Banger).

2. La disgregación del pueblo por la lucha de las clases.
Empresarios y trabajadores se consideran enemigos y no como miembros de un pueblo. Uno llama al otro apátrida y este responde perro capitalista (Ley).
Hoy la desconfianza ha sido superada y los trabajadores alemanes son organizados en el frente alemán del trabajo e incorporados a la comunidad.
Una gran parte de las fuerzas del trabajo, fue alejada de la patria por el marxismo. En Alemania fue particularmente perjudicial la fe en la internacional. Por las razones anteriormente expuestas debió, el nacionalsocialismo fijarse como objetivo, desarraigar al marxismo. Sin embargo, el marxismo no pudo matar el alma del pueblo alemán; sólo ha herido temporariamente sus fuerzas vivas, que ahora retoman a su pleno desarrollo y realidad por el Nacionalsocialismo.