jueves, 24 de octubre de 2013

Dolor y aburrimiento




Por Welsung


Los filisteos no poseen verdadera conciencia de los bienes y ventajas que actualmente poseen, ni los aprecian, porque los consideran como cosas naturales, a causa de que sus satisfacción es siempre una tendencia negativa, limitando sus sufrimientos; la necesidad, la privación, la pena, son lo positivo, lo que se comunica directamente con nosotros. 

Apenas la necesidad y el sufrimiento permiten que un hombre descanse, se apodera de él el aburrimiento de tal modo, que le exige imperiosamente distracción, esto es, otra vez, sufrimiento. La vida, nuestra vida, oscila como un triste péndulo entre el dolor y el aburrimiento. Y me pregunto si es la vida mujer o aburrimiento (?).

jueves, 10 de octubre de 2013

El fastidio radica en el paraíso (La Muerte a partir del optimismo)




Por Welsung


Cuando el hombre, según Schopenhauer, hubo transformado todos sus sufrimientos y tormentos en la concepción del infierno, ya no quedó nada más para el paraíso sino el fastidio. Es así que cuanto mejor éxito alcanzamos, más nos aburrimos; y es que así como la necesidad es el tormento constante de los filisteos, del pueblo, el aburrimiento es el azote del mundo elegante. Cuanto más desarrollado se halle un organismo, mayor es el sufrimiento. La vida es un mal.

El progreso del conocimiento no es una solución, a medida que el conocimiento se hace más claro y que se eleva la conciencia, aumenta el dolor y alcanza su grado supremo en el hombre; cuanto más claramente conoce un hombre, cuanto más inteligente llega a ser, más dolor experimenta.

El filisteo dotado de genio, es de todos los hombres el que más sufre. Por ende, mucho más sufrimiento causa el pensamiento de la muerte que la muerte misma. Para ser feliz, o creer que se es, es menester ser un filisteo ignorante, como la juventud.

El optimismo es una amarga burla de los dolores humanos; la vida de nuestros cuerpos es un morir constantemente pospuesto, una muerte a cada paso diferida. El temor a la muerte es el comienzo de la filosofía y la causa final de la religión. Los malditos optimistas de los pesimismos de justificación afirman, dando la espalda al sol, que el sol no existe, pero este sigue quemándole los hombros.

miércoles, 2 de octubre de 2013

"YO ESTOY CON AMANECER DORADO"



Total apoyo para nuestros camaradas griegos, que al contar con el creciente apoyo del Pueblo Griego, resulta una posible amenaza para la élite oligarca. Igual que años atrás, se repiten los protagonistas; mismos detractores, mismas circunstancias, pero ante todo, la verdad prevalecerá ¡¡¡SALVE AMANECER DORADO!!!


_______
Stratega


Organizaciones judías celebran arrestos contra Amanecer Dorado




La American Jewish Comittee (AJC), una de las organizaciones judías más poderosas del mundo, felicitó al gobierno griego por el arresto de numerosos miembros de Amanecer Dorado, entre ellos el líder y varios diputados. 

"La esencia misma de la democracia en Grecia está en juego", dijo David Harris, el Director Ejecutivo del AJC. "El mensaje es claro por parte del gobierno griego, las fuerzas del extremismo violento son una amenaza para la sociedad y no será tolerado".

Estas declaraciones vienen precedidas por la exigencia de la Junta Central de Comunidades Judías de Grecia de detener a Amanecer Dorado, esto en un comunicado al gobierno conservador de Antonis Samaras para que tuviera mano dura contra el movimiento nacionalista. 


Asimismo, no es la primera vez que Amanecer Dorado recibe amenazas por parte de organizaciones judías. Anteriormente organismos como el Congreso Judío Mundial exigió su disolución, o la Liga Anti-Difamación que ha lanzado numerosas alertas a los regímenes occidentales para que realicen acciones contra el movimiento, e incluso, las organizaciones judías han pedido la intervención de Estados Unidos para detenerlo. 

lunes, 30 de septiembre de 2013

Alain de Benoist en español

Alain de Benoist junto con Javier Ruiz Portella en la Universidad de Verano de El Escorial: agosto de 2002, la primera actividad pública de El Manifiesto.



Por Jesús J. Sebastián


Alain de Benoist es un pensador que a nadie deja indiferente. Como señala Tommaso Visone, pocos autores, a partir de la segunda mitad del siglo XX, han sido tan debatidos, incomprendidos, odiados, apreciados, por sus críticos y seguidores, como Alain de Benoist, intelectual atípico, escritor políticamente incorrecto, versátil e incansable ensayista.

O, por utilizar la afortunada fórmula de Diego L. Sanromán, “un intelectual ubicuo e hiperactivo”. Su prolífica actividad —que transcurre desde finales de la década de los 60 del pasado siglo hasta hoy día—, su inclasificable ideología —más allá de la derecha y de la izquierda— y su pensamiento pluridimensional —filosofía, historia, política, sociología, ecología, economía—, así como el hecho de constituir un inacabable foco de sentimientos encontrados, odios viscerales y pasiones incondicionales, siempre me recuerda a otros escritores malditos, como Ernst Jünger y Carl Schmitt.

Miembro fundador de la agrupación francesa GRECE en 1968 (Groupement de recherche et d'etude pour la civilisation européenne), núcleo central de la —denominada por sus enemigos— Nouvelle Droite (Nueva Derecha), pronto se constituye en torno al autor una auténtica escuela de pensamiento dirigida a la renovación ideológica de una derecha radical europea que había quedado deslegitimada por la derrota de los fascismos. En el interior de esa profunda crisis institucional y doctrinal, emerge la figura de Alain de Benoist, auténtico animador y teórico del movimiento néodroitier, como el exponente más claro de dicha regeneración en un intento por la superación de la dicotomía izquieda/derecha y la crítica de la modernidad en clave revolucionario-conservadora, apoyándose su argumentación en las obras fundamentales de Heidegger y Schmitt (y otros autores de la Konservative Revolutionalemana, desde los nacional-revolucionarios hasta los nacional-bolcheviques) y en las de autores franceses como Louis Dumont, Henri Coston, Dominique Venner y Louis Rougier, entre otros.

Si bien el GRECE no es el primer intento de renovación profunda del pensamiento de la derecha radical europea, sí que constituye, sin duda alguna, el movimiento más original y prolífico de los producidos después de la segunda parte de la guerra civil europea, especialmente, por su objetivo de arrebatar a la izquierda sus espacios políticos y doctrinales que la hacían dominar la hegemonía cultural según la teoría gramsciana. Parecía tratarse de una resurrección posmoderna, metapolítica y transversal del Juni Klub de Moeller van den Bruck. Un movimiento “neoderechista”, abierto al debate con la nueva izquierda más inquieta, y muy crítico con el pensamiento de la derecha tradicional, fuera católica o liberal. Se aspiraba, desde luego, a constituir un movimiento ideológico al servicio del renacimiento de la identidad europea, en plena decadencia por la presión del americanismo (liberal-capitalista) y el extinto sovietismo (igualitario-comunista): entonces, el enemigo era precisamente el sistema occidental, fruto de estas ideologías igualitarias y universalistas generadas por el monoteísmo judeo-cristiano, del que Europa, unida al Tercer Mundo, debía descolonizarse por imperativo histórico.

Lo cierto es que Alain de Benoist y su escuela de pensamiento néodroitier, a pesar de los furibundos ataques mediáticos, de las traiciones internas y de las traumáticas escisiones (Guillaume Faye, Robert Steuckers, Pierre Vial), continúa al frente de la vanguardia ideológica en Europa. Se mantienen las líneas de elaboración doctrinal en las revistas Éléments y Nouvelle Ecole y se refuerza el rico debate con la izquierda intelectual en la revista Krisis (ecologistas, excomunistas, anti-utilitaristas del Mauss, comunitaristas anti-liberales, no-conformistas, etc.), un fructífero diálogo al estilo nacional-bolchevique que hubiera hecho las delicias de Niekisch o Paetel, pero que implica su alejamiento del GRECE y el ataque de las paleo-derechas europeas. Pero Alain de Benoist sigue ahí, impertérrito, dando que hablar, septuagenario con una sorprendente vitalidad intelectual, siempre indagando sobre el misterio de lo político y siempre huyendo de la política, por más que ciertos sectores supra-derechistas hayan intentado ganarlo para su causa perdida: sintiéndose incapaces para lograrlo, intentaron también —sin conseguirlo—  apropiarse indebidamente de su pensamiento. Lo mismo sucedió con Nietzsche.

El carácter originaria y abiertamente polémico de la Nouvelle Droite ha provocado la pérdida irreversible de ciertos apoyos sin los cuales ninguna iniciativa metapolítica puede prosperar, pero, a cambio, le ha dotado de una novedad y una receptividad asombrosas en el mundo intelectual, lo que explica las profundas transformaciones y modificaciones que, de la mano sabia —aunque estratégicamente divagante— de Alain de Benoist, ha desarrollado su pensamiento en algunos de sus aspectos fundamentales. La ND etno-nacionalista, bio-culturalista, indo-europeísta y anti-democrática se ha convertido, en palabras de Charles Champetier, en comunitarista, radical-democrática, europeísta y neopagana, un posmodernismo neoderechista que resume su posición en el tercermundismo diferencialista que apuesta por una Europa fáustica, plural y diversa. ¿Se trata sólo —se pregunta Taguieff— de una evolución doctrinal orgánica o de una estrategia de adaptación al nuevo contexto político-cultural? ¿No se trata, más bien, de buscar nuevos horizontes micro-ideológicospara dar respuesta esférica a los nuevos retos de la globalización del imperio mesiánico americanomorfo?

En todo caso, Alain de Benoist es un escritor prolífico, autor de una obra ensayística y periodística que parece no tener límites y que, por su originalidad y profundidad, merece ser conocida por el público lector español (remitimos al sitio www.alaindebenoist.com). Para iniciar una lectura progresiva de la ingente obra del autor, recomendamos Vu de droite (1977) —obra por la que recibió el Premio de ensayo de la Academie Française, y Les idées á l'endroit (1979), publicada en español por Planeta en 1982 bajo el título La nueva derecha—. No obstante, la obra benoistiana comprende más de 50 libros y 3.000 artículos —prácticamente inéditos en lengua española, si no fuera por las traducciones del escritor mexicano José Antonio Hernández García y los libros que más adelante se indican— a lo largo de los cuales puede examinarse su evolución ideológica y sus innovaciones filosóficas. Alain de Benoist es, por sí solo, una auténtica escuela de pensamiento. Sin olvidar a Jean-Claude Valla, Robert Steuckers, Guillaume Faye, Luc Pauwels, Michel Marmin y Charles Champetier, nuestro autor ocupa, sin ninguna duda, el beneficio de la centralidad doctrinal en la nueva revolución conservadora europea.

Con las lógicas reservas que impone el transcurso del tiempo, la evolución ideológica y la madurez intelectual de un pensador como Alain de Benoist, recuerdo cómo la lectura de la edición española de Les idées à l'endroit supuso todo un descubrimiento. Para aquellos que nos encontrábamos en plena efervescencia juvenil, inmersos en la dinámica de las nuevas generaciones de un proyecto político y dedicados a iniciativas editoriales de carácter periódico, guiados por prometedores políticos —luego defenestrados— y brillantes periodistas —hoy denostados—, aquel feliz descubrimiento supuso un hito en nuestras vidas: ya no volveríamos a ser como antes. No podíamos adivinar, ni siquiera intuir, que aquellas ideas con las que pretendíamos alcanzar la hegemonía cultural y el poder político acabarían –una vez destruido el fascismo y desterrado el comunismo— sepultadas por el maldito neoliberalismo contra el que nos habíamos conjurado combatir.

Pero incluso hoy en día, Alain de Benoist colabora habitualmente en una amplia red de publicaciones en Europa y América. En España, sin embargo, la recepción de su obra ha sido mínima. Además de los libros que se enumeran ad infra, podemos rastrear artículos del autor en las desaparecidas revistas Punto y Coma y Hespérides, en este mismo periódico digital El Manifiesto, en las revistas en papel Nihil Obstat y Empresas Políticas y en la revista electrónica Elementos. En el ámbito editorial, el interés actual parece reservado a Ediciones Áltera y Nueva República. Las revistas y libros descatalogados pueden adquirirse todavía en sitios como Librópolis [iberlibro.com/libropolis-madrid]. Visto el panorama, y con el solo objetivo de difundir los textos en español de y sobre Alain de Benoist, el director de la revista electrónica Elementos de Metapolítica para una Civilización Europea, Sebastian J. Lorenz,ha creado el sitio Benoistiana-Alain de Benoist en español [http://benoistiana-alaindebenoist.blogspot.com.es/]. Una buena noticia para los que nos vimos privados de aprender la lingua franca adoptada por Cioran, sustituida por la imperium lingua de los corsarios angloamericanos.

BIBLIOGRAFÍA EN ESPAÑOL

De Alain de Benoist:
-          La nueva derecha. Alain de Benoist. Planeta, Madrid, 1982.
-          Las ideas de la Nueva Derecha. Una respuesta al colonialismo cultural. Alain de Benoist y Guillaume Faye. Introducción de Carlos Pinedo. Nuevo Arte Thor, colección El Laberinto, Barcelona, 1986.
-          Ernst Jünger y el Trabajador. Una trayectoria vital e intelectual entre los dioses y los titanes. Alain de Benoist. Prólogo de José Luis Ontiveros. Ediciones Barbarroja, Colección DisidenciaS, 1995.
-          Manifiesto: la Nueva Derecha del año 2000. Alain de Benoist y Charles Champetier. 2000.
-          ¿Cómo se puede ser pagano? Alain de Benoist. Ediciones Nueva República, Barcelona, 2004.
-          Comunismo y nazismo. 25 reflexiones sobre el totalitarismo en el siglo XX. Alain de Benoist. Ed. Áltera, Madrid, 2005.
-          La idea de Imperio y otros estudios. Alain de Benoist, Luc Pauwels, Xavier Marchand. Traducción y notas de Néstor L. Montezanti. Universidad Nacional del Sur (Ediuns) Bahía Blanca, 2006.
-          El derecho actual, mínima moralia, y el problema del positivismo jurídico. Julien Freund. Alain de Benoist y Norberto Bobbio. Universidad Nacional del Sur (Ediuns) Bahía Blanca, 2008.
-          ¡Mañana, el decrecimiento! Pensar la ecología hasta sus últimas consecuencias. Alain de Benoist. Ed. Identidad, 2009.
-          Más allá de la derecha y de la izquierda. Alain de Benoist. Antalogía general. Presentación de Javier Ruiz Portella y Alejandro Salvatierrra. Ed. Áltera, Madrid, 2010.
-          ¿Es un problema la democracia? Alain de Benoist. Ed. Nueva República, Barcelona, 2013.
Sobre Alain de Benoist:
-          Los fundamentos filosóficos de la Nueva Derecha francesa. Michael Torigian, Último Reducto, 1999.
-          La Nueva derecha.Cuarenta años de agitación metapolítica. Diego L.Sanromán. CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, 2008.
-          Disidencia perfecta. La Nueva derecha y la batalla de las ideas. Rodrigo Agulló, Ed. Áltera, Madrid, 2011.




miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿Por qué existen los Bancos?



Por el Sub-Brigadier


¿Por qué existen los bancos? En la época que luego del trueque se dio un valor de intercambio al oro y la plata, resultaba engorroso y arriesgado viajar con tanto peso, por lo que surgieron astutos individuos que odiaban el trabajo y ofrecían guardar esos capitales entregando un certificado de depósito que permitía hacer gastos al viajero, y cuando los rescataba pagaba una comisión.

La experiencia enseñó a esos sujetos que de los depósitos de diversos caballeros se movía solo un 10%, y el 90% restante permanecía largo tiempo en sus manos. Se les ocurrió entonces “prestar” ese 90% en forma de 9 certificados que emitían como reales exigiendo onerosas garantías: terrenos, propiedades, fábricas, talleres, bienes muebles, etc. De este modo fueron enriqueciéndose a costa de los deudores que no podían devolver a tiempo los préstamos, principalmente por lo elevado de los intereses. Y ya pudieron establecerse en grandes locales con lujosas oficinas y muchos empleados, llegando a ser lo que conocemos hoy.

Su único riesgo, mínimo, es que todos sus depositantes exijan el reintegro de sus certificados al mismo tiempo, por lo que no tendrían que devolver (falta de liquidez). Allí puede producirse su quiebra; no tanto por los malos pagadores, dado que siempre tendrán garantías por valores muy superiores a lo prestado, sino porque no tendrán el oro y la plata que exigirán todos los dueños de los papeles al mismo tiempo. Pero vale la pena, dado que el gran negocio es cuando empiezan a emitir papeles por más del 90% que pueden respaldar, pues al momento que esos certificados (hoy cheques), vuelven los destruyen quedándose con todo lo devengado en intereses. Más aun, muchas veces quienes devuelven esos certificados son también sus clientes y sencillamente los depositan en el mismo banco, con lo que el ‘dinero’ que circuló sólo existió en los libros del banco. Nunca fue dinero real, ni billetes ni monedas.

Siendo claros, lo que hacen es FALSIFICAR dinero. Los papeles que entregan en préstamo no tienen respaldo, valen sólo por la confianza que tiene el mercado en ellos, nada más. Los falsificadores profesionales van a la cárcel, aunque el monto sea muy pequeño. Los banqueros no, aunque los montos son estratosféricos. Y esto a pesar de que roban a todos los ciudadanos sin que se escape nadie, ya que al aumentar la masa del circulante real éste disminuye su valor por la inflación que desatan. Es como si metieran sus manos en los bolsillos de cada trabajador.

Estos falsificadores impunes descubrieron después que podían manejar las vidas de los pueblos entregando o retirando ese crédito intangible a su antojo. Cuando recibían crédito los fabricantes pagaban sus máquinas, herramientas y servicios, y los proveedores a su vez usaban ese ‘dinero’ en sus negocios, y en gastos personales todos por igual. Así se producía mucho y el comercio tenía buenos stocks de mercaderías. El público tenía mucho dinero para comprar y los precios subían, había un boom. Al retirar los créditos se producía la deflación porque el dinero para comprar era muy poco y los precios bajaban demasiado.

Los empresarios despedían a empleados y obreros, menos gente tenía dinero para seguir comprando, los fabricantes no tenían con qué pagar los intereses que el banco exigía, salvo su producción la que debían liquidar para no perder sus garantías, al final adquiridas a vil precio por los banqueros, directa o indirectamente. Acaparada ya toda la producción posible y expropiada las garantías, los banqueros volvían a dar crédito, y así pasaban la escasez, la cesantía y la deflación; esta última se convertía otra vez en inflación. Al normalizarse los precios los falsificadores legales vendían las fábricas y propiedades con pingües ganancias.

Y empezaba todo de nuevo hasta la próxima crisis, por supuesto planificada por ellos. Se produce una paradoja: hay crisis porque hay demasiados productos y la gente no tiene dinero para comprarlos, o sea ¡los ciudadanos productores y consumidores cometieron el error de trabajar mucho y bien! Por eso tienen que morirse de hambre junto a graneros y bodegas repletos. Realidad aceptada fatalmente por todos, como borregos.

En resumen, los banqueros manejan las crisis financieras. Y si los bancos están casi todos en un solo tipo de manos, ese grupo de manos anónimas decide cuándo y cómo se vienen las recesiones y las depresiones en todo el mundo.
Porque al no poder vender los productos decomisados a los deudores que no pudieron pagar, y al haber cesantía e inflación que reducían el número de compradores, los productos robados legalmente se vendían a otros países.

De ahí a que los banqueros de un país le prestaran a otros países sólo un paso. Y así llegó el momento en que ese pequeño grupo que maneja la banca mundial estuvo en condiciones de provocar crisis que afectaran a todo el mundo.

Algunas citas que corroboran lo dicho: “Permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación, y ya no me importa quienes sean sus gobernantes” - Mayer Amschel Rothschild, creador de la perniciosa dinastía.

“Poder inmenso y despótica dominación económica están concentrados en manos de unos pocos. Este poder deviene particularmente irresistible cuando es ejercido por los que, controlando el dinero, gobiernan el crédito y determinan su concesión. Ellos suministran, por así decirlo, la sangre de todo el cuerpo económico, y la retiran cuando les conviene; como si estuviera en sus manos el alma de la producción de manera que nadie ose respirar contra su voluntad” S.S.

Pío XI en su Encíclica “Quadragessimo Anno”. Y el Papa es infalible... Es decir, todos los gobiernos son meros títeres del Money Power. Especialmente EEUU e Inglaterra ya que ambos hace mucho que entregaron la fabricación y provisión de su dinero a un grupo de banqueros, los cuales además controlan el oro, petróleo y diamantes fijando su precio y cuotas de producción. Porque se creó una fantasía: los gobiernos no pueden ni deben fabricar su dinero, sino pedirlo prestado a entidades privadas que corren con los gastos de fabricación (papel, tinta y obra de mano), pero cobran intereses por su uso; y al fijar soberanamente la cantidad que produce puede aumentar o disminuir el circulante iniciando inflaciones y deflaciones a paciere. En EEUU dicho grupo de bancos se llama Reserva Federal y en Inglaterra engañosamente Banco de Inglaterra.

Los Bancos Centrales dependen del Estado y por ende promueven el interés público, los bancos privados son comerciales y promueven el interés de sus dueños. La ‘Fed’ y el Banco de Inglaterra son 100% privados. Ergo, no pueden perseguir el bienestar de sus conciudadanos, como creen todos los ingenuos demócratas. Digamos por último que sus dueños y directores no son estadounidenses ni ingleses, ni llaman Patria a ningún país de antes de 1948.

Tal como empezamos terminaremos con una pregunta, sin dar pistas para que cada uno busque su propia respuesta: ¿QUIÉNES serán entonces las cabezas de estas 300 familias?

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Declaración de un Roto Chileno ante las fiestas patrias




Por Cristian Battaglia


Hoy se celebra la primera junta de gobierno, la misma en la que se le juró fidelidad al Rey Fernando VII. En esa junta estaban los aristócratas, mientras que los rotos les cuidábamos los fundos. Luego llegó la fiebre independentista, y ahí esos mismos aristócratas se voltearon la chaqueta e hicieron propaganda por la Independencia. Hubo una Guerra, que con intervalos pequeños de paz duró casi 4 años, y ahí los rotos estuvimos de nuevo peleando y masacrándonos entre nosotros. Lo único que nos diferenciaba era que algunos eramos patriotas y otros fieles a la corona. Llegó la Independencia y nos devolvimos a los fundos. De trabajarle al español pasamos a tener patrones chilenos. No cambió en nada nuestra situación. 

A medida que fue avanzando la historia, siempre los rotos fuimos los que pusimos el pecho a las balas. Las guerras civiles de 1830, 1851, 1859 y 1891 vieron correr nuestra sangre. Siempre defendiendo a los patrones, sin importar si eran liberales o conservadores, ambos nos explotaban. También tuvimos que ir a finarnos pal norte. A Perú nos mandaron dos veces: en 1838 y en 1879. En ambas ocasiones ni siquiera peleamos por los patrones chilenos, ahora eran oligarcas de Inglaterra a los que defendíamos. Tuvimos que matarnos con nuestros hermanos del norte, igual de rotos y pobres, solo por un odio estúpido que nos inculcaban los de arriba. Ahh, se me olvidaba, tenemos las manos manchadas de sangre mapuche, porque nosotros tuvimos que ir a “pacificar la araucanía”. Nuestros propios antepasados, nuestra sangre araucana, asesinada por las manos brutas que le sirven al patrón.

Así ha sido durante toda la historia, los rotos chilenos hemos hecho el trabajo sucio y ellos, los burgueses, se han quedado ahí, sin sufrir la amputación de una pata o algo así. Siempre le hemos servido a ellos. Aunque hemos peleado por muchos años, no hemos visto ningún rastro de aquello que denomina “Independencia”. Incluso, la patria, esa que nos dicen que amemos a toda costa, nos ha tratado como la mierda. Morimos por ella, pero cuando queremos un poco de pan, nos mata. Así fue en Iquique en 1907, cuando los burgueses de allá no soportaron ver como la rotá bajaba desde la pampa y mandaron a los milicos a asesinarnos. Así fue durante el terror momio de Pinochet y así ha sido ahora en democracia.

Los rotos no tenemos nada que celebrar, al contrario, nos da asco esta fecha. No andaremos como weones tomando chicha y vino ni comeremos asaos de mierda. Que celebren ellos, los patrones… Acá por estos lados, en el bajo pueblo, no hay ningún motivo para estar contentos.