viernes, 30 de mayo de 2008

Dictadura Democratoide (Cleptocracia)




Dando el pie al primer artículo, pretendo detenerme en dar a conocer las múltiples caras que puede tener la tiranía que nos rige actualmente en el diario vivir y la cual muchos se aferran a ella con todas sus fuerzas, la sacrosanta Democracia, por la cual diversos cleptómanos aglutinados en partidos políticos atraen con su cebo al Pueblo para generar lucros para si mismos y los de su partido.

Una cosa es la táctica política y otra es tener muy clara la cosmovisión global y la ideología fundamental.

En este sentido los nacionalsocialistas actuales valoramos la lucha política dentro de un entorno legal "democrático" no por gusto o por considerarlo moralmente aceptable, sino por "imperativo legal" y porque cualquier análisis realista hace inoperable otra vía de lucha.

Otra cosa muy distinta es valorar si moralmente la democracia exige una lucha legal, o sea, si es un régimen donde los condicionantes no harían moralmente justificable una vía al poder sin respetar las normas legales que ese sistema impone. No, la democracia es una dictadura del Dinero y como tal puede perfectamente ser destruida por la fuerza si se tiene un apoyo popular sensible entre la parte honrada y trabajadora del Pueblo.

Pero aun más importante es entender perfectamente que significa la democracia, sin caer en ese papanatismo general de considerarlo como "gobierno del pueblo" y "participación en el poder de la gente".

Así tenemos que pese a conocer la base del problema, pese a saber donde está el núcleo del enemigo, no se atreve el alternativismo intelectual a enfrentarse a las masas embobadas por su creencia de que "gobiernan y son tenidas en cuenta" gracias a la palabra "democracia".
Se fomenta pues la idea de luchar "por una auténtica democracia", lo mismo que muchos comunistas actuales dicen que luchan por un "auténtico" comunismo, pues el que ha existido siempre era un error "de aplicación", no de concepto.

Esta cobardía en asumir la Alternativa en su realidad, incluida la lucha contra las "palabras mágicas" del Sistema (Igualdad, Democracia, Antirracismo, Holocausto, progresismo...) muestra la debilidad congénita del alternativismo moderado, su decadencia y su rendición ante el Sistema, en una palabra su conversión en un elemento "reformista" del Sistema, que como todo reformismo es fagocitado a la larga por el Sistema.

Esta propuesta se basa en la falsa idea de que la democracia es buena PERO se debería librarla del liberalismo y la partidocracia, del poder del dinero. Así, aceptando las raíces se pretende cambiar los frutos, sin darse cuenta que las raíces son congénitamente nefastas y no pueden dar otros frutos que las pútridas miserias que vemos cada día.

Centrándonos en el concepto democrático (dejamos para otra ocasión ver que la misma trampa se comete al tratar de defender la Identidad pero condenar la palabra Raza) el problema de base es entender claramente que NO existe Democracia en el sentido que se da a esa palabra, y que por tanto esa palabra expresa de forma congénita, indisoluble, una máscara del poder económico.
Todo sistema que pretenda ser "democrático" acaba como marioneta del poder del dinero de forma absolutamente inevitable. No es un error de aplicación, es una esencia de la democracia.

Si se considera que "el pueblo" debe expresarse en base a una "libre información" sin Valores Esenciales NO democráticos, o sea, sin una base no discutible de Valores, el final inevitable es que el Dinero utilizará su poder mercantil para dominar "la información", y de forma progresiva la "opinión" del Pueblo estará en base a esa información del Dinero.
Para evitarlo hay que eliminar el Dinero y su poder del entorno Político, pero eso es imposible a no ser que se apliquen medidas totalmente antidemocráticas (y por ello positivas, no negativas como se ha asignado a esa palabra).

La base es pues responder a una triple pregunta:

¿Alguien cree qué el Pueblo en general tiene opiniones propias no absolutamente influibles por la información y la propaganda?

¿Quién controla la información y la propaganda?

¿Hay algún Valor o Principio que no debe aceptarse aunque la mayoría lo quisiera?
Responder a estas preguntas de forma realista es la base para declarar la democracia como una máscara del poder capitalista, no un sistema político. La democracia hace creer que el Pueblo puede recibir información libremente y q' la información puede ser controlada libremente por quien lo desee. Esta es su máscara de mentira: La información y la propaganda son manejadas por el Mercado, para disponer de ellas hay que dominar la Propiedad, o sea el Dinero.
Y desde luego la democracia NO acepta Valores que no estén votados por la mayoría, no hay nada “superior” al voto.

Así pues podría pensarse en "reformar" la democracia respondiendo razonablemente a aquellas tres preguntas. Y para ello hay que aceptar que la masa es absolutamente influible, pudiendo ser cambiada su opinión mediante las oportunas medidas publicitarias.

Y tras ello dejar la propaganda e información en manos ajenas al Dinero, lejos del libre mercado.


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Stratega

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