Dando
el pie al primer artículo, pretendo detenerme en dar a conocer las múltiples
caras que puede tener la tiranía que nos rige actualmente en el diario vivir y
la cual muchos se aferran a ella con todas sus fuerzas, la sacrosanta
Democracia, por la cual diversos cleptómanos aglutinados en partidos políticos
atraen con su cebo al Pueblo para generar lucros para si mismos y los de su
partido.
Una
cosa es la táctica política y otra es tener muy clara la cosmovisión global y
la ideología fundamental.
En
este sentido los nacionalsocialistas actuales valoramos la lucha política
dentro de un entorno legal "democrático" no por gusto o por
considerarlo moralmente aceptable, sino por "imperativo legal" y
porque cualquier análisis realista hace inoperable otra vía de lucha.
Otra
cosa muy distinta es valorar si moralmente la democracia exige una lucha legal,
o sea, si es un régimen donde los condicionantes no harían moralmente
justificable una vía al poder sin respetar las normas legales que ese sistema
impone. No, la democracia es una dictadura del Dinero y como tal puede
perfectamente ser destruida por la fuerza si se tiene un apoyo popular sensible
entre la parte honrada y trabajadora del Pueblo.
Pero
aun más importante es entender perfectamente que significa la democracia, sin
caer en ese papanatismo general de considerarlo como "gobierno del
pueblo" y "participación en el poder de la gente".
Así
tenemos que pese a conocer la base del problema, pese a saber donde está el
núcleo del enemigo, no se atreve el alternativismo intelectual a enfrentarse a
las masas embobadas por su creencia de que "gobiernan y son tenidas en
cuenta" gracias a la palabra "democracia".
Se
fomenta pues la idea de luchar "por una auténtica democracia", lo
mismo que muchos comunistas actuales dicen que luchan por un
"auténtico" comunismo, pues el que ha existido siempre era un error
"de aplicación", no de concepto.
Esta
cobardía en asumir la Alternativa en su realidad, incluida la lucha contra las
"palabras mágicas" del Sistema (Igualdad, Democracia, Antirracismo,
Holocausto, progresismo...) muestra la debilidad congénita del alternativismo
moderado, su decadencia y su rendición ante el Sistema, en una palabra su
conversión en un elemento "reformista" del Sistema, que como todo
reformismo es fagocitado a la larga por el Sistema.
Esta
propuesta se basa en la falsa idea de que la democracia es buena PERO se
debería librarla del liberalismo y la partidocracia, del poder del dinero. Así,
aceptando las raíces se pretende cambiar los frutos, sin darse cuenta que las
raíces son congénitamente nefastas y no pueden dar otros frutos que las
pútridas miserias que vemos cada día.
Centrándonos
en el concepto democrático (dejamos para otra ocasión ver que la misma trampa
se comete al tratar de defender la Identidad pero condenar la palabra Raza) el
problema de base es entender claramente que NO existe Democracia en el sentido que
se da a esa palabra, y que por tanto esa palabra expresa de forma congénita,
indisoluble, una máscara del poder económico.
Todo
sistema que pretenda ser "democrático" acaba como marioneta del poder
del dinero de forma absolutamente inevitable. No es un error de aplicación, es
una esencia de la democracia.
Si se
considera que "el pueblo" debe expresarse en base a una "libre
información" sin Valores Esenciales NO democráticos, o sea, sin una base
no discutible de Valores, el final inevitable es que el Dinero utilizará su
poder mercantil para dominar "la información", y de forma progresiva
la "opinión" del Pueblo estará en base a esa información del Dinero.
Para
evitarlo hay que eliminar el Dinero y su poder del entorno Político, pero eso
es imposible a no ser que se apliquen medidas totalmente antidemocráticas (y
por ello positivas, no negativas como se ha asignado a esa palabra).
La
base es pues responder a una triple pregunta:
¿Alguien
cree qué el Pueblo en general tiene opiniones propias no absolutamente
influibles por la información y la propaganda?
¿Quién
controla la información y la propaganda?
¿Hay
algún Valor o Principio que no debe aceptarse aunque la mayoría lo quisiera?
Responder
a estas preguntas de forma realista es la base para declarar la democracia como
una máscara del poder capitalista, no un sistema político. La democracia hace
creer que el Pueblo puede recibir información libremente y q' la información
puede ser controlada libremente por quien lo desee. Esta es su máscara de
mentira: La información y la propaganda son manejadas por el Mercado, para
disponer de ellas hay que dominar la Propiedad, o sea el Dinero.
Y
desde luego la democracia NO acepta Valores que no estén votados por la
mayoría, no hay nada “superior” al voto.
Así
pues podría pensarse en "reformar" la democracia respondiendo
razonablemente a aquellas tres preguntas. Y para ello hay que aceptar que la
masa es absolutamente influible, pudiendo ser cambiada su opinión mediante las
oportunas medidas publicitarias.
Y
tras ello dejar la propaganda e información en manos ajenas al Dinero, lejos
del libre mercado.
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Stratega