Las implicaciones de esta
revolución se están sintiendo no sólo a nivel interno sino también
internacional. Mientras los acontecimientos se desarrollan en la capital, Kiev,
al menos dos cosas han resultado evidentes: primera, que el espacio
post-soviético es todavía inestable; y segunda, que este espacio es objeto de
rivalidad entre Occidente y Rusia, por una parte, y la ciudadanía y las elites
nacionales por la otra. La desilusión y desconfianza con las actuales elites
político-económicas han dado como resultado una movilización masiva que prepara
el camino para reformas institucionales y de otro tipo. Ahora bien, para
asegurar la victoria, la revolución fraguar no sólo a nivel interno, sino
también internacionalmente.
RUSIA
Y LA CEI
El Kremlin ha apoyado
activamente al “presunto ganador" Viktor Yanukovich. Muchos ucranianos han
considerado esto como una interferencia de Rusia en los asuntos internos de un
estado amigo, pero independiente. El tradicional apoyo ruso a los candidatos
pertenecientes a la elite gobernante ha resultado contraproducente en el caso
de Ucrania. Demonizando al candidato de la oposición, y calificándolo de
ultra-nacionalista (y por ello anti-ruso), el Kremlim se ha posicionado a favor
de Viktor Yanukovich, un candidato de turbio pasado que está más que dispuesto
a aprovecharse del cliente ruso, pero no a crear a cambio condiciones
favorables para las empresas rusas en Ucrania.
La actual crisis en Ucrania ha
planteado algunas preguntas sobre el futuro de las relaciones entre Rusia y
Ucrania, y ha abierto un gran interrogante sobre el futuro de la Comunidad de
Estados Independientes (CEI) en su estado actual. Más aún, el destino del
proyecto de Espacio Económico Común o Edinoe (Ekonomicheskoe Prostranstvo
apoyado por Moscú), para Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán es también una
incógnita. La idea de crear un “imperio liberal” que circulaba por Moscú un año
atrás ha quedado obsoleta; Ucrania se ha desligado de Rusia en su historial
democrático debido, en gran parte, al despertar de la nación en las últimas
semanas. Lo que hará Rusia con la CEI, una de las mayores prioridades en su
política exterior, es ahora una incógnita. Existen varios escenarios posibles,
desde fortalecer su política energética con respecto a la CEI (especialmente
con Ucrania), hasta hacer evolucionar la CEI hacia un club más íntimo con los
amigos más cercanos incluyendo los países de Asia Central y Bielorrusia. Sin
embargo, a día de hoy es difícil imaginar la CEI sin uno de sus miembros clave,
por ello la “batalla por Ucrania” no ha terminado.
EL
PAPEL DE LA UE
La UE se ha visto sorprendida
-más que entusiasmada- por el despertar de Ucrania, lo que ha incrementado las
preocupaciones sobre dos asuntos: sobre si la revolución dará lugar a una
disolución del país, creando una situación completamente nueva e inestable en
las fronteras orientales de la Unión; y sobre la lejana posibilidad de incluir
una Ucrania democrática en la Unión Europea. No existe ninguna duda que, si
Viktor Yushchenko llega a presidente, el país probablemente renovará sus
aspiraciones europeas. Ello representaría un problema para la UE que está
valorando la posibilidad de poner fin a futuras ampliaciones orientales,
excepto Rumania y Bulgaria. El objetivo actual de la UE -y en un futuro
previsible- será el de asegurar una transición pacífica desde el actual sistema
de gobierno hasta otro donde el equilibrio de poderes esté repartido de forma
más ecuánime entre el Presidente, el Primer Ministro y el Parlamento.
Es importante que sea la UE,
antes que Rusia o los Estados Unidos, quien tome el liderazgo de la mediación
en la situación en Ucrania. Dado que Rusia está unida de forma clara y ha
proporcionado apoyo evidente a Viktor Yanukovich, no puede realizar esta
función y se necesitará tiempo antes que Moscú recupere su imagen entre la
ciudadanía y las elites de Ucrania. El compromiso directo de EE UU apoyando
tácitamente la revolución no será bien recibido, ya que, además, la política
exterior de EE UU es polémica en Ucrania. Por otro lado, la mujer de Yuschenko
tiene la ciudadanía estadounidense, lo que está considerado por muchos como un
punto débil en el perfil de Yuschenko. Como resultado de la crisis en Ucrania,
los EE UU y la UE parecen estar descubriendo la posibilidad de cooperar
conjuntamente en los asuntos internacionales; desafortunadamente Rusia ha
terminado por quedar marginada, pero cabe esperar que sólo temporalmente.
Fuente: http://www.cafebabel.es/articulo/ucrania-el-despertar-inesperado.html
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