jueves, 15 de agosto de 2013

Gustave Le Bon




Por Alain de Benoist


"La masa es siempre intelectualmente inferior al hombre aislado. Pero, desde el punto de vista de los sentimientos y de los actos que los sentimientos provocan, puede, según las circunstancias, ser mejor o peor. Todo depende del modo en que sea sugestionada".

Este diagnóstico pertenece a un hombre que poseía una estatura imponente y un aspecto irónico y severo, figura un poco altanera, frente ancha, ojos penetrantes y barba a la antigua, evocando a los dioses retratados por el Renacimiento. Se llamaba Gustave Le Bon, y nació en 1841, en la villa de Nogent-le-Rotrou, en una familia bretona de larga tradición militar.

Gustave Le Bon (1841-1931) fue condiscípulo de Théodule Ribot (Las enfermedades de la personalidad) y de Henri Poincaré (La ciencia y la hipótesis). Su obra, una de las más importantes de los siglos XIX y XX, está dominada por dos títulos: Psicología de las masas (1895) y La evolución de la materia (1905).

Viajero infatigable, sus primeras expediciones (África del norte, India y Nepal) despiertan su atención. "Me fue evidente al espíritu –relata en su obra sobre Las leyes psicológicas de la evolución de los pueblos (1894)– que cada pueblo posee una constitución mental tan fija como sus caracteres anatómicos, de la que se derivan sus sentimientos, sus pensamientos, sus instituciones, sus creencias y su arte".

Precursor de la psicología social, también se interesa por la etnología y la antropología, la sociología, la filosofía de la historia, la física, la biología, la historia de las civilizaciones y de las doctrinas políticas, la cartografía, y (¿por qué no?) la psicología de los animales, especialmente del caballo, y la equitación.

Hombre de ciencia, vivía en solitario en su apartamento-laboratorio, inventó en 1898 el primer reloj que se daba cuerda a sí mismo, gracias a las variaciones de la temperatura diurna. Poco después demostró la existencia de la radioactividad. Antas que Einstein, también demostró la falsedad del dogma de indestructibilidad de la matera, estableciendo que la materia y la energía no son más que una sola y la misma cosa bajo dos aspectos diferentes (La evolución de la materia).

Dedicada a Théodule Ribot, la publicación de Psicología de las masas provoca un revuelo en los estudios de las mentalidades y consagra a su autor: en 1929 alcanza la edición número 67. La idea central es ésta: cuando se encuentra formando parte de las masas, el hombre individual se convierte en otra persona, en una "célula" cuyo comportamiento deja de ser autónomo, y que se subordina más o menos plenamente al grupo (permanente o pasajero) en el cual él es un simple componente.

La "unidad mental de las masas"

En un prólogo por otra parte sin gran interés, Otto Klineberg, profesor de la Sorbona, recuerda uno de los principios esenciales de la psicología de la forma (Gestalt): el todo es siempre más que la siempre suma de sus elementos.

Como en la teoría de conjuntos, la masa es más que la simple adición de los individuos que la componen. "Es así –escribe Le Bon–, que podemos ver como un jurado dictaría un veredicto que cada uno de los miembros desaprobaría individualmente, a una asamblea parlamentaria adoptar leyes y medidas que rechazarían particularmente cada uno de los miembros que la componen. Por separado, los miembros de la Convención eran unos burgueses pacíficos entregados a sus costumbres rutinarias. Reunidos en masa, bajo la influencia de los cabecillas, enviaban sin pudor a la guillotina a personas manifiestamente inocentes".

La sugestión se exagera cuando es recíproca. La masa criminal que asesinó, el 14 de julio de 1789, a Launay, gobernador de la Bastilla, estaba compuesta por honrados tenderos, boticarios y artesanos. Lo mismo puede decirse de las matronas tricotando su ganchillo que contemplaban el rodar de cabezas en la guillotina, de la noche de San Bartolomé, de los comuneros, de toda suerte de manifestaciones públicas que terminan en orgías de sangre, saqueos y destrucción.

El mismo desbordamiento puede ejercerse en sentido: "la renuncia a todos sus privilegios votada por la nobleza francesa la noche del 9 de agosto de 1789, jamás hubiera sido aceptada por ninguno de sus miembros individualmente".

Puede así ser enunciada una "ley de unidad mental de las masas" caracterizada por "el desvanecimiento de la personalidad consciente y la orientación de los sentimientos y los pensamientos en un único sentido".

"Hemos entrado en la era de las masas –escribe Gustave Le Bon –, que señala las consecuencias de la irrupción (legal) de las masas en la vida política. Consecuencias inquietantes, pues su dominación siempre representa una fase de desórdenes".

El barón Motono, antiguo ministro de asuntos exteriores del Japón, traductor, en 1914, a la lengua nipona de Psicología de las masas, escribió en el prólogo: "Con el progreso de la civilización, las razas, como los individuos de cada raza, tienden a mezclarse y a actuar por sintonía. Se avecinan, pues, tiempos muy peligrosos". Primer rango, "porque él solo es mucho más importante que todos los demás en la determinación de las ideas y las creencias de las masas".

Apreciación que tiene del hecho de que los rasgos del carácter manifestados por las masas, que, siendo regulados por el inconsciente, "poseen la mayor parte de los individuos de una raza". La "masa psicológica" actúa así como desveladora del alma colectiva, en el sentido de Jung: "Lo heterogéneo se sumerge en lo homogéneo, y las cualidades inconscientes dominan".

Así se explica la poca disposición de las acciones de las masas: "Las decisiones de orden general tomadas por una asamblea de hombres distinguidos, pero de especialidades diferentes, no son sensiblemente superiores a las decisiones que pueda tomar una reunión de imbéciles. Solamente pueden asociar, en efecto, las cualidades mediocres que todo el mundo posee. Las masas acumulan no la inteligencia, sino la mediocridad".

Las tradiciones guían a los pueblos. Sólo se modifican las formas exteriores, que dan a las sociedades la ilusión de romper con su pasado. "Una masa latina –anota Le Bon–, por revolucionaria o conservadora que se la suponga, invariablemente apelará, para realizar sus exigencias, a la intervención del Estado. Es siempre centralista y más o menos cesarista. Una masa inglesa o americana, al contrario, no conoce al Estado y no se dirige más que a la iniciativa privada. Una masa francesa tiende ante todo a la igualdad, y una masa inglesa a la libertad. Estas diferencias de raza engendran especies distintas de masas y de naciones". Y precisa: "El conjunto de caracteres comunes impuestos por el medio y la herencia a todos los individuos de un pueblo constituye el alma de ese pueblo".

Las masas son igualmente intolerantes y "femeninas" ("pero las más femeninas de todas –asegura Le Bon– son las masas latinas"). En ellas el instinto siempre prima sobre la razón. Llevadas al primarismo, a los juicios excesivos, no soportan la contradicción. "Siempre dispuestas a sublevarse contra una autoridad débil, se muestran serviles antes una autoridad fuerte".

Hombres de acción

Conocer el arte de impresionar la imaginación de las masas es conocer el arte de gobernar. "Son siempre los lados maravillosos y legendarios de los sucesos los que más las impresionan. Así, los grandes hombres de estado de todas las edades y países, comprendidos los más absolutos déspotas han considerado la imaginación popular como el sostén de su poder".
Napoleón dijo al Consejo de Estado: "Comulgando en público terminé con la guerra de la Vendée; haciéndome pasar por musulmán me establecí en Egipto; con dos o tres declaraciones papistas me ganaré a todos los curas de Italia".

"El hombre puede siempre más de lo cree, pero no sabe siempre lo que cree ni lo que puede". Los dirigentes de masas así lo revelan. Estos dirigentes no son hombres de pensamiento, sino de acción. Son más energía que inteligencia pura. Su empresa toma la forma de un gran deseo que canaliza las voluntades y orienta los instintos.

Las ideas simples son las más seguras para conquistar a las masas, sobre todo las que son ricas en promesas, entre las cuales Le Bon cita "las ideas cristianas de la Edad Media, las ideas democráticas del siglo XVIII, las ideas socialistas del siglo XIX".

Georges Sorel, el autor de Reflexiones sobre la violencia, escribió: "Si la psicología debe ser añadida, algún día, al conjunto de conocimientos que debe poseer un hombre para decirse verdaderamente culto, se deberá a los esfuerzos perseverantes de Gustave Le Bon".


La Psicología de las masas, obra que diez años después de su aparición ya había sido traducida a más de diez idiomas, incluyendo el turco, el japonés y el árabe, anunciaba las grandes convulsiones revolucionarias del siglo XX y los desarrollos más recientes de la guerra psicológica. El oscurantismo durkheimiano, que después colonizaría la sociología francesa, no puede anular este hecho.

miércoles, 14 de agosto de 2013

La Patria Grande




Por Manuel Ugarte


"Mi patria, ¿es acaso el barrio en que vivo, la casa en que me alojo, la habitación en que duermo? ¿No tenemos más bandera que la sombra del campanario? Yo conservo fervorosamente el culto del país en que he nacido, pero mi patria superior es el conjunto de ideas, de recuerdos, de costumbres, de orientaciones y de esperanzas que los hombres del mismo origen, nacidos de la misma revolución, articulan en el mismo continente con la ayuda de la misma lengua."

"Unámonos, unámonos a tiempo; que todos nuestros corazones palpiten como si fueran uno solo y así, unidos, nuestras veinte capitales se trocarán en otros tantos centinelas que, al divisar al orgulloso enemigo, cuando éste les pregunte: ¿quien vive?, les respondan unánimes, con toda la fuerza de los pulmones: la América Latina..."

jueves, 8 de agosto de 2013

¿Puede la Civilización sobrevivir al Capitalismo?




Por Noam Chomsky


Hay Capitalismo y luego el verdadero Capitalismo existente. El término capitalismo se usa comúnmente para referirse al sistema económico de Estados Unidos con intervención sustancial del Estado, que va de subsidios para innovación creativa a la póliza de seguro gubernamental para bancos demasiado-grande-para-fracasar.

El sistema está altamente monopolizado, limitando la dependencia en el mercado cada vez más: En los últimos 20 años el reparto de utilidades de las 200 empresas más grandes se ha elevado enormemente, reporta el académico Robert W. McChesney en su nuevo libro Digital disconnect. Capitalismo es un término usado ahora comúnmente para describir sistemas en los que no hay capitalistas; por ejemplo, el conglomerado-cooperativa Mondragón en la región vasca de España o las empresas cooperativas que se expanden en el norte de Ohio, a menudo con apoyo conservador –ambas son discutidas en un importante trabajo del académico Gar Alperovitz.

Algunos hasta pueden usar el término capitalismo para referirse a la democracia industrial apoyada por John Dewey, filósofo social líder de Estados Unidos, a finales del siglo XIX y principios del XX. Dewey instó a los trabajadores a ser los dueños de su destino industrial y a todas las instituciones a someterse a control público, incluyendo los medios de producción, intercambio, publicidad, transporte y comunicación. A falta de esto, alegaba Dewey, la política seguirá siendo la sombra que los grandes negocios proyectan sobre la sociedad. La democracia truncada que Dewey condenaba ha quedado hecha andrajos en los últimos años. Ahora el control del gobierno se ha concentrado estrechamente en el máximo del índice de ingresos, mientras la gran mayoría de los de abajo han sido virtualmente privados de sus derechos.

El sistema político-económico actual es una forma de plutocracia que diverge fuertemente de la democracia, si por ese concepto nos referimos a los arreglos políticos en los que la norma está influenciada de manera significativa por la voluntad pública. Ha habido serios debates a través de los años sobre si el capitalismo es compatible con la democracia. Si seguimos que la democracia capitalista realmente existe (DCRE, para abreviar), la pregunta es respondida acertadamente: Son radicalmente incompatibles. A mí me parece poco probable que la civilización pueda sobrevivir a la DCRE y la democracia altamente atenuada que conlleva. Pero, ¿podría una democracia que funcione marcar la diferencia? Sigamos el problema inmediato más crítico que enfrenta la civilización: una catástrofe ambiental. Las políticas y actitudes públicas divergen marcadamente, como sucede a menudo bajo la DCRE. La naturaleza de la brecha se examina en varios artículos de la edición actual del Deadalus, periódico de la Academia Americana de Artes y Ciencias.


El investigador Kelly Sims Gallagher descubre que 109 países han promulgado alguna forma de política relacionada con la energía renovable, y 118 países han establecido objetivos para la energía renovable. En contraste, Estados Unidos no ha adoptado ninguna política consistente y estable a escala nacional para apoyar el uso de la energía renovable. No es la opinión pública lo que motiva a la política estadunidense a mantenerse fuera del espectro internacional. Todo lo contrario.

La opinión está mucho más cerca de la norma global que lo que reflejan las políticas del gobierno de Estados Unidos, y apoya mucho más las acciones necesarias para confrontar el probable desastre ambiental pronosticado por un abrumador consenso científico –y uno que no está muy lejano; afectando las vidas de nuestros nietos, muy probablemente. Como reportan Jon A. Krosnik y Bo MacInnis en Daedalus: Inmensas mayorías han favorecido los pasos del gobierno federal para reducir la cantidad de emisiones de gas de efecto invernadero generadas por las compañías productoras de electricidad. En 2006, 86 por ciento de los encuestados favorecieron solicitar a estas compañías o apoyarlas con exención de impuestos para reducir la cantidad de ese gas que emiten…

También en ese año, 87 por ciento favoreció la exención de impuestos a las compañías que producen más electricidad a partir de agua, viento o energía solar. Estas mayorías se mantuvieron entre 2006 y 2010, y de alguna manera después se redujeron. El hecho de que el público esté influenciado por la ciencia es profundamente preocupante para aquellos que dominan la economía y la política de Estado. Una ilustración actual de su preocupación es la enseñanza sobre la ley de mejora ambiental, propuesta a los legisladores de Estado por el Consejo de Intercambio Legislativo Estadunidense (CILE), grupo de cabildeo de fondos corporativos que designa la legislación para cubrir las necesidades del sector corporativo y de riqueza extrema. La Ley CILE manda enseñanza equilibrada de la ciencia del clima en salones de clase K-12. La enseñanza equilibrada es una frase en código que se refiere a enseñar la negación del cambio climático, a equilibrar la corriente de la ciencia del clima. Es análoga a la enseñanza equilibrada apoyada por creacionistas para hacer posible la enseñanza de ciencia de creación en escuelas públicas. La legislación basada en modelos CILE ya ha sido introducida en varios estados.

Desde luego, todo esto se ha revestido en retórica sobre la enseñanza del pensamiento crítico –una gran idea, sin duda, pero es más fácil pensar en buenos ejemplos que en un tema que amenaza nuestra supervivencia y ha sido seleccionado por su importancia en términos de ganancias corporativas. Los reportes de los medios comúnmente presentan controversia entre dos lados sobre el cambio climático. 

Un lado consiste en la abrumadora mayoría de científicos, las academias científicas nacionales a escala mundial, las revistas científicas profesionales y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC). Están de acuerdo en que el calentamiento global está sucediendo, que hay un sustancial componente humano, que la situación es seria y tal vez fatal, y que muy pronto, tal vez en décadas, el mundo pueda alcanzar un punto de inflexión donde el proceso escale rápidamente y sea irreversible, con severos efectos sociales y económicos. Es raro encontrar tal consenso en cuestiones científicas complejas. El otro lado consiste en los escépticos, incluyendo unos cuantos científicos respetados –que advierten que es mucho lo que aún se ignora–, lo cual significa que las cosas podrían no estar tan mal como se pensó, o podrían estar peor. 

Fuera del debate artificial hay un grupo mucho mayor de escépticos: científicos del clima altamente reconocidos que ven los reportes regulares del PICC como demasiado conservadores. Y, desafortunadamente, estos científicos han demostrado estar en lo correcto repetidamente. Aparentemente, la campaña de propaganda ha tenido algún efecto en la opinión pública de Estados Unidos, la cual es más escéptica que la norma global. Pero el efecto no es suficientemente significativo como para satisfacer a los señores.

Presumiblemente, esa es la razón por la que los sectores del mundo corporativo han lanzado su ataque sobre el sistema educativo, en un esfuerzo por contrarrestar la peligrosa tendencia pública a prestar atención a las conclusiones de la investigación científica. En la Reunión Invernal del Comité Nacional Republicano (RICNR), hace unas semanas, el gobernador por Luisiana, Bobby Jindal, advirtió a la dirigencia que tenemos que dejar de ser el partido estúpido. Tenemos que dejar de insultar la inteligencia de los votantes.

 Dentro del sistema DCRE es de extrema importancia que nos convirtamos en la nación estúpida, no engañados por la ciencia y la racionalidad, en los intereses de las ganancias a corto plazo de los señores de la economía y del sistema político, y al diablo con las consecuencias. Estos compromisos están profundamente arraigados en las doctrinas de mercado fundamentalistas que se predican dentro del DCRE, aunque se siguen de manera altamente selectiva, para sustentar un Estado poderoso que sirve a la riqueza y al poder.

Las doctrinas oficiales sufren de un número de conocidas ineficiencias de mercado, entre ellas el no tomar en cuenta los efectos en otros en transacciones de mercado. Las consecuencias de estas exterioridades pueden ser sustanciales. La actual crisis financiera es una ilustración. En parte es rastreable a los grandes bancos y firmas de inversión al ignorar el riesgo sistémico –la posibilidad de que todo el sistema pueda colapsar– cuando llevaron a cabo transacciones riesgosas. La catástrofe ambiental es mucho más seria: La externalidad que se está ignorando es el futuro de las especies. Y no hay hacia dónde correr, gorra en mano, para un rescate.

En el futuro los historiadores (si queda alguno) mirarán hacia atrás este curioso espectáculo que tomó forma a principios del siglo XXI. Por primera vez en la historia de la humanidad los humanos están enfrentando el importante prospecto de una severa calamidad como resultado de sus acciones –acciones que están golpeando nuestro prospecto de una supervivencia decente. Esos historiadores observarán que el país más rico y poderoso de la historia, que disfruta de ventajas incomparables, está guiando el esfuerzo para intensificar la probabilidad del desastre. Llevar el esfuerzo para preservar las condiciones en las que nuestros descendientes inmediatos puedan tener una vida decente son las llamadas sociedades primitivas: Primeras naciones, tribus, indígenas, aborígenes. Los países con poblaciones indígenas grandes y de influencia están bien encaminados para preservar el planeta. 

Los países que han llevado a la población indígena a la extinción o extrema marginación se precipitan hacia la destrucción. Por eso Ecuador, con su gran población indígena, está buscando ayuda de los países ricos para que le permitan conservar sus cuantiosas reservas de petróleo bajo tierra, que es donde deben estar. Mientras tanto, Estados Unidos y Canadá están buscando quemar combustibles fósiles, incluyendo las peligrosas arenas bituminosas canadienses, y hacerlo lo más rápido y completo posible, mientras alaban las maravillas de un siglo de (totalmente sin sentido) independencia energética sin mirar de reojo lo que sería el mundo después de este compromiso de autodestrucción. Esta observación generaliza: Alrededor del mundo las sociedades indígenas están luchando para proteger lo que ellos a veces llaman los derechos de la naturaleza, mientras los civilizados y sofisticados se burlan de esta tontería. Esto es exactamente lo opuesto a lo que la racionalidad presagiaría –a menos que sea la forma sesgada de la razón que pasa a través del filtro de DCRE.

miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Qui pa', CHILITO, qui pa'?




Por Ricardo González Ruiz


Nuestro querido CHILE, siempre motivo de profundo cariño y orgullo, hace tiempo que nos viene defraudando lastimosamente. Ese pueblo otrora grande y potente, aguerrido y patriota a más no poder ha sido convertido en un miasma de humanoides abúlicos y descerebrados, carentes de principios y valores, especialmente de respeto y disciplina, valores estos últimos indispensables para el avance de cualquier nación. Tamaño absurdo no puede ser natural ni espontáneo, pues tal como quedó dicho este gran pueblo no se convirtió sino que fue convertido. Hay que escarbar, investigar, averiguar qué se oculta tras este proceso de descomposición y a quiénes beneficia.

He titulado este modesto análisis con una interrogante propia de ejemplares de las más ínfimas variantes de la fauna involucionada que tipifica dicho proceso, deterioradas a tal extremo que están incapacitados para pronunciar correctamente palabras comunes y corrientes, tan comunes y corrientes como “qué pasa”, y la elegí porque encierra la clave del origen del proceso.

Trataré aquí de complementar el trabajo de la prensa corriente, o regular como diría un siútico, que oculta, calla, deforma, distorsiona, revierte o simplemente ignora el trasfondo de las noticias, contribuyendo conscientemente o no a ese proceso.

No disertaré algunas noticias desde un punto de vista independientemente nacionalista, sino que invitaré a reflexionar sobre esas lamentables tendencias de nuestra sociedad chilensis en aciago proceso de descomposición, como no me cansaré de repetir.

Si bien ocasionalmente en algún espacio se logra infiltrar algún ciudadano menos obtuso que la masa y manifiesta su desagrado o por lo menos extrañeza ante la proliferación de programas de farándula y su arrolladora invasión de hogares de todos los estratos, lugares públicos, centros de enseñanza y hasta centros de autoridad, nos parece que esas voces no sólo son muy menguadas sino lamentablemente no llegan jamás al hueso. Hay que dejar claro que esto no es una diatriba más contra la farándula. Tal empeño sería muy barato pues esta última es apenas parte de la epidermis y sólo sirve de ejemplo, puesto que lo que queremos es llegar al hueso e insinuar la médula. Tan sólo insinuarla…

Para que en los últimos tiempos esta invasión masiva se haya arraigado a tal extremo en el ‘alma nacional’ es necesario que algo haya pasado algo muy destructivo en las mentes de la mayoría silenciosa o inconsciente colectivo, algo corrosivo, un proceso achatador que se fue instalando ladinamente en nuestro entorno sin que nadie lo notara, algo imposible de no haber alguna persona o grupo u organización interesados en este retroceso de nuestro querido pueblo.

Repetimos, un proceso, una serie de acciones concatenadas y organizadas temporalmente conducentes a producir un efecto o cambio; acciones planificadas minuciosamente y aplicadas secuencialmente con una paciencia de siglos.

Sabemos de sobra que tan sólo plantear algo así dispara una reacción en la prensa, la que automáticamente empieza a hablar de conspiración, y lo hace porque hace tiempo los buitres se han encargado de teñir esa palabra con un tinte de paranoia que hace que los lectores o espectadores esbocen una sonrisilla y se desentiendan del tema, tal como fueron amaestrados.

Como perritos de Pavlov parten alegremente a buscar otro hueso pues el humano que les desafió a pensar habría hablado de conspiración, por lo tanto está cucú. ¡Listo, Evaristo!

Me arriesgaré igual, esperando que cada lector escuche su propia mente, y no las pantallas, al juzgar estas líneas y llegue a formarse su propia opinión, personal, individual y soberana. Junto a shilenitos y chilenoides, los Chilenos acabamos de cumplir 200 años como país y durante 180 o poco más a nadie le interesó la vida privada de artistas, modelos o personajes públicos, y para ser tomado por personaje público era imperativo tener algún mérito.

Llegada la tv aparecer en un programa de cualquier índole implicaba destacarse en algo, ser realmente alguien, en especial para dar opiniones. Pero en estos últimos 20 años o más nos acostumbraron a contemplar a pelafustanes y vulgares ganapanes sin dotes intelectuales ni artísticas, que de la noche a la mañana se elevan a sitiales que jamás sospecharon, sitiales que en décadas pasadas jamás hubieran podido siquiera soñar, junto con embolsarse emolumentos que muchos obreros no juntarán en toda una vida de sacrificios. Uso esos términos tan gráficos en forma genérica, o sea hombres y mujeres; claro que a causa del mismo fenómeno deberemos incluir otros entes indefinidos que no son lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario ¡zaz!

Coincidentemente, estos últimos entes también se nos han impuesto en una forma dictatorial, tiránica, opresiva, amenazante y asfixiante, a tal punto que personitas que apenas juntan tres o cuatro neuronas para incubar cosillas que pretenden ser ideas, se atreven a alzar sus voces en tono didáctico y simiescamente repiten las explicaciones que los profesionales al servicio de ese alguien o grupo tras bambalinas, les repiten hasta incrustarles el CD que echarán a andar si se presenta alguna mínima crítica hacia algún indefinido, pregonando supuestos derechos y que sólo se trata de su ‘opción’. Pronto una ley amordazará a todas las personas normales ¿o no?

Lo que nos preocupa es esa nueva mentalidad artificial de adoración de ídolos con pies de estiércol, de desprecio a gobernantes que lo hicieron bien, de morder la mano que nos devolvió la libertad, de pérdida del respeto, de indisciplina e insolencia desafiante generalizadas, de trueque de tradicionales valores nobles por antivalores, de emisión de juicios antojadizos basados en apariencias o prejuicios absurdos, de falta de trabajo mental, el aceptar el imperio de lo feo y malsano sin chistar y peor sin tomar conciencia de ello, de veneración de los delincuentes, de adormecimiento de la inteligencia y del espíritu. Sin tomar conciencia.

Capítulo aparte merece la bestialidad con que muchachones y mocosos que fungen como estudiantes se adueñan de la ciudad para destruir salvajemente lo que encuentran a su paso, para asesinar, o por lo menos intentar hacerlo, a ciudadanos cuyo trabajo consiste en mantener el orden, asegurar el cumplimiento de las leyes y proteger al débil, colaborando al funcionamiento normal de la vida en comunidad. No necesito recordar instancias ni fechas dado que las imágenes televisivas están en la memoria de todos. Pero, insisto, no trato de comentar esos hechos sino que pretendo hacer pensar en el origen de ese cambio tan drástico y negativo de la mentalidad Chilena. 

¿Qué sucedió para que niños tradicionalmente respetuosos, educados, especialmente frente a la autoridad, jóvenes conscientes de lo que era propio y qué ajeno, de los derechos de los demás (aunque no fueran comunistas), jóvenes que pensaban en labrarse un futuro (no en que el gobierno se los regalara), de pensar y actuar positivos, se transformaran en estos energúmenos poseídos de una bestialidad desatada, que compiten para ver cuál destruye más o provoca el mayor daño a personas inocentes que ni siquiera conocen.

En fin, la lista de absurdos sigue pero ya debe estar claro el punto, vivimos una época de podredumbre general como si un spray gigantesco hubiera esparcido sobre nuestra Patria una nube de algún gas idiotizante, degradante y deshumanizador que aspirado por la inmensa mayoría la privó de sus dotes humanas, especialmente su inteligencia.

No he visto ni escuchado a un solo comentarista, analista, cientista político o sociólogo que haya enunciado siquiera el tema, menos entonces analizarlo. Eso que no hacen los especialistas es lo que debemos hacer los ciudadanos comunes, es tomar conciencia de este proceso, para que una vez lograda una conclusión lógica y bien fundamentada podamos librarnos de él, diseñando una solución adecuada y definitiva que nos ayude a recuperar nuestro CHILE.


Parecerá exagerado pero invito a detener la lectura y echar una mirada objetiva y muy descarnada a nuestro entorno actual, en especial las repuestas de la gente común entrevistada en radio y tv, cuyo uso del idioma da lástima, cuya cortedad de ideas y confusión mental da náuseas, no escapando a esta realidad las declaraciones de muchas autoridades en los noticiarios, para luego analizar si es verdad que existe tal proceso de imbecilización inducida o si estoy exagerando. De ahí me cuentan…

martes, 30 de julio de 2013

El Compromiso Militante




Por Augusto Bleda


Si hoy las diferentes alternativas políticas no llegan a ninguna parte es por la ausencia gigantesca de un compromiso militante y de una conciencia comunitaria. “¿Por qué comprometerse?” Se pregunta el individuo liberal, hecho de nihilismo, de una vida de vacio consumista.

Comprometerse es un deber de todo quien vive en una comunidad y sabe que sus perspectivas individuales dependen del tejido social en que se sustenta. El futuro de sus hijos depende del porvenir y el destino común de su comunidad, y por eso se la defiende, y se intenta mejorarla, reforzarla, hacerla indestructible.

Muchos confunden política con partidocracia, cuando se habla de compromiso militante.

Política es toda actividad que se inserte en la comunidad, tanto las actividades que resultan positivas para el bien común, como las que resultan nocivas, todas ellas hacen a la totalidad de la realidad política comunitaria y en consecuencia, de la realidad política universal. Incluso influye en la realidad política todas las actividades sociales de los autodenominados “apolíticos”. El arte, la cultura, la televisión, los libros, los bancos, el trabajo, el fútbol, todo es Política.

La conciencia de comunidad, por esta razón, es el principal obstáculo para el accionar político del establishment financiero internacional, de los grandes poderes multimediáticos capitalistas, y de los colaboracionistas políticos de todos los colores y tenores.

Promovieron por ello la despolitización de la vida social, atomizando y dividiendo a los jóvenes en “tribus urbanas”, despojándo al hombre de toda referencia supra-personal que no sea un elemento de comercialización, una moda, una pose.

Por el contrario, quienes poseemos un deseo de volver a lo social, de luchar por una comunidad organizada, más justa, más libre, entendemos que el compromiso militante es el espíritu participativo que le da sustento a una nación, a todo estado de raíz popular, que moviliza toda ética, idea y voluntad superior.

La democracia que tenemos no es el único sistema posible, ni el mejor ni el menos malo. El hecho de criticar los fundamentos de este sistema no nos hace reaccionarios, marginales, ni extremistas de ninguna índole, a diferencia de lo que el pensamiento único nos induce a creer.

Los fundamentos hipócritas de la democracia actual pueden resumirse afirmando que:

1          1)    Es falso que sea “liberal” pues garantiza libertades y seguridad solo a quienes tienen dinero.

               2)    Es falso que sea democrático en tanto no cumple la voluntad del pueblo sino la del poder del dinero.

                3)       Es falso que le importen los derechos humanos en un mundo de pobreza e inequidad económica.

       4) Es falso que sea un sistema igualitario, en tanto es una falacia     la noción de igualdad abstracta que postula.

Estas verdades de la democracia actual han arrastrado el mundo al saqueo, a las peores guerras económicas, al narcotráfico, al calentamiento global, al negocio de las armas y los medicamentos, etc.

Este modelo político, este sistema, ha sido la primera garantía para el proceso llamado “globalización”.

Una globalización que no fue más que el triunfo de la ética del mercader, del paria, de la tecnología usada para adormecer y someter a los hombres. Esta globalización que se encarga de estupidizar juventudes. La Globalización es un plan de los grandes banqueros internacionales. 

La principal herramienta de este sistema fue y sigue siendo la usura, el mecanismo nefasto del préstamo a interés. Esto es lo que mejor nos habla de su naturaleza intrínseca: este sistema es una estafa, una injusticia, es esclavitud a los dueños del dinero.

Esta y no otra es la verdadera cara, el poder real que se esconde tras nuestras “democracias”. No caeremos en el error tan grosero de confundir república o democracia con liberalismo.

Hay que saber ver los matices y señalar al liberalismo como el enemigo de los pueblos, como el principal instrumento del poder financiero global para subyugar y colonizar naciones. La democracia no fue más que una excusa, porque en los hechos nunca fue tal, es decir, nunca fue una democracia lo que nos gobernó, y si más bien una plutocracia, un gobierno de los adinerados.

Tampoco fue una república de hecho, pues la división de poderes es un mero formalismo que no garantiza la primacía del bien común y permite al poder del dinero corromper todas las estructuras institucionales.


Todo esto nos indica una necesaria toma de conciencia comunitaria, de respeto y amor a la riqueza de nuestro suelo y nuestra gente. Hoy más que nunca, nos resulta urgente. Para construir un verdadero gobierno del pueblo, es preciso un despertar de conciencia en todos los hombres. Sabemos que hoy existen minorías activas, pero que no están lo suficientemente organizadas como para guiar al pueblo hacia la emancipación. En este sentido, la toma de Conciencia Comunitaria, y el compromiso militante puesto en marcha en cada uno de nosotros es el primer paso fundamental para organizar la resistencia y combatir por la revolución en cualquier parte del mundo.

Historia del Movimiento Nacional Socialista de CHILE



MOVIMIENTO NACIONAL SOCIALISTA DE CHILE

Movimiento político creado el 5 de abril de 1932 y extinto en 1938. Originado como un verdadero reflejo local de los partidos fascistas de Italia y nazistas de Alemania, fue fundado entre otros, por el abogado Jorge González Von Mareés y Carlos Keller.


En las elecciones parlamentarias de 1937, obtuvo tres diputados. En 1938 el MNSCH, junto a otras agrupaciones forma la Alianza Popular Libertadora, y apoya la candidatura de Carlos Ibáñez del Campo. A comienzos de 1939, el Movimiento Nacional Socialista de Chile, se reestructuró y tomó el nombre de Vanguardia Popular Socialista.

jueves, 25 de julio de 2013

La imperiosa necesidad de una Izquierda Nacional en CHILE




Por Fesal Chain


El gobierno popular de Salvador Allende tuvo como estrategia central la autonomía económica de Chile entendida como la segunda independencia nacional. Provenía esta idea fundante no sólo del socialismo histórico, sino de las alianzas que este socialismo había realizado en y con los gobiernos radicales. Si bien Salvador Allende provenía del mundo demoliberal y parlamentario, fue un sujeto histórico capaz de recoger la herencia cultural de vastos sectores a los que los unía un fuertísimo denominador común: el proyecto estratégico de desarrollo nacional contra el mercantilismo y el liberalismo de la derecha tradicional chilena. Del punto de vista histórico hay muchísimas evidencias de que la conformación del proyecto de la Unidad Popular es la continuación de una propuesta anti mercantil de desarrollo económico y social, donde el Estado y el Gobierno como brazo operacional del primero, fuera capaz de dirigir la economía y de sentar las bases de alianzas sociales y políticas por el desarrollo económico y social de las mayorías trabajadoras.


1.- Radicales, Socialistas y Nacionalistas

Al respecto, los antecedentes históricos de la alianza política entre socialistas y nacionalistas (ambos doctrinariamente anti liberales), bajo los regímenes radicales, en la década de los años 30 y 40 son evidentes. Como antecedentes:

"...A mediados del mes de enero de 1939, el Movimiento Nacional Socialista (MNS), ya en algo recuperado de los luctuosos acontecimientos del 5 de septiembre (Matanza del Seguro Obrero. Nota del Autor.), y después de un congreso nacional de dirigentes, pasa a denominarse Vanguardia Popular Socialista, cuyas siglas fueron VPS.(...)Con la Vanguardia, Jorge González Von Mareés, pasa a reconocer dentro de nuestro país la existencia de la “lucha de clases, como un fenómeno innegable” (Declaración pública de la VPS, 1939), abogando en el plazo inmediato por su sustitución, mediante una política integracionista de carácter social y nacional". (1)

(...)Días después del triunfo del Frente Popular, el 24 de enero de 1939, ocurre el terremoto de Chillán, tragedia que dejó un pasmoso saldo de 30 mil muertos, 40.000 heridos y 10.000 casas destruidas. Unido el país ante el dantesco siniestro, comenzaron los esfuerzos de recuperación de las zonas afectadas, las cuales se encontraban aisladas e incomunicadas. “(…) Sin teléfonos, sin telégrafos, sin medicinas, sin víveres, en medio del pavor, medio millón de chilenos amaneció el 25 en mitad de una espantosa catástrofe (…)” (2)

"La Vanguardia Popular Socialista, mediante su voluntariado, prestó una activa colaboración en estas tareas, realizando un importante papel, por ejemplo, en el ámbito de las comunicaciones a través de su militante Pedro del Campo, hecho que le valió su reconocimiento público. Así comienza, en el ámbito práctico, un intenso contacto político entre el sector vanguardista y el frente popular, muy especialmente con el Partido Socialista, a través del dirigente de esa colectividad Oscar Schnake.

Cuando se estructuraba el nuevo gobierno, y quizás por la colaboración dada por el nacismo hacia el triunfo del abanderado del Frente Popular, esta alianza le ofertó una serie de cargos públicos, aceptándose solamente los puestos del dirección del Registro Civil y la Conserjería de la Casa de Crédito Agrario, puestos que fueron administrados respectivamente, por los vanguardistas Felipe lazo Pérez Cotapos y Gustavo Vargas Molinare".(3)

“(…) Don Pedro fue leal con todas las fuerzas políticas que lo eligieron Presidente, así como también con los ibañistas de la Vanguardia Popular Socialista de don Jorge González Von Mareés (…) El espíritu realizador de don Pedro Aguirre Cerda lo llevó muchas veces a designar en cargos importantes a hombres de otras tiendas, considerando tan solo su capacidad. Entre ellos recordamos a Guillermo del Pedregal, Roberto Vergara y tantos otros.” (4)

"Pocos días antes de cumplirse el primer aniversario de la masacre del seguro obrero, ocurrió un acontecimiento impensado y hoy olvidado de los libros históricos nacionales. En una concentración realizada en el Teatro Carrera, el Jefe de la Vanguardia Popular pronunciará un discurso ante sus cuadros, el cual culminará con un fraternal abrazo entre este y el dirigente socialista Marmaduke Grove. Así mismo, el 3 de septiembre de 1939, en el barrio cívico de la ciudad de Santiago de Chile, se desarrollará una multitudinaria concentración pública, la cual reunirá a los cuadros de la VPS y una delegación de las “camisas de acero” del partido socialista.

En cuanto al trabajo parlamentario, los tres diputados ahora vanguardistas ( González, Guarello y Molinare), lograrán la aprobación de iniciativas, tales como: el proyecto de ley para la creación de corporaciones de reconstrucción y fomento ( futura CORFO); la incorporación de un impuesto extraordinario a las empresas cupríferas norteamericanas establecidas en nuestro territorio (hoy conocido como “royalty”); la suspensión momentánea del pago de la deuda externa; más la consideración del establecimiento de un área exclusiva para la explotación marítima nacional ( conocida en el presente, como las “ 200 millas)”. (5) Otro elemento constitutivo de la relativa continuidad de la Unidad Popular con respecto a la doctrina común de nacionalistas y la izquierda en relación al rol del Estado es el proyecto de nacionalización del cobre: " Años más tarde, en 1940, González von Marées propuso la "nacionalización del cobre y del salitre"; dicho proyecto sería aprobado recién el 11 de julio de 1971 por el gobierno de Salvador Allende siendo uno de los principales hitos de la historia nacional". (6)

1.1.- Algunas distinciones

Es más que evidente que con lo anterior no estoy afirmando que la izquierda chilena se haya constituido a partir del pensamiento nacionalista ni nacista ni haya tan fuertemente influido por estos,como lo plantea Víctor Farías, sino pretendo demostrar que en la historia de Chile, la Izquierda Chilena tuvo, más allá de las diferencias ideológicas y de los conflictos internacionales, períodos importantes en que hizo primar su concepción anti liberal y de amplios acuerdos con todos aquellos sectores que también postulaban su oposición activa al liberalismo mercantilista y su apoyo irrestricto al rol del Estado como inversor, gestor y fiscalizador de la economía en su conjunto para beneficio de amplios grupos sociales mayoritarios.


2.- El Nacionalismo y La Izquierda antes y después del Golpe de Estado de 1973

Los sectores nacionalistas actualizados en Patria y Libertad y en el Partido Nacional, promovieron activamente la sedición, el sabotaje, la caída de Allende y el Golpe de Estado de 1973. Sus dirigentes más connotados fueron partícipes y protagonistas de la dictadura y muchos de sus cuadros fueron activos militantes de los Servicios de Seguridad: DINA Y CNI, y uno de sus líderes Pablo Rodriguez Grez llegó a ser abogado del Dictador Pinochet en pleno siglo XXI.

Pero también existen evidentes signos históricos que una parte importante del nacionalismo, pasado los sucesos de defenestración del General Leigh en 1978, fueron opositores a la dictadura pinochetista, especialmente en lo que respecta al modelo económico neo liberal importado de Chicago y promovido por el gremialismo UDI de Jaime Guzmán, que ya había girado desde el pensamiento nacionalista corporativista de Primo de Rivera al liberalismo económico de Chicago.

Como elementos adicionales a la confrontación del modelo económico entre duros y blandos (nacionalistas y gremialistas) hay suficiente material del rol directa y francamente represor que cumplió Jaime Guzmán sobre los destacamentos civiles tanto al interior como fuera del régimen, y de ahí se explica a su vez, su fuerte oposición a Manuel Contreras y a los aparatos de seguridad del régimen dictatorial que estaban fuertemente influenciados por el pensamiento nacionalista más ultrista y anticomunista y de carácter lumpérico.

Algunos documentos nacionalistas plantean también que el cruel y alevoso asesinato de Tucapel Jiménez, por ejemplo, fue más bien el aprovechamiento político por parte de los sectores pinochetistas de la dictadura, de una reyerta interna entre el pinochetismo y el nacionalismo, siendo Tucapel Jiménez un connotado líder nacionalista antipinochetista y antidictadura.

Por otra parte ya en 1986 aproximadamente, Roberto Thieme, uno de los lideres más connotados de Patria y Libertad, plantea públicamente en la Revista Análisis que era necesario formar parte del Movimiento Democrático Popular en la lucha contra la dictadura y siguió manteniendo una clara oposición al régimen y al liberalismo tanto de izquierda como de derecha. Una especie de tercera posición doctrinaria, aún cuando en su vida privada mantuvo estrechos lazos con la derecha chilena y con la familia Pinochet por consideraciones sentimentales y afectivas. Al respecto es recomendable leer el libro escrito por el periodista Manuel Salazar: El Rebelde de Patria y Libertad, de Sociedad Editorial Mare Nostrum.


3.- La izquierda y su vocación estatal, nacional y popular hoy

Propugnar hoy día un alianza entre sectores nacionalistas y la izquierda, al estilo de la década del 40, es un contrasentido político y ético, especialmente si consideramos la historia de la década del 70. Probablemente en la década de los 40 y hasta el año del "tacnazo", un fallido golpe de estado que ocurrió en Chile el 21 de octubre de 1969, (donde un grupo de oficiales liderados por el General Roberto Viaux, se acuarteló en el Regimiento “Tacna” de Santiago para exigir mejoras salariales y profesionales para el Ejército de Chile), sectores de la izquierda chilena que habían participado en el Frente Popular, en el gobierno de Ibañez desde el socialismo y el agrario laborismo, aún tenían cifradas esperanzas en que una alianza entre nacionalistas, militares y la izquierda, era el mejor camino de un proyecto nacional de desarrollo para los trabajadores, bajo un modelo de Estado fuerte y dirigista. Al respecto en conversaciones con viejos militantes socialistas cercanos al modelo nasserista, me ratifican que algunos de ellos a modo personal, participaron del intento de golpe de Viaux y que veían en este movimiento una alternativa al demoliberalismo de la izquierda histórica, de la falange y de la derecha tradicional.

Sin embargo las acciones de sabotaje y terroristas de Patria y Libertad antes y durante la UP, el golpe de estado de 1973 y las acciones y alianzas del nacionalismo con los servicios de seguridad del pinochetismo, le quitaron, si alguna vez las tuvo, a la totalidad de sus vertientes todas las cartas de nobleza que podían catapultarlo en alianza con una izquierda antiliberal, a ser una alternativa al liberalismo mercantil democrático .

Pero también la izquierda chilena perdió sus cartas de nobleza, por una parte ha abandonado todo tipo de proyecto de carácter estatal y de desarrollo, para terminar subsumida en distintas variantes del liberalismo parlamentario y del neo liberalismo, esto especialmente a partir de la influencia de los dirigentes que volvieron del exilio y de los sectores socialistas más liberales como el laguismo, el socialismo proveniente de la democracia cristiana (influencia directa del MAPU) y el tercerismo alemán. A su vez el Partido Comunista que seguía levantado hasta el año 2005, una alternativa o tercera vía a los liberalismos en pugna, ha vuelto a sus alianzas demoliberales históricas con los sectores socialistas liberales, tal cual lo hizo en la década de los 40 con sectores anti nacionalistas y anti socialistas, lo que lo ha colocado claramente en el ala izquierda de la socialdemocracia liberal.

Los planteamientos de Allende que provenían como matriz cultural de la visión estatal desarrollista tanto del radicalismo o socialismo democrático, de la propia izquierda marxista, como del nacionalismo de los años 40, ha quedado en definitiva como un recuerdo fantasmagórico de lo que alguna vez la izquierda chilena levantó como proyecto.


4.- ¿Entonces porqué una Izquierda Nacional?

La respuesta es simple, hoy la ultra derecha pinochetista y sus sectores transformistas, como la izquierda demoliberal en su conjunto, están unificadas en la administración del modelo financiero y monetarista. No hay alternativa política que coordine y levante una alternativa real a los liberalismos en pugna, al demoliberalismo de la izquierda socialista y comunista y al neoliberalismo democristiano y neopinochetista, en suma a la estrategia improductiva y usurera de la burguesía financiera quien ha supeditado a la totalidad de clases, fracciones y sectores socio económicos de la vida nacional a sus intereses particulares. Y hoy ya no sólo desde los poderes fácticos de los grupos financieros y corporativos de la clase patronal sino también desde el gobierno que han recuperado después de 20 años de administración socialdemócrata liberal.

De esta manera se hace urgente la construcción de una Izquierda Nacional, capaz de tomar en sus manos tanto la memoria y herencia cultural, la historia doctrinaria y política de los destacamentos más consecuentemente antiliberales de la historia de Chile y con vocación profunda de construcción de un Estado Nacional fuerte, especialmente las ideas y acciones que van desde los años 20 al 70 del siglo pasado, al mismo tiempo que limpiando esta historia de los sectores y destacamentos vacilantes y recalcitrantes o terroristas, reactualizando en el ámbito político y económico sus propuestas estratégicas.

A propósito de las reactualizaciones, no es azaroso que en la pasada campaña presidencial, el candidato opositor a Frei y Piñera, Enríquez-Ominami, que si bien proviene del liberalismo socialdemócrata, haya puesto énfasis en la defensa de trabajadores en general como creadores de la riqueza y a los sectores más tradicionales, por ejemplo los productores del agro en particular, como así también que su jefe de Campaña, Max Marambio haya invocado un rol aún más fuerte del Gobierno como brazo operativo de un Estado con mayor capacidad regulatoria y fiscalizadora de los mercados. Como así también no es azaroso, que un contingente de al menos 8% de la votación derechista lo haya respaldado, lo más probable es que sean aquellos sectores que no se identifican con la izquierda histórica, pero tampoco con el libremercadismo a ultranza de RN y de la UDI, es decir los sectores antiliberales históricos no izquierdistas y más apegados a la tradición nacionalista y antipinochetista. En esa incipiente alianza se vislumbra una relativa recuperación de la memoria histórica, de las ideas y acción política de los sectores más críticos del demoliberalismo y del mercantilismo.

A mi juicio, es necesario hoy tomar los elementos esenciales de los que fuera la propuesta Radical, Socialista, Nacional y Desarrollista de puesta en marcha de un Estado Co-inversor gestor, fiscalizador y propulsor de la economía nacional como industrialización, desarrollo hacia adentro y producción y distribución de la riqueza para las grandes mayorías nacionales, donde el gobierno sea el brazo político capaz de ejecutar las tareas estratégicas. Considerando, por supuesto, la globalización cultural, económica y política en la que vivimos actualmente, producto justamente de la internacionalización a gran escala del capital financiero.

Se trata a su vez de establecer las clases, fracciones de clases, y los sectores y grupos sociales que han sido supeditados económica y políticamente al modelo de Chicago: los sectores populares expropiados de todo fruto del crecimiento, los trabajadores manuales e intelectuales, los nuevos proletarios del retail y de las ventas, los micro, pequeños y medianos empresarios, los empresarios del Agro y del sector exportador, las Fuerzas Armadas y en especial el Ejército profesionalizado, con su enorme acumulación de elementos técnicos y teóricos de planificación y logística, considerar a los grupos económicos con fuerte presencia productiva o susceptibles de realizar re conversión y a los partidos políticos con vocación de servicio público y formación de cuadros profesionales y técnicos de intervención social en todas las áreas de la economía.

5.- La propuesta concertacionista de los últimos 20 años ha fracasado. No reformó el modelo neo liberal ni construyó un Estado Social, pero en lo estratégico no logró como propuesta socialdemócrata real, el reconocer dentro de nuestro país la existencia de la “lucha de clases, como un fenómeno innegable abogando por su sustitución, mediante una política integracionista de carácter social y nacional", como lo planteara Von Mareés y los sectores socialistas históricos en la década de los 40 bajo los regímenes radicales más progresistas.

La concertación no quiso romper con la hegemonía de la burguesía financiera sobre la totalidad de las clases, y grupos sociales de la Nación. De esta manera le hace entrega a la misma burguesía financiera liderada por su máximo financista y el hombre más rico de Chile, del gobierno de la República. No podría haber sido de otro modo pues la propia concertación no fue capaz ni deseo representar y traspasar poder a los grupos y clases subalternas al modelo financiero.

Hoy el gobierno de la burguesía financiera y de los poderes fácticos y corporativos de la clase patronal, tiene un margen de maniobra estrecho para optimizar el modelo y si bien aboga por un abstracto gobierno de Unidad Nacional, sólo podrá aplicar el modelo neoliberal y monetarista más ortodoxo, reproduciendo los antagonismos y problemas estratégicos de la lucha de clases del período anterior. Frente a esta realidad, no es para nada absurdo ni utópico, dado la creciente descomposición del modelo libremercadista, que los amplios sectores sociales ya descritos y los destacamentos de todo signo con mayor vocación estatal y de intervención, vía un modelo de mayor productivismo y redistribución de los frutos del crecimiento, comiencen a nuclearse para llevar adelante los verdaderos cambios estructurales que Chile requiere imperiosamente.





(1) Bragassi Hurtado, Juan; La Historia de la Vanguardia Popular Socialista .
(2) “Terremoto de Chillán”; Revista Ercilla; N° 195; enero de 1939.
(3) Ibíd 1.
(4) Chamudes, Marcos; “Cuidado no me desmienta”; editorial Alonso de Ovalle, 1954; pp.11 a la 112.