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domingo, 26 de enero de 2014

Nos quedamos




Soy nacionalista blanco y nación la cargo por dondequiera que deambule, sea Chile, sea Argentina, sea Perú, sea donde sea. Siempre voy a cargar por el lado de mi gente, y donde ésta se sienta más segura. Sinceramente, dudo que vaya a estallar alguna guerra, pero no me importa: el mar es nuestro. Si la gente que no está aquí, en el Norte, no lo quiere ni le interesa, pues por nosotros no hay problema: a nosotros sí nos importa.

Muchos, la mayoría, de nuestros ancestros vinieron desde el sur a combatir no por los capitales extranjeros o el poderío económico, como quieren establecer reduccionistamente algunos, tampoco vinieron a combatir por la tierra ni para procurar los recursos, sino que vinieron a combatir cuando supieron de los atropellos que estaban sufriendo su gente. Digo su gente y no sus compatriotas pues, como está bien documentado, jóvenes nacidos y criados en Argentina, cruzaron la cordillera al enterarse que familiares suyos (muchos de los cuales ni siquiera conocían) estaban solos. Manuel Castro Ramos -tras una denigrante tortura- murió ahogado por denunciar los ultrajes contra la población chilena por parte de los soberanos (i.e., el Perú); hoy es el Estado de Chile el que ultraja a la población del norte: tienta la suerte compareciendo ante un tribunal ridículo en el cual no tenemos nada que ganar, apoya al avalar con silencio la entrada de miles y miles de inmigrantes indeseables cada año (delincuentes, mestizos, negros, pandilleros, y toda la amplia gama de ralea melaninizada que pueda ofrecer Sudamérica), devuelve una cifra absurda del presupuesto que, paradójicamente, es en el norte de donde proviene la mayor parte ¿Por qué tendríamos que movernos de aquí, no fueron nuestros tatarabuelos los que nos legaron este lugar? Nosotros no nos vamos, que se vayan ellos.

El cuento de las 7 familias realmente me la suda. ¿Alguien cree en realidad que las famosas 7 familias van a perder un solo dólar en caso de que Chile pierda esa porción? Por favor: el capitalismo es apátrida, su nación es el dinero. Una flota puede moverse y agotar los stocks de pesca si así lo requiere. Sí, la pesca industrial en Chile es destructiva. Pero, ¿alguien sabe cómo es la pesca en Perú?

Si no te importa el norte por su gente, entonces que te importe por los pecesNadie conoce nuestra realidad más que nosotros, los que vivimos acá. Nuestras calles están llenas de los nombres que los izquierdistas odian, y el suelo es nuestro porque fue arrebatado con violencia a sus antiguos dueños. ¿Tienes algún problema con eso?

Pueden pensar lo que quieran, pero soy todo menos un amante de las instituciones, y mucho menos un amante de las Fuerzas Armadas. No abogo por el Estado-Nación, mismo Estado que considero mi enemigo… pero enemigo más grande es el estado de más al norte, pues veo en su población y no veo gente semejante a mí, y los veo avanzar con sus costumbres, sus genes y su rastrera prepotencia. Si Chile cede ante la demanda marítima, entonces tendrá que ceder ante toda la exigencia de las hordas mestizas y negroides que se acercan, y será el fin de los reductos de raza blanca en el norte, y será nuestro fin porque el inepto mando central y la gente de a pie no le habrá dado la relevancia que tenía. No haré grandes aspavientos de militarismos tontos propio de civil exaltado sin instrucción militar (típico), pero ser presencia es ser resistencia. Nosotros o ellos.


Probablemente, nosotros seamos el equivalente del Mediterráneo que tuvo que soportar todas las hordas de inmigrantes para que Europa pudiera prosperar en la comodidad que permitía la ausencia de choques con otros pueblos. Nosotros no tenemos comodidad, pero tenemos un premio: podemos ser racistas, xenófobos e intolerantes donde ser todo eso sí es un desafío que se vive día a día. No importa el fallo. De aquí no nos moveremos. Nos quedamos.

martes, 19 de noviembre de 2013

El Nacionalismo después de las elecciones




Por Alexis López Tapia


Independientemente de cómo se presente el próximo resultado electoral, tanto a nivel presidencial como parlamentario, y a las diferentes e incluso contradictorias posiciones que diversos grupos y movimientos de carácter nacionalista han adoptado respecto del voto en las mismas, es indudable que existen hechos permiten proyectar un cambio bastante radical en las tendencias que este sector ha venido sosteniendo hasta el presente.

En este breve análisis, quisiera presentar algunos de estos hechos, y comentar mi visión sobre su potencial desarrollo a mediano plazo.

a) El quiebre con la derecha:

Aunque desearíamos que se tratara de una ruptura político-ideológica definitiva, y no un mero quiebre circunstancial como es el caso, hay evidencia clara de que un amplio sector del nacionalismo en cualquiera de sus variantes, ha optado por no concurrir a votar por Evelyn Matthei, ni en primera ni en segunda vuelta, incluso arriesgando el triunfo de Bachelet en la primera –cosa que a nuestro juicio no ocurrirá pese a sus deseos–, marcando una inflexión bastante notoria en las relaciones tradicionales del sector con los partidos de la Alianza y con la derecha en general.

El principal responsable de este hecho, y habrá que saber agradecerle por ello en el futuro, ha sido el Presidente Sebastián Piñera, que motivado por un enorme voluntarismo ideológico y electoral, tensó sistemáticamente durante su gobierno las relaciones con los sectores más conservadores de la derecha, con los militares en retiro, y con el mundo nacionalista en general, situación que llego a su clímax con el suicidio dl General (R) Odlanier Mena, quien en un acto absolutamente consciente de sus efectos políticos, estuvo dispuesto a entregar su vida para provocar un quiebre definitivo de estos sectores, no sólo con el mandatario, sino de paso, con los sectores claramente (neo)liberales y globalistas de la derecha en el poder.

Si bien no creo que sea posible cuantificar electoralmente los efectos de este hecho –ya que veo gran dificultad técnica en contabilizar los votos que dejará de recibir Matthei producto de su respaldo al mandatario en el caso mencionado–, al menos Políticamente es claro que se trata de una situación nueva, que no ha tenido precedentes similares durante los últimos 30 años.

La profundidad de este quiebre, sus efectos políticos a mediano plazo, y las reacciones que estos efectos provocarán tanto al interior del nacionalismo, como en la propia derecha a la que hasta ahora había venido apoyando, serán determinantes para definir el futuro tanto de estas relaciones, como aún más importante, la potencial articulación de este sector como un actor operativo dentro de la realidad política nacional.

b) Las estructuras políticas que vienen:

La llegada al poder de la Derecha, lejos de constituir un freno como probablemente habría sido su intención, sirvió de acicate a las intenciones de diversos sectores por constituir nuevos referentes políticos en torno a las ideas del Nacionalismo.

Sumado a ello, la desaparición o mejor dicho, descomposición, de algunos grupos y pequeños movimientos juveniles que habían venido intentando articularse a nivel nacional, ha dejado un amplio margen para el surgimiento de estructuras de mayor relevancia y consolidación político-ideológica, directamente Partidos Políticos, varios de los cuales se encuentran o bien en formación, o bien a punto de lograr su constitución a nivel regional.

Si bien esas iniciativas son incipientes, permiten determinar una tendencia que seguramente irá en aumento en los próximos años: daba la actual factibilidad cuantitativa de reunir las firmas necesarias para inscribir Partidos –gracias al voto voluntario que ha reducido la cantidad necesaria para generar esas estructuras–, es claro que asistiremos a muchos intentos y algunos éxitos por inscribir nuevos partidos de carácter nacionalista.

Independientemente de qué organización lo logre, este será un hecho políticamente novedoso, ya que desde el Partido Nacional, salvando las críticas ideológicas que se pueden hacer a esta calificación, el nacionalismo no ha contado con partidos propios desde hace más de 40 años.

Es claro que este hecho no augura el éxito electoral de esas organizaciones, que como muchas otras, pueden desaparecer tras la primera barrera electoral que les toque sortear. Sin embargo, permitirán por primera vez que el sector posea algunos candidatos propios enmarcados en esas estructuras, lo que a su vez permitirá medir electoralmente al sector.

Quizá la probabilidad más interesante, sea la potencial formación de un pacto o coalición entre diversos partidos regionales, e incluso nacionales, para lograr obtener mejores resultados electorales que los que obtendrían en forma aislada, y a la vez, para presentar mayor cantidad de candidatos en cada elección.

Pese a ello, estimamos que estos esfuerzos aislados –aunque incluso lleguen a coordinarse electoralmente–, no lograrán transformarse en partidos de masas con capacidad política y electoral suficiente para comenzar a incidir de manera relevante en las tendencias actualmente vigentes.

Se requerirá además, una dosis bastante elevada de altruismo y realismo político para que esos referentes logren coordinarse, y aún más para que acierten estrategia de trabajo en conjunto que les permitan obtener algunos resultados viables a mediano plazo. Aun así, el hecho político es que habrá algunos o varios partidos de carácter nacionalista que comenzarán a actuar en el país durante los próximos años, y eso constituye un avance.

c) La necesaria redefinición ideológica

Aunque la tendencia anterior es predecible, no necesariamente ocurre lo mismo con las definiciones ideológicas de estos posibles referentes.

En general, la tendencia a comprender el nacionalismo desde perspectivas tradicionales, occidentales o eurocéntricas, hispanistas, románicas, raciales e incluso de clase, sigue pesando gravemente en el sector.

Esta herencia del Determinismo –biológico, cultural o materialista–, supone un escollo muy difícil de superar para la mayoría de los referentes a nivel nacional, y por ende, es muy posible que durante las primeras etapas de este nuevo proceso veamos repetidas, una vez más, consignas que se encuentran completamente superadas tanto desde la perspectiva ideológica estricta, como aún más importante, de la doctrina y los hechos políticos que estas determinan.

Es en este ámbito, a nuestro juicio, que se hace absolutamente necesaria la redefinición ideológica del nacionalismo chileno, no como una simple reiteración de las ideas de la Generación del Centenario en el Bicentenario, sino efectivamente como una nueva concepción que dé cuenta cabal de los procesos políticos que vivimos tanto a nivel Nacional, del Continente y el Mundo.

Esta es sin duda la labor más difícil, tanto porque se enfrenta al lastre de la tradición mal entendida, como al desafío del Deconstruccionismo, el Asistemismo y la Globalización como principales contradictores en el campo ideológico y político.

Por ello, la tentación siempre presente del nacionalismo por actuar en “reacción” ante el proceso en desarrollo, y con ello volverse nuevamente funcional a los intereses de la derecha, será uno de los principales obstáculos que deberá sortear en el futuro próximo.

Ello será aún más evidente en el caso del posible triunfo total de Bachelet, en primera vuelta y con mayoría parlamentaria, en que las presiones para “acelerar el proceso revolucionario” se volverán imperiosas.

Ante este escenario potencial, el primer requerimiento que deberá hacerse es que las sean las propias bases fundantes del nacionalismo del bicentenario las que cambien, y claramente, su eje fundamental deberá ser la Identidad, como concepto básico de la Nacionalidad, a partir de bases que superen ampliamente las conocidas críticas ideológicas que han minado y vaciado de contenido las concepciones tradicionales.

Cómo se logre realizar este cambio y quiénes están llamados a hacerlo escapa a este análisis de coyuntura, pero resulta evidente que se trata del desafío inmediato más relevante que deberá asumir este sector si quiere ser algo más que “el tonto útil de la derecha”, en los hechos que comenzarán a ocurrir pasadas las elecciones.

d) Los liderazgos requeridos

De todo este análisis fluye la necesidad básica de contar con liderazgos eficaces, pragmáticos, políticamente realistas, comunicacionalmente eficientes, y formados estratégicamente para los desafíos que comenzarán a hacerse presentes tras las elecciones.

Y adicionalmente, es claro que esos liderazgos deberán tener una amplia capacidad de diálogo, de transversalidad y de capacidad de concitar acuerdos, tanto a nivel de base como a nivel político operante, toda vez que la magnitud de los desafíos hace improbable que un único referente logre alcanzar relevancia nacional a corto plazo.

De allí que desde ya dejemos planteados que los mesianismos deberán o deberían estar excluidos por defecto en el nuevo escenario que se está desarrollando. No se requieren salvadores, iluminados, caciques, caudillos ni héroes de pacotilla.

Se requiere básicamente mucho sentido común y mucha sabiduría popular, que son a la vez, el menos común de los sentidos así como de la sabiduría. Y por cierto se requiere trabajo, intelectual, ideológico, doctrinario y fundamentalmente político.

Pero por sobre todo, se requiere de un verdadero Sentido de lo Relevante, de lo Nacionalmente Relevante. De aquello que –cuando se entiende y se aplica correctamente–, ha hecho y hace que las ideas nacionales logren encarnar la fuerza y el poder suficiente, para transformar radicalmente la realidad de la comunidad del pueblo en función de un objetivo nacional ampliamente compartido.

Esperamos que este breve análisis ayude, junto a muchos otros, a dar el primer paso en esa dirección.


Saludos a todos.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Declaración de un Roto Chileno ante las fiestas patrias




Por Cristian Battaglia


Hoy se celebra la primera junta de gobierno, la misma en la que se le juró fidelidad al Rey Fernando VII. En esa junta estaban los aristócratas, mientras que los rotos les cuidábamos los fundos. Luego llegó la fiebre independentista, y ahí esos mismos aristócratas se voltearon la chaqueta e hicieron propaganda por la Independencia. Hubo una Guerra, que con intervalos pequeños de paz duró casi 4 años, y ahí los rotos estuvimos de nuevo peleando y masacrándonos entre nosotros. Lo único que nos diferenciaba era que algunos eramos patriotas y otros fieles a la corona. Llegó la Independencia y nos devolvimos a los fundos. De trabajarle al español pasamos a tener patrones chilenos. No cambió en nada nuestra situación. 

A medida que fue avanzando la historia, siempre los rotos fuimos los que pusimos el pecho a las balas. Las guerras civiles de 1830, 1851, 1859 y 1891 vieron correr nuestra sangre. Siempre defendiendo a los patrones, sin importar si eran liberales o conservadores, ambos nos explotaban. También tuvimos que ir a finarnos pal norte. A Perú nos mandaron dos veces: en 1838 y en 1879. En ambas ocasiones ni siquiera peleamos por los patrones chilenos, ahora eran oligarcas de Inglaterra a los que defendíamos. Tuvimos que matarnos con nuestros hermanos del norte, igual de rotos y pobres, solo por un odio estúpido que nos inculcaban los de arriba. Ahh, se me olvidaba, tenemos las manos manchadas de sangre mapuche, porque nosotros tuvimos que ir a “pacificar la araucanía”. Nuestros propios antepasados, nuestra sangre araucana, asesinada por las manos brutas que le sirven al patrón.

Así ha sido durante toda la historia, los rotos chilenos hemos hecho el trabajo sucio y ellos, los burgueses, se han quedado ahí, sin sufrir la amputación de una pata o algo así. Siempre le hemos servido a ellos. Aunque hemos peleado por muchos años, no hemos visto ningún rastro de aquello que denomina “Independencia”. Incluso, la patria, esa que nos dicen que amemos a toda costa, nos ha tratado como la mierda. Morimos por ella, pero cuando queremos un poco de pan, nos mata. Así fue en Iquique en 1907, cuando los burgueses de allá no soportaron ver como la rotá bajaba desde la pampa y mandaron a los milicos a asesinarnos. Así fue durante el terror momio de Pinochet y así ha sido ahora en democracia.

Los rotos no tenemos nada que celebrar, al contrario, nos da asco esta fecha. No andaremos como weones tomando chicha y vino ni comeremos asaos de mierda. Que celebren ellos, los patrones… Acá por estos lados, en el bajo pueblo, no hay ningún motivo para estar contentos.


miércoles, 11 de septiembre de 2013

"La dictadura real es la del capital transnacional sobre los recursos básicos"




Carlos Pérez es un hombre de bajo perfil. Prácticamente inexistente para los grandes medios de comunicación y para la opinión pública general. Sin embargo, el Profesor de Estado en Física y académico de la Universidad de Chile es una de las voces más respetadas entre las nuevas generaciones. Con formación prácticamente autodidacta ha logrado hacerse un nombre gracias a sus clases y libros contundentes y sencillos.

En el contexto de las conmemoraciones del derrocamiento del Gobierno de la Unidad Popular, Pérez fue otra de las personas invitadas a participar del proyecto Chile: 40 voces 40 años del colectivo Réplica, donde demostró que la admiración que concita, es el resultado de sus trabajos. Con una intervención clara y concisa analizó el país actual a cuatro décadas del Golpe de Estado y deslizó poderosas críticas tanto a la derecha como a los insignes representantes de la Nueva Mayoría.

En el video sostuvo que “Este tipo de conmemoraciones desplazan el problema hacía un cierto pasado que habría sido el verdaderamente grave. Contribuye a limpiar un poco la memoria y los antecedentes de los canallas que después desnacionalizaron el cobre. Ahora ellos pueden decir Nosotros estuvimos en el exilio, nosotros estuvimos en Isla Dawson”.
Agregó que “nadie es héroe para siempre. Si alguien fue héroe durante el 74 o el 75 y ahora se roba la plata, nosotros tenemos derecho a decir: muchas gracias por haber sido héroe hace cuarenta años, pero hoy usted se está robando la plata. Y ese es el caso de la continuidad democrática de la dictadura. Hay un montón de gente que va a aprovechar estos cuarenta años para mostrar sus credenciales y decir ‘Yo fui ministro de Salvador Allende, Mi padre fue asesinado por los militares’ y, sin embargo, hoy día son plenamente cómplices de la desnacionalización del país”.

Finalmente el auto de libros como Una nueva Antipsiquiatría (2012), apuntó que “La dictadura en términos materiales sigue. Lo que pasa es que la dictadura ahora se llama democracia, la dictadura ahora se llama binominal, la dictadura ahora se llama Constitución del 80. Y peor aún, la dictadura puede seguir si el binominal se arregla entre cuatro paredes, si la nueva Constitución la hacen una comisión, también entre cuatro paredes, de notables de profesores de Derecho coludidos con el interés transnacional. No, la dictadura es la banca, la dictadura siempre ha sido el capital transnacional. Los militares fueron el instrumento de la dictadura (…) La dictadura real es la capital transnacional sobre los recursos básicos”.

miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Qui pa', CHILITO, qui pa'?




Por Ricardo González Ruiz


Nuestro querido CHILE, siempre motivo de profundo cariño y orgullo, hace tiempo que nos viene defraudando lastimosamente. Ese pueblo otrora grande y potente, aguerrido y patriota a más no poder ha sido convertido en un miasma de humanoides abúlicos y descerebrados, carentes de principios y valores, especialmente de respeto y disciplina, valores estos últimos indispensables para el avance de cualquier nación. Tamaño absurdo no puede ser natural ni espontáneo, pues tal como quedó dicho este gran pueblo no se convirtió sino que fue convertido. Hay que escarbar, investigar, averiguar qué se oculta tras este proceso de descomposición y a quiénes beneficia.

He titulado este modesto análisis con una interrogante propia de ejemplares de las más ínfimas variantes de la fauna involucionada que tipifica dicho proceso, deterioradas a tal extremo que están incapacitados para pronunciar correctamente palabras comunes y corrientes, tan comunes y corrientes como “qué pasa”, y la elegí porque encierra la clave del origen del proceso.

Trataré aquí de complementar el trabajo de la prensa corriente, o regular como diría un siútico, que oculta, calla, deforma, distorsiona, revierte o simplemente ignora el trasfondo de las noticias, contribuyendo conscientemente o no a ese proceso.

No disertaré algunas noticias desde un punto de vista independientemente nacionalista, sino que invitaré a reflexionar sobre esas lamentables tendencias de nuestra sociedad chilensis en aciago proceso de descomposición, como no me cansaré de repetir.

Si bien ocasionalmente en algún espacio se logra infiltrar algún ciudadano menos obtuso que la masa y manifiesta su desagrado o por lo menos extrañeza ante la proliferación de programas de farándula y su arrolladora invasión de hogares de todos los estratos, lugares públicos, centros de enseñanza y hasta centros de autoridad, nos parece que esas voces no sólo son muy menguadas sino lamentablemente no llegan jamás al hueso. Hay que dejar claro que esto no es una diatriba más contra la farándula. Tal empeño sería muy barato pues esta última es apenas parte de la epidermis y sólo sirve de ejemplo, puesto que lo que queremos es llegar al hueso e insinuar la médula. Tan sólo insinuarla…

Para que en los últimos tiempos esta invasión masiva se haya arraigado a tal extremo en el ‘alma nacional’ es necesario que algo haya pasado algo muy destructivo en las mentes de la mayoría silenciosa o inconsciente colectivo, algo corrosivo, un proceso achatador que se fue instalando ladinamente en nuestro entorno sin que nadie lo notara, algo imposible de no haber alguna persona o grupo u organización interesados en este retroceso de nuestro querido pueblo.

Repetimos, un proceso, una serie de acciones concatenadas y organizadas temporalmente conducentes a producir un efecto o cambio; acciones planificadas minuciosamente y aplicadas secuencialmente con una paciencia de siglos.

Sabemos de sobra que tan sólo plantear algo así dispara una reacción en la prensa, la que automáticamente empieza a hablar de conspiración, y lo hace porque hace tiempo los buitres se han encargado de teñir esa palabra con un tinte de paranoia que hace que los lectores o espectadores esbocen una sonrisilla y se desentiendan del tema, tal como fueron amaestrados.

Como perritos de Pavlov parten alegremente a buscar otro hueso pues el humano que les desafió a pensar habría hablado de conspiración, por lo tanto está cucú. ¡Listo, Evaristo!

Me arriesgaré igual, esperando que cada lector escuche su propia mente, y no las pantallas, al juzgar estas líneas y llegue a formarse su propia opinión, personal, individual y soberana. Junto a shilenitos y chilenoides, los Chilenos acabamos de cumplir 200 años como país y durante 180 o poco más a nadie le interesó la vida privada de artistas, modelos o personajes públicos, y para ser tomado por personaje público era imperativo tener algún mérito.

Llegada la tv aparecer en un programa de cualquier índole implicaba destacarse en algo, ser realmente alguien, en especial para dar opiniones. Pero en estos últimos 20 años o más nos acostumbraron a contemplar a pelafustanes y vulgares ganapanes sin dotes intelectuales ni artísticas, que de la noche a la mañana se elevan a sitiales que jamás sospecharon, sitiales que en décadas pasadas jamás hubieran podido siquiera soñar, junto con embolsarse emolumentos que muchos obreros no juntarán en toda una vida de sacrificios. Uso esos términos tan gráficos en forma genérica, o sea hombres y mujeres; claro que a causa del mismo fenómeno deberemos incluir otros entes indefinidos que no son lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario ¡zaz!

Coincidentemente, estos últimos entes también se nos han impuesto en una forma dictatorial, tiránica, opresiva, amenazante y asfixiante, a tal punto que personitas que apenas juntan tres o cuatro neuronas para incubar cosillas que pretenden ser ideas, se atreven a alzar sus voces en tono didáctico y simiescamente repiten las explicaciones que los profesionales al servicio de ese alguien o grupo tras bambalinas, les repiten hasta incrustarles el CD que echarán a andar si se presenta alguna mínima crítica hacia algún indefinido, pregonando supuestos derechos y que sólo se trata de su ‘opción’. Pronto una ley amordazará a todas las personas normales ¿o no?

Lo que nos preocupa es esa nueva mentalidad artificial de adoración de ídolos con pies de estiércol, de desprecio a gobernantes que lo hicieron bien, de morder la mano que nos devolvió la libertad, de pérdida del respeto, de indisciplina e insolencia desafiante generalizadas, de trueque de tradicionales valores nobles por antivalores, de emisión de juicios antojadizos basados en apariencias o prejuicios absurdos, de falta de trabajo mental, el aceptar el imperio de lo feo y malsano sin chistar y peor sin tomar conciencia de ello, de veneración de los delincuentes, de adormecimiento de la inteligencia y del espíritu. Sin tomar conciencia.

Capítulo aparte merece la bestialidad con que muchachones y mocosos que fungen como estudiantes se adueñan de la ciudad para destruir salvajemente lo que encuentran a su paso, para asesinar, o por lo menos intentar hacerlo, a ciudadanos cuyo trabajo consiste en mantener el orden, asegurar el cumplimiento de las leyes y proteger al débil, colaborando al funcionamiento normal de la vida en comunidad. No necesito recordar instancias ni fechas dado que las imágenes televisivas están en la memoria de todos. Pero, insisto, no trato de comentar esos hechos sino que pretendo hacer pensar en el origen de ese cambio tan drástico y negativo de la mentalidad Chilena. 

¿Qué sucedió para que niños tradicionalmente respetuosos, educados, especialmente frente a la autoridad, jóvenes conscientes de lo que era propio y qué ajeno, de los derechos de los demás (aunque no fueran comunistas), jóvenes que pensaban en labrarse un futuro (no en que el gobierno se los regalara), de pensar y actuar positivos, se transformaran en estos energúmenos poseídos de una bestialidad desatada, que compiten para ver cuál destruye más o provoca el mayor daño a personas inocentes que ni siquiera conocen.

En fin, la lista de absurdos sigue pero ya debe estar claro el punto, vivimos una época de podredumbre general como si un spray gigantesco hubiera esparcido sobre nuestra Patria una nube de algún gas idiotizante, degradante y deshumanizador que aspirado por la inmensa mayoría la privó de sus dotes humanas, especialmente su inteligencia.

No he visto ni escuchado a un solo comentarista, analista, cientista político o sociólogo que haya enunciado siquiera el tema, menos entonces analizarlo. Eso que no hacen los especialistas es lo que debemos hacer los ciudadanos comunes, es tomar conciencia de este proceso, para que una vez lograda una conclusión lógica y bien fundamentada podamos librarnos de él, diseñando una solución adecuada y definitiva que nos ayude a recuperar nuestro CHILE.


Parecerá exagerado pero invito a detener la lectura y echar una mirada objetiva y muy descarnada a nuestro entorno actual, en especial las repuestas de la gente común entrevistada en radio y tv, cuyo uso del idioma da lástima, cuya cortedad de ideas y confusión mental da náuseas, no escapando a esta realidad las declaraciones de muchas autoridades en los noticiarios, para luego analizar si es verdad que existe tal proceso de imbecilización inducida o si estoy exagerando. De ahí me cuentan…

sábado, 18 de mayo de 2013

Crónica de una estafa abortada: El fracaso del ¿Royalty?





Por Alexis López Tapia


Una vieja historia de “nacis”

En las elecciones parlamentarias de 1937, el Movimiento Nacional Socialista Chileno (MNS) obtuvo tres bancas, resultando electos los Diputados Jorge González Von Mareés por Santiago; Fernando Guarello Fitz–Henry, por Valparaíso y Quillota; y Gustavo Vargas Molinare, elegido por Temuco; perdiéndose por un estrecho margen, la candidatura de Carlos Keller Rueff por Concepción.

En materia económica, los representantes nacistas fueron los primeros en presentar al parlamento dos proyectos de ley, que proponían entre otros, la derogación momentánea del pago de la deuda externa y la necesidad de gravar un impuesto progresivo a las exportaciones de cobre: así por primera vez, se comenzó a hablar en CHILE de un impuesto sobre nuestro principal producto de exportación, con el objetivo explícito de llegar a la “Nacionalización” del Cobre, que el partido había venido sosteniendo desde su creación.

En 1939, el presidente Pedro Aguirre Cerda consultó al MNS, qué ideas tenían para poder resolver el grave estado en que había quedado el país después del terremoto de enero de ese año.

El Movimiento le respondió que –con suma urgencia- debía crearse una Corporación de Desarrollo basada en un impuesto al Cobre, particularmente considerando que se tenía la noción de que Europa entraría en Guerra a corto plazo, y que si ello ocurría, EE.UU. no permitiría un impuesto de esa naturaleza.

La idea tuvo un largo debate en el Parlamento, pero finalmente, el 29 de abril de 1939, se aprobó la Ley Nº 6.434 “De Reconstrucción y Auxilio y Fomento de la Producción”: así nacía Corfo (Corporación de Fomento) apenas cinco meses antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Esa fue la primera vez que en CHILE se aplicó un impuesto específico a la extracción de Cobre, no obstante, el Estado chileno recibía muy pocos beneficios, hasta que -recién en 1951- la firma del “Convenio de Washington” le permitió a CHILE disponer de 20 por ciento de la producción cuprífera.

Sólo en 1955, el parlamento comenzó a legislar sobre la producción de Cobre y se dictaron las primeras leyes específicas sobre tributación de esta actividad, destinadas a garantizar un ingreso mínimo al Estado. Ese mismo año fue creado el “Departamento del Cobre”, con atribuciones de fiscalización y de participación en los mercados internacionales del metal.

Retomando la vieja idea de los nacistas, sólo en 1966 se inició la llamada “chilenización del cobre”, que partió con la aprobación por parte del Congreso de la ley 16.425, que determinaba la creación de sociedades mixtas con las empresas extranjeras, en las cuales el Estado tendría 51 por ciento de la propiedad de los yacimientos.

Este proceso determinó la transformación del “Departamento del Cobre” en una “Corporación del Cobre”. Así, por primera vez, el Estado de Chile asumió un papel decisivo en la producción y comercialización del mineral.

La participación de 51 por ciento del Estado se concretó en los yacimientos más importantes y emblemáticos: Chuquicamata, El Teniente y Salvador, que como resultado de este proceso recibieron inversiones de importancia. Entre los objetivos de la “chilenización” también se buscaba refinar todo el cobre dentro de este país y aumentar la producción hasta un millón de toneladas.

El escenario de la industria cambió radicalmente en julio de 1971 cuando el Congreso aprobó por unanimidad el proyecto sobre “Nacionalización de la Gran Minería del Cobre”, promulgado en la ley 17.450.

Para concretar este llamado “proceso de nacionalización” fue necesario modificar el artículo 10 de la Constitución Política del Estado de Chile, al cual se le agregó una disposición transitoria en la cual se planteaba que “por exigirlo el interés nacional y en ejercicio del derecho soberano e inalienable del Estado de disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, se nacionalizan y declaran por tanto incorporadas al pleno y exclusivo dominio de la Nación las empresas extranjeras que constituyen la gran minería del cobre…”.

Los bienes y las instalaciones de estas empresas pasaron a ser propiedad del Estado de CHILE, que –sin embargo- creó “sociedades colectivas” para hacerse cargo de las operaciones, coordinadas por la Corporación del Cobre de aquel entonces: de este modo, la llamada nacionalización, en realidad operó como una “colectivización”, imitando de algún modo el modelo de los soviets.

La nueva normativa facultó al Gobierno chileno para que dispusiera sobre la organización, explotación y administración de las empresas “nacionalizadas”, es decir, “colectivizadas”.
También determinó que sólo podrían enajenarse o constituirse derechos de explotación sobre concesiones mineras para yacimientos que no estuvieran en explotación para ese momento, previa autorización por ley.

Como resultado de estas atribuciones fueron dictados los decretos ley 1.349 y 1.350 publicados en 1 de abril de 1976, que formalizaron la creación de una empresa minera, la Corporación Nacional del Cobre de CHILE, Codelco.

LA SITUACIÓN ACTUAL

En los años 1989-1990 el aporte de Codelco al erario Nacional se aproximó a los 2.000 millones de dólares promedio anual.

En 1995, el Estado chileno recibió de Codelco 1.735 millones de dólares, que correspondían al 57% del valor total de las ventas de cobre de Codelco.

En el 2001, el Estado sólo recibió 344 millones de dólares de Codelco. Es decir, un 80% menos que el período anterior, a pesar que la producción de Codelco había aumentado.
En 1995 el Estado recibió de Codelco 72 centavos de dólar por libra y en el 2001 sólo 9,4 centavos de dólar por libra.

Sin embargo, las empresas privadas, que controlan cerca del 70% de la producción, doblando la producción de Codelco, sólo aportaron 100 millones de dólares anuales aproximadamente.
 En el 2002, sólo aportaron 20 millones de dólares, según declaró el Tesorero General de la República, en el Senado de la época.

¿A qué se debió esto?

A tres factores principales.

1.       A la sobreproducción de cobre creada desde CHILE por las empresas extranjeras, con el consiguiente derrumbe del precio internacional del mineral.

2.       A que las empresas extranjeras no pagaban renta por tonelada de cobre extraída.

3.       Debido a que la mayoría de las empresas privadas no pagan impuestos.

Confirmando los planteamientos realizados a mediados de los 90, Chile incrementó la producción de cobre en el período 1995-1999, en 1,9 millones de toneladas métricas de cobre fino.

Las importaciones mundiales de los 140 países del mundo se incrementaron sólo en 1,3 millones.

CHILE cubre el 100% del incremento de las importaciones mundiales, y adicionalmente produce un excedente de más de 46%. El stock -cobre que no se vende- llegó a los más altos niveles de la historia. La sobreproducción continúa hasta hoy.

El precio del cobre se derrumbó a partir de 1995, a pesar de que la demanda mundial como promedio anual ha crecido sustancialmente hasta ahora, -incluso durante la crisis asiática. 

El precio del cobre de 1995 fue de 133,2 centavos de dólar la libra. Durante los 30 años previos a 1995, estuvo en torno a los 140 centavos y en los últimos años -en dólares de 1995- es menor a 70 centavos de dólar la libra.

CHILE aumenta las cantidades exportadas y el ingreso en dólares para el país disminuye. Se produce el llamado “Crecimiento Empobrecedor”.

Las exportaciones se incrementaron para llegar a 4,65 millones de TM y recibe menos que cuando exportaba 2,41 millones de toneladas métricas [TM]. Es decir, en la práctica esto opera como si en el año 2001 se hubiesen regalado más de 2,2 millones de TM.
De este modo, el modelo de explotación de cobre existente en el país logró que el cobre cada año valga menos.

En 2005, durante el gobierno de Ricardo Lagos, se aprobó un denominado “Royalty” a la minería, que gravó la exportación de Cobre con un 4%, a cambio de nada menos que 12 años de invariabilidad tributaria para las mineras: es decir, durante 12 años los impuestos no serían modificados, y las mineras podrían explotar todo el cobre que quisieran pagando un impuesto fijo.

En países como Australia, el royalty aplicado a recursos no renovables alcanza un 40%. Sin embargo, las mismas mineras australianas que explotan cobre en Chile pagan sólo un 4%.

LA ESTAFA QUE FRACASÓ Y LO QUE DEBERÍAMOS HACER

Después del terremoto, una de las primeras medidas adoptadas por el gobierno de Sebastián Piñera fue un paquete de impuestos, que incluía una nueva alza del impuesto específico al Cobre: se pretendía pasar de una recaudación de 600 millones de dólares a una de 1.000 millones, pero… ¡a cambio de mantener la invariabilidad tributaria hasta el año 2025! La oposición se pronunció en contra de la medida.

Según el Gobierno, ellos no tenían ningún argumento para oponerse, ya que –cuando eran gobierno-, fueron los primeros en aprobar la invariabilidad tributaria para la explotación del recurso por 12 años.

Es decir, como el Gobierno de Lagos estafó a todo Chile por 12 años… ¡Piñera pretendía volver a estafarnos por seis años más! 

Efectivamente, porque el mal llamado “Royalty” a la minería es apenas un mínimo tributo sobre nuestro principal recurso de exportación NO RENOVABLE.

Si usted fuera dueño de una Minera, y le dijeran que durante los próximos 20 años va a poder explotar todo el Cobre que quiera, pagando sólo un 4, un 8 o incluso un 10 por ciento ¿qué haría usted?

Por supuesto: ¡explotar la mayor cantidad de mineral posible en ese período!

El llamado “royalty” es una estafa, porque produce la falsa sensación de que estamos verdaderamente cobrando un “impuesto” por nuestra principal riqueza, cuando la verdad es que el aporte de las mineras privadas al Estado es una ínfima parte de lo que Codelco tributa, pese a que las mineras transnacionales producen más de 70% del cobre del país.

La verdad es que ni la Concertación ni la Alianza tienen el valor político de hacer lo único que debemos hacer: exactamente lo mismo que los diputados “nacistas” pidieron en ya en los años ‘30:

¡DEBEMOS NACIONALIZAR EL COBRE!

Y a quienes quieran seguir explotándolo, simplemente exigirles al menos un 50% de las utilidades, y punto.

Adicionalmente, debemos crear una Bolsa de Metales propia:

¡HAY QUE DECIRLE ADIOS A LA BOLSA DE LONDRES!

 Hay que decirle ¡ya basta! a los que durante los últimos 100 años han profitado de nuestra riqueza: primero con el Salitre y ahora con el Cobre.

Llegará el día –más temprano que tarde-, en que el Cobre chileno se acabará: entonces ninguno de los cobardes que no se atrevió a hacer lo que debe hacerse, vendrá a darle explicaciones por la miseria del país a sus hijos o sus nietos. 

La responsabilidad de cambiar esto es suya, es mía y es nuestra: de cada uno de los chilenos.

Por CHILE.

Por el Futuro.

¡HAY QUE NACIONALIZAR EL COBRE!

martes, 5 de marzo de 2013

¿Por qué CHILE bate récords de inversión extranjera directa?





Por Hugo Fazio


La inversión extranjera directa (IED) materializada en 2012 alcanzó un nivel récord, saludado con euforia en los círculos oficiales. Se  explica por las condiciones favorables creadas por el país para su ingreso. En efecto, se le proporcionó todo tipo de granjerías y se le considera un hecho claramente positivo, lo cual en muchos casos no es así. El año pasado, como es habitual, su destino preferente fue la minería, en primer término la cuprífera, donde pagan derechos por su explotación muy bajos y obtienen elevadas rentabilidades. Por ello, un 66%  del  total corresponde a reinversiones, con vistas a seguir extrayendo ganancias. El segundo sector receptor es el energético, donde se les garantiza un excedente obviamente con cargo a los usuarios. El país, como en muchos otros planos, requiere de una política para la IED, que vaya  unido a ventajas que obtenga el país de su concreción y se le obligue a cumplir los requisitos medios ambientales. No se puede seguir recorriendo el mundo para promoverla sin condiciones y medir como un impacto positivo alcanzar montos cada vez superiores.

La inversión extranjera directa (IED) materializada en Chile durante 2012 alcanzó a US$28.152 millones, monto superior al 10% del PIB, su nivel más alto en la historia del país. Su incremento con relación a los años anteriores es muy acentuado. La pregunta a contestar es la razón de esta tendencia. “Nuestro país  ha  logrado estas cifras históricas-es la respuesta del ministro de Economía, Pablo Longueira- gracias a su gran liderazgo, su clase política, la seriedad de sus instituciones y la certeza jurídica” (08/02/13). Es decir, en su opinión es una consecuencia de garantías políticas y jurídicas que le ofrece al inversionista externo la institucionalidad chilena. Es esta esfera sí que puede influir,  para utilizar una frase muy empleada en círculos oficiales, que  “depende de quién gobierne”. Por lo demás, el Ejecutivo ha desarrollado una intensa campaña para promover esta corriente de recursos.

Sin duda, el capital busca siempre garantías. Más aún en un contexto de alta incertidumbre como el existente a nivel mundial por la  crisis económica, pero persigue también rentabilidades a obtener, que en el país las está logrando con creces. Lo demuestra que, según las cifras entregadas por el Banco Central, las  dos terceras partes del total de IED contabilizadas en 2012, lo constituyen reinversiones de utilidades, US$ 18.565 millones. Es decir, están satisfechos con lo obtenido y consideran que ese rendimiento se reproducirá a futuro. Ello es lo principal que explica su preferencia.  No la conclusión de Longueira al afirmar que “hoy los principales inversionistas del mundo” utilizan nuestro país como plataforma para generar negocios con el resto del continente y también con los mercados asiáticos” (08/02/13). En otras palabras, en Chile encuentran un esquema de política económica que les concede privilegios, un Ejecutivo que les otorga todo tipo de ventajas, a lo cual debe añadirse las utilidades obtenidas.

Flujo de Capitales extranjeros al país 2003-2012
(Fuente: Banco Central. En millones de dólares)


Año                     Monto                Año             Monto               Año                      Monto
2003                        4.334                                         2007             12.572                2010                     15.373
2004                        7.241                2008             15.518                2011                     17.299
2005                        7.097                2009             12.887                2012                     28.152
2006                       7.426


Las cifras muestran nítidamente el crecimiento experimentado por la IED durante la administración Piñera. En 2010, año del terremoto y maremoto, se volvió a los niveles previos a la recesión  económica, pero en 2011 y 2012 alcanzó cifras récords. Sin duda, la  obsecuencia con el capital extranjero durante el conflicto provocado por  la transnacional Anglo American, en que se transformó el no cumplimiento de un acuerdo por el consorcio anglosudafricano en una  negociación al nivel de empresas,  una simple relación entre privados, sin intervención del Estado, mostró que existe campo abierto para se  que pueda llegar a cualquier extremo. Todo les está permitido.  La no defensa del interés nacional se expresó en forma aún más aguda el conocerse que en 2012 la producción de Anglo American Sur aumentó en un 57.8%, pasando de 264.000 a 416.600 toneladas métricas de cobre fino.
El Monitor de Tendencias Globales de Inversión 2012 de la Unctad destacó que Chile en montos fue el segundo receptor de IED en América Latina desplazando a México, quedando solo por debajo de Brasil, a quien superó si la medición se hace como porcentaje del producto.  La preferencia por el país es muy evidente. El catastro de inversiones preparado semestralmente por la Sociedad de Fomento Fabril muestra la dirección que ella adopta. En 2012, por sectores económicos un 46.2% se orientó a  la minería, que proporciona altas rentabilidades por las cotizaciones elevadas de varios commodities en los mercados internacionales, empezando por el cobre, y un 28% a energía, acumulando entre ambos sectores el  74% del total. En minería, las iniciativas que en 2011 sumaron US$81.354 millones al año siguiente aumentaron en un 23% a US$100.146 millones. A este sector corresponden los tres proyectos más grandes del catastro: la ampliación del yacimiento Los Pelambres, efectuado por el grupo Luksic, la Fase II de Nueva Andina, perteneciente a Codelco, y la expansión Collahuasi Fase III, que se encuentra suspendida. “Estos tres megaproyectos –indicó Sofofa-, en su conjunto, suman US$23.300 millones, cifra equivalente al 10.7% del total medido”.

En el sector energético, el catastro aumento un  36%  de 2011 a 2012  pasando de US$44.183 millones a US$60.171 millones, aunque dejó de considerar Barrancones, detenido personalmente por Piñera, y Castilla debido a la resolución de la Corte Suprema[1]. En cuanto a HidroAysén dejó de figurar en el quinquenio 2011-2016, trasladándose a un período posterior. El único sector que disminuyó fue comercio, cuya inversión total en el período considerado hasta 2020 ser redujo en 9%, debido principalmente a que las grandes empresas del sector, constató el informe, “por el aumento que registraron las inversiones en otros países de la región, donde diversos operadores del retail apuntan con fuerza sus nuevas estrategias comerciales” (10/02/13). Chile ya les quedó chico.

También estimuló la IED las fusiones y adquisiciones de empresas efectuadas o promovidas por capitales extranjeros, cuando se concretan dentro del país y no forman parte de traspasos efectuados en el exterior. En 2012, alcanzaron en total a US$12.746 millones, muy superior a las sumas anotadas los dos años anteriores. Su monto fue el segundo de más magnitud en la región después del de empresas brasileñas. Lo novedoso es que en la región este proceso lo encabezan adquirentes ubicados dentro de ella y no, como en el pasado, actores provenientes de  economías industrializadas.

El Monitor de la Unctad entregó, además, las adquisiciones en 2012 materializadas en otros países. Las efectuadas por empresas chilenas aumentaron en un 801,6%, destacando entre ellas las concretadas por Cencosud, del grupo Paulmann, y Corpbanca, del grupo Saich, en Colombia[2].  Ello es expresión de otro fenómeno saliente: la expansión hacia el exterior de grandes empresas con sus casas matrices en el país.

Sus cifras también permiten concluir que Chile recibió el quinto monto más elevado por habitante de IED entre todos los países miembros de la OCDE, según un listado confeccionado por el Comité de Inversiones Extranjeras (CIE), detrás de Luxemburgo – que es un paraíso fiscal -, Irlanda, Australia y Bélgica. Desde otro ángulo, es la cifra per cápita más alta recibida históricamente. El promedio 2011-2012, destacó el CIE, fue 2.5 veces superior al promedio de la primera década del presente siglo y 3.4 veces mayor al  de la década de los noventa. “Los países – manifestó el vicepresidente ejecutivo del CIE, Matías Mori – compiten arduamente por atraer inversión extranjera, pues ésta genera enormes beneficios para la economía del país en general, y para sus ciudadanos en general” (21/02/13).

Desde luego, se requiere hacer un análisis más profundo que el efectuado por  Mori. Ya señalamos que el sector receptor mayoritario de IED es la minería. ¿Las explotaciones de los consorcios cupríferos privados generan todo ese cuadro rosado diseñado oficialmente o deberán considerarse otras variables cómo las rentabilidades que obtienen, el uso que se hace de ellas, las consecuencias negativas medioambientales generadas en las explotaciones efectuadas, etc.?  En nuestra opinión constituyen una fuente de saqueo del país, fundamental para entender la magnitud alcanzada durante un gobierno cuyos esfuerzos son otorgarles las máximas facilidades.

La IED no es por definición, como lo entiende el Ejecutivo, un fenómeno positivo. Tampoco es algo necesariamente negativo. Debe examinarse en concreto. Desde el ángulo macroeconómico, el ingreso de capitales, característica dominante  históricamente en los países latinoamericanos genera un efecto positivo en la cuenta de capitales de la balanza de pagos. Pero, el mismo se transforma en otro factor de la política creciente déficit en cuenta corriente del país. Lo fundamental sin embargo, es que  Chile no cuenta con una política en materia de IED, de manera de promover aquellas que originen impactos positivos internamente. Las promociones al ingreso de capitales extranjeros, como los efectuados por el CIE son campañas .generales y sin colocarse exigencias específicas. Ello se demuestra incluso por la forma como se contabilizan referidas exclusivamente al monto obtenido.

[1] Véase Resumen Económico Tercer Trimestre, págs. 19 a 23.
[2] Véase Resumen Económico Cuarto Trimestre 2012.