lunes, 30 de septiembre de 2013

Alain de Benoist en español

Alain de Benoist junto con Javier Ruiz Portella en la Universidad de Verano de El Escorial: agosto de 2002, la primera actividad pública de El Manifiesto.



Por Jesús J. Sebastián


Alain de Benoist es un pensador que a nadie deja indiferente. Como señala Tommaso Visone, pocos autores, a partir de la segunda mitad del siglo XX, han sido tan debatidos, incomprendidos, odiados, apreciados, por sus críticos y seguidores, como Alain de Benoist, intelectual atípico, escritor políticamente incorrecto, versátil e incansable ensayista.

O, por utilizar la afortunada fórmula de Diego L. Sanromán, “un intelectual ubicuo e hiperactivo”. Su prolífica actividad —que transcurre desde finales de la década de los 60 del pasado siglo hasta hoy día—, su inclasificable ideología —más allá de la derecha y de la izquierda— y su pensamiento pluridimensional —filosofía, historia, política, sociología, ecología, economía—, así como el hecho de constituir un inacabable foco de sentimientos encontrados, odios viscerales y pasiones incondicionales, siempre me recuerda a otros escritores malditos, como Ernst Jünger y Carl Schmitt.

Miembro fundador de la agrupación francesa GRECE en 1968 (Groupement de recherche et d'etude pour la civilisation européenne), núcleo central de la —denominada por sus enemigos— Nouvelle Droite (Nueva Derecha), pronto se constituye en torno al autor una auténtica escuela de pensamiento dirigida a la renovación ideológica de una derecha radical europea que había quedado deslegitimada por la derrota de los fascismos. En el interior de esa profunda crisis institucional y doctrinal, emerge la figura de Alain de Benoist, auténtico animador y teórico del movimiento néodroitier, como el exponente más claro de dicha regeneración en un intento por la superación de la dicotomía izquieda/derecha y la crítica de la modernidad en clave revolucionario-conservadora, apoyándose su argumentación en las obras fundamentales de Heidegger y Schmitt (y otros autores de la Konservative Revolutionalemana, desde los nacional-revolucionarios hasta los nacional-bolcheviques) y en las de autores franceses como Louis Dumont, Henri Coston, Dominique Venner y Louis Rougier, entre otros.

Si bien el GRECE no es el primer intento de renovación profunda del pensamiento de la derecha radical europea, sí que constituye, sin duda alguna, el movimiento más original y prolífico de los producidos después de la segunda parte de la guerra civil europea, especialmente, por su objetivo de arrebatar a la izquierda sus espacios políticos y doctrinales que la hacían dominar la hegemonía cultural según la teoría gramsciana. Parecía tratarse de una resurrección posmoderna, metapolítica y transversal del Juni Klub de Moeller van den Bruck. Un movimiento “neoderechista”, abierto al debate con la nueva izquierda más inquieta, y muy crítico con el pensamiento de la derecha tradicional, fuera católica o liberal. Se aspiraba, desde luego, a constituir un movimiento ideológico al servicio del renacimiento de la identidad europea, en plena decadencia por la presión del americanismo (liberal-capitalista) y el extinto sovietismo (igualitario-comunista): entonces, el enemigo era precisamente el sistema occidental, fruto de estas ideologías igualitarias y universalistas generadas por el monoteísmo judeo-cristiano, del que Europa, unida al Tercer Mundo, debía descolonizarse por imperativo histórico.

Lo cierto es que Alain de Benoist y su escuela de pensamiento néodroitier, a pesar de los furibundos ataques mediáticos, de las traiciones internas y de las traumáticas escisiones (Guillaume Faye, Robert Steuckers, Pierre Vial), continúa al frente de la vanguardia ideológica en Europa. Se mantienen las líneas de elaboración doctrinal en las revistas Éléments y Nouvelle Ecole y se refuerza el rico debate con la izquierda intelectual en la revista Krisis (ecologistas, excomunistas, anti-utilitaristas del Mauss, comunitaristas anti-liberales, no-conformistas, etc.), un fructífero diálogo al estilo nacional-bolchevique que hubiera hecho las delicias de Niekisch o Paetel, pero que implica su alejamiento del GRECE y el ataque de las paleo-derechas europeas. Pero Alain de Benoist sigue ahí, impertérrito, dando que hablar, septuagenario con una sorprendente vitalidad intelectual, siempre indagando sobre el misterio de lo político y siempre huyendo de la política, por más que ciertos sectores supra-derechistas hayan intentado ganarlo para su causa perdida: sintiéndose incapaces para lograrlo, intentaron también —sin conseguirlo—  apropiarse indebidamente de su pensamiento. Lo mismo sucedió con Nietzsche.

El carácter originaria y abiertamente polémico de la Nouvelle Droite ha provocado la pérdida irreversible de ciertos apoyos sin los cuales ninguna iniciativa metapolítica puede prosperar, pero, a cambio, le ha dotado de una novedad y una receptividad asombrosas en el mundo intelectual, lo que explica las profundas transformaciones y modificaciones que, de la mano sabia —aunque estratégicamente divagante— de Alain de Benoist, ha desarrollado su pensamiento en algunos de sus aspectos fundamentales. La ND etno-nacionalista, bio-culturalista, indo-europeísta y anti-democrática se ha convertido, en palabras de Charles Champetier, en comunitarista, radical-democrática, europeísta y neopagana, un posmodernismo neoderechista que resume su posición en el tercermundismo diferencialista que apuesta por una Europa fáustica, plural y diversa. ¿Se trata sólo —se pregunta Taguieff— de una evolución doctrinal orgánica o de una estrategia de adaptación al nuevo contexto político-cultural? ¿No se trata, más bien, de buscar nuevos horizontes micro-ideológicospara dar respuesta esférica a los nuevos retos de la globalización del imperio mesiánico americanomorfo?

En todo caso, Alain de Benoist es un escritor prolífico, autor de una obra ensayística y periodística que parece no tener límites y que, por su originalidad y profundidad, merece ser conocida por el público lector español (remitimos al sitio www.alaindebenoist.com). Para iniciar una lectura progresiva de la ingente obra del autor, recomendamos Vu de droite (1977) —obra por la que recibió el Premio de ensayo de la Academie Française, y Les idées á l'endroit (1979), publicada en español por Planeta en 1982 bajo el título La nueva derecha—. No obstante, la obra benoistiana comprende más de 50 libros y 3.000 artículos —prácticamente inéditos en lengua española, si no fuera por las traducciones del escritor mexicano José Antonio Hernández García y los libros que más adelante se indican— a lo largo de los cuales puede examinarse su evolución ideológica y sus innovaciones filosóficas. Alain de Benoist es, por sí solo, una auténtica escuela de pensamiento. Sin olvidar a Jean-Claude Valla, Robert Steuckers, Guillaume Faye, Luc Pauwels, Michel Marmin y Charles Champetier, nuestro autor ocupa, sin ninguna duda, el beneficio de la centralidad doctrinal en la nueva revolución conservadora europea.

Con las lógicas reservas que impone el transcurso del tiempo, la evolución ideológica y la madurez intelectual de un pensador como Alain de Benoist, recuerdo cómo la lectura de la edición española de Les idées à l'endroit supuso todo un descubrimiento. Para aquellos que nos encontrábamos en plena efervescencia juvenil, inmersos en la dinámica de las nuevas generaciones de un proyecto político y dedicados a iniciativas editoriales de carácter periódico, guiados por prometedores políticos —luego defenestrados— y brillantes periodistas —hoy denostados—, aquel feliz descubrimiento supuso un hito en nuestras vidas: ya no volveríamos a ser como antes. No podíamos adivinar, ni siquiera intuir, que aquellas ideas con las que pretendíamos alcanzar la hegemonía cultural y el poder político acabarían –una vez destruido el fascismo y desterrado el comunismo— sepultadas por el maldito neoliberalismo contra el que nos habíamos conjurado combatir.

Pero incluso hoy en día, Alain de Benoist colabora habitualmente en una amplia red de publicaciones en Europa y América. En España, sin embargo, la recepción de su obra ha sido mínima. Además de los libros que se enumeran ad infra, podemos rastrear artículos del autor en las desaparecidas revistas Punto y Coma y Hespérides, en este mismo periódico digital El Manifiesto, en las revistas en papel Nihil Obstat y Empresas Políticas y en la revista electrónica Elementos. En el ámbito editorial, el interés actual parece reservado a Ediciones Áltera y Nueva República. Las revistas y libros descatalogados pueden adquirirse todavía en sitios como Librópolis [iberlibro.com/libropolis-madrid]. Visto el panorama, y con el solo objetivo de difundir los textos en español de y sobre Alain de Benoist, el director de la revista electrónica Elementos de Metapolítica para una Civilización Europea, Sebastian J. Lorenz,ha creado el sitio Benoistiana-Alain de Benoist en español [http://benoistiana-alaindebenoist.blogspot.com.es/]. Una buena noticia para los que nos vimos privados de aprender la lingua franca adoptada por Cioran, sustituida por la imperium lingua de los corsarios angloamericanos.

BIBLIOGRAFÍA EN ESPAÑOL

De Alain de Benoist:
-          La nueva derecha. Alain de Benoist. Planeta, Madrid, 1982.
-          Las ideas de la Nueva Derecha. Una respuesta al colonialismo cultural. Alain de Benoist y Guillaume Faye. Introducción de Carlos Pinedo. Nuevo Arte Thor, colección El Laberinto, Barcelona, 1986.
-          Ernst Jünger y el Trabajador. Una trayectoria vital e intelectual entre los dioses y los titanes. Alain de Benoist. Prólogo de José Luis Ontiveros. Ediciones Barbarroja, Colección DisidenciaS, 1995.
-          Manifiesto: la Nueva Derecha del año 2000. Alain de Benoist y Charles Champetier. 2000.
-          ¿Cómo se puede ser pagano? Alain de Benoist. Ediciones Nueva República, Barcelona, 2004.
-          Comunismo y nazismo. 25 reflexiones sobre el totalitarismo en el siglo XX. Alain de Benoist. Ed. Áltera, Madrid, 2005.
-          La idea de Imperio y otros estudios. Alain de Benoist, Luc Pauwels, Xavier Marchand. Traducción y notas de Néstor L. Montezanti. Universidad Nacional del Sur (Ediuns) Bahía Blanca, 2006.
-          El derecho actual, mínima moralia, y el problema del positivismo jurídico. Julien Freund. Alain de Benoist y Norberto Bobbio. Universidad Nacional del Sur (Ediuns) Bahía Blanca, 2008.
-          ¡Mañana, el decrecimiento! Pensar la ecología hasta sus últimas consecuencias. Alain de Benoist. Ed. Identidad, 2009.
-          Más allá de la derecha y de la izquierda. Alain de Benoist. Antalogía general. Presentación de Javier Ruiz Portella y Alejandro Salvatierrra. Ed. Áltera, Madrid, 2010.
-          ¿Es un problema la democracia? Alain de Benoist. Ed. Nueva República, Barcelona, 2013.
Sobre Alain de Benoist:
-          Los fundamentos filosóficos de la Nueva Derecha francesa. Michael Torigian, Último Reducto, 1999.
-          La Nueva derecha.Cuarenta años de agitación metapolítica. Diego L.Sanromán. CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, 2008.
-          Disidencia perfecta. La Nueva derecha y la batalla de las ideas. Rodrigo Agulló, Ed. Áltera, Madrid, 2011.




miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿Por qué existen los Bancos?



Por el Sub-Brigadier


¿Por qué existen los bancos? En la época que luego del trueque se dio un valor de intercambio al oro y la plata, resultaba engorroso y arriesgado viajar con tanto peso, por lo que surgieron astutos individuos que odiaban el trabajo y ofrecían guardar esos capitales entregando un certificado de depósito que permitía hacer gastos al viajero, y cuando los rescataba pagaba una comisión.

La experiencia enseñó a esos sujetos que de los depósitos de diversos caballeros se movía solo un 10%, y el 90% restante permanecía largo tiempo en sus manos. Se les ocurrió entonces “prestar” ese 90% en forma de 9 certificados que emitían como reales exigiendo onerosas garantías: terrenos, propiedades, fábricas, talleres, bienes muebles, etc. De este modo fueron enriqueciéndose a costa de los deudores que no podían devolver a tiempo los préstamos, principalmente por lo elevado de los intereses. Y ya pudieron establecerse en grandes locales con lujosas oficinas y muchos empleados, llegando a ser lo que conocemos hoy.

Su único riesgo, mínimo, es que todos sus depositantes exijan el reintegro de sus certificados al mismo tiempo, por lo que no tendrían que devolver (falta de liquidez). Allí puede producirse su quiebra; no tanto por los malos pagadores, dado que siempre tendrán garantías por valores muy superiores a lo prestado, sino porque no tendrán el oro y la plata que exigirán todos los dueños de los papeles al mismo tiempo. Pero vale la pena, dado que el gran negocio es cuando empiezan a emitir papeles por más del 90% que pueden respaldar, pues al momento que esos certificados (hoy cheques), vuelven los destruyen quedándose con todo lo devengado en intereses. Más aun, muchas veces quienes devuelven esos certificados son también sus clientes y sencillamente los depositan en el mismo banco, con lo que el ‘dinero’ que circuló sólo existió en los libros del banco. Nunca fue dinero real, ni billetes ni monedas.

Siendo claros, lo que hacen es FALSIFICAR dinero. Los papeles que entregan en préstamo no tienen respaldo, valen sólo por la confianza que tiene el mercado en ellos, nada más. Los falsificadores profesionales van a la cárcel, aunque el monto sea muy pequeño. Los banqueros no, aunque los montos son estratosféricos. Y esto a pesar de que roban a todos los ciudadanos sin que se escape nadie, ya que al aumentar la masa del circulante real éste disminuye su valor por la inflación que desatan. Es como si metieran sus manos en los bolsillos de cada trabajador.

Estos falsificadores impunes descubrieron después que podían manejar las vidas de los pueblos entregando o retirando ese crédito intangible a su antojo. Cuando recibían crédito los fabricantes pagaban sus máquinas, herramientas y servicios, y los proveedores a su vez usaban ese ‘dinero’ en sus negocios, y en gastos personales todos por igual. Así se producía mucho y el comercio tenía buenos stocks de mercaderías. El público tenía mucho dinero para comprar y los precios subían, había un boom. Al retirar los créditos se producía la deflación porque el dinero para comprar era muy poco y los precios bajaban demasiado.

Los empresarios despedían a empleados y obreros, menos gente tenía dinero para seguir comprando, los fabricantes no tenían con qué pagar los intereses que el banco exigía, salvo su producción la que debían liquidar para no perder sus garantías, al final adquiridas a vil precio por los banqueros, directa o indirectamente. Acaparada ya toda la producción posible y expropiada las garantías, los banqueros volvían a dar crédito, y así pasaban la escasez, la cesantía y la deflación; esta última se convertía otra vez en inflación. Al normalizarse los precios los falsificadores legales vendían las fábricas y propiedades con pingües ganancias.

Y empezaba todo de nuevo hasta la próxima crisis, por supuesto planificada por ellos. Se produce una paradoja: hay crisis porque hay demasiados productos y la gente no tiene dinero para comprarlos, o sea ¡los ciudadanos productores y consumidores cometieron el error de trabajar mucho y bien! Por eso tienen que morirse de hambre junto a graneros y bodegas repletos. Realidad aceptada fatalmente por todos, como borregos.

En resumen, los banqueros manejan las crisis financieras. Y si los bancos están casi todos en un solo tipo de manos, ese grupo de manos anónimas decide cuándo y cómo se vienen las recesiones y las depresiones en todo el mundo.
Porque al no poder vender los productos decomisados a los deudores que no pudieron pagar, y al haber cesantía e inflación que reducían el número de compradores, los productos robados legalmente se vendían a otros países.

De ahí a que los banqueros de un país le prestaran a otros países sólo un paso. Y así llegó el momento en que ese pequeño grupo que maneja la banca mundial estuvo en condiciones de provocar crisis que afectaran a todo el mundo.

Algunas citas que corroboran lo dicho: “Permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación, y ya no me importa quienes sean sus gobernantes” - Mayer Amschel Rothschild, creador de la perniciosa dinastía.

“Poder inmenso y despótica dominación económica están concentrados en manos de unos pocos. Este poder deviene particularmente irresistible cuando es ejercido por los que, controlando el dinero, gobiernan el crédito y determinan su concesión. Ellos suministran, por así decirlo, la sangre de todo el cuerpo económico, y la retiran cuando les conviene; como si estuviera en sus manos el alma de la producción de manera que nadie ose respirar contra su voluntad” S.S.

Pío XI en su Encíclica “Quadragessimo Anno”. Y el Papa es infalible... Es decir, todos los gobiernos son meros títeres del Money Power. Especialmente EEUU e Inglaterra ya que ambos hace mucho que entregaron la fabricación y provisión de su dinero a un grupo de banqueros, los cuales además controlan el oro, petróleo y diamantes fijando su precio y cuotas de producción. Porque se creó una fantasía: los gobiernos no pueden ni deben fabricar su dinero, sino pedirlo prestado a entidades privadas que corren con los gastos de fabricación (papel, tinta y obra de mano), pero cobran intereses por su uso; y al fijar soberanamente la cantidad que produce puede aumentar o disminuir el circulante iniciando inflaciones y deflaciones a paciere. En EEUU dicho grupo de bancos se llama Reserva Federal y en Inglaterra engañosamente Banco de Inglaterra.

Los Bancos Centrales dependen del Estado y por ende promueven el interés público, los bancos privados son comerciales y promueven el interés de sus dueños. La ‘Fed’ y el Banco de Inglaterra son 100% privados. Ergo, no pueden perseguir el bienestar de sus conciudadanos, como creen todos los ingenuos demócratas. Digamos por último que sus dueños y directores no son estadounidenses ni ingleses, ni llaman Patria a ningún país de antes de 1948.

Tal como empezamos terminaremos con una pregunta, sin dar pistas para que cada uno busque su propia respuesta: ¿QUIÉNES serán entonces las cabezas de estas 300 familias?

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Declaración de un Roto Chileno ante las fiestas patrias




Por Cristian Battaglia


Hoy se celebra la primera junta de gobierno, la misma en la que se le juró fidelidad al Rey Fernando VII. En esa junta estaban los aristócratas, mientras que los rotos les cuidábamos los fundos. Luego llegó la fiebre independentista, y ahí esos mismos aristócratas se voltearon la chaqueta e hicieron propaganda por la Independencia. Hubo una Guerra, que con intervalos pequeños de paz duró casi 4 años, y ahí los rotos estuvimos de nuevo peleando y masacrándonos entre nosotros. Lo único que nos diferenciaba era que algunos eramos patriotas y otros fieles a la corona. Llegó la Independencia y nos devolvimos a los fundos. De trabajarle al español pasamos a tener patrones chilenos. No cambió en nada nuestra situación. 

A medida que fue avanzando la historia, siempre los rotos fuimos los que pusimos el pecho a las balas. Las guerras civiles de 1830, 1851, 1859 y 1891 vieron correr nuestra sangre. Siempre defendiendo a los patrones, sin importar si eran liberales o conservadores, ambos nos explotaban. También tuvimos que ir a finarnos pal norte. A Perú nos mandaron dos veces: en 1838 y en 1879. En ambas ocasiones ni siquiera peleamos por los patrones chilenos, ahora eran oligarcas de Inglaterra a los que defendíamos. Tuvimos que matarnos con nuestros hermanos del norte, igual de rotos y pobres, solo por un odio estúpido que nos inculcaban los de arriba. Ahh, se me olvidaba, tenemos las manos manchadas de sangre mapuche, porque nosotros tuvimos que ir a “pacificar la araucanía”. Nuestros propios antepasados, nuestra sangre araucana, asesinada por las manos brutas que le sirven al patrón.

Así ha sido durante toda la historia, los rotos chilenos hemos hecho el trabajo sucio y ellos, los burgueses, se han quedado ahí, sin sufrir la amputación de una pata o algo así. Siempre le hemos servido a ellos. Aunque hemos peleado por muchos años, no hemos visto ningún rastro de aquello que denomina “Independencia”. Incluso, la patria, esa que nos dicen que amemos a toda costa, nos ha tratado como la mierda. Morimos por ella, pero cuando queremos un poco de pan, nos mata. Así fue en Iquique en 1907, cuando los burgueses de allá no soportaron ver como la rotá bajaba desde la pampa y mandaron a los milicos a asesinarnos. Así fue durante el terror momio de Pinochet y así ha sido ahora en democracia.

Los rotos no tenemos nada que celebrar, al contrario, nos da asco esta fecha. No andaremos como weones tomando chicha y vino ni comeremos asaos de mierda. Que celebren ellos, los patrones… Acá por estos lados, en el bajo pueblo, no hay ningún motivo para estar contentos.


martes, 17 de septiembre de 2013

Érase una vez ...



Por Welsung


Érase una vez un país en el que las calles que se comenzaban a teñir de rojo y gritos de odio, acicates a la lucha de clases, de materialismo y desprecio por las personas, vieron avanzar columnas de hombres vestidos de gris que cantaban canciones de honor, de valor y muerte, de felicidad de vivir la vida en forma heroica. Estos hombres avanzaron y arrollaron al fango rojo que todo lo teñía, estos hombres querían barrer también con el poder de las oligarquías y unir al pueblo en un abrazo: “fundiendo en yunque de otra vida, al hijo del palacio y al hijo del taller”.

Porque estos hombres sabían que el poder de una nación está en sus raíces y por ello invocaban las fuerzas telúricas que habían forjado a esa nación, aún incipiente, aún llena de esperanzas.

Miles eran convocados a las reuniones del Movimiento: obreros, hombres del campo, profesionales, comerciantes, industriales. La camisa gris les recordaba que eran todos iguales en cuanto a valer, y el colorido de sus vidas se proyectaba en la bandera tricolor que guarda el secreto del nacimiento de su Patria. Junto a la bandera de la Tierra que los vio nacer se alzaba la otra que anunciaba lo que venía, la bandera de la "Patria Vieja" usada por los fundadores, cruzada por un rayo. 

El rayo que cae del cielo y con estruendo anuncia la llegada de la tormenta, el desencadenar de las fuerzas naturales. Porque que el Movimiento era eso: fuerzas naturales en acción. Nada de afiebradas diquisiciones políticas o filosóficas alejadas de la naturaleza y retorcidas en las cloacas de la mente humana desviada de su curso natural, mucho de acción: Pan, Trabajo, Honor, Lealtad, Alegría, Belleza.

Al grito de ¡Jefe!, ¡Jefe!, los hombres aunaban sus corazones que palpitaban juntos al ritmo de la Patria, los brazos en alto saludaban al Jefe, al guía, que reunía en sí la voluntad de un pueblo, era el Movimiento Nacional Socialista Chileno, con sus banderas izadas en varas de coligüe como lo hicieran los hijos de Arauco más de trescientos años antes. Rostros alegres, vidas elevadas al heroísmo por la voluntad de ser. Una Patria amada por sus hijos se levantaba orgullosa para mostrar al mundo que en esta Tierra, tan alejada de todo, palpitaba el espíritu antiguo, el corazón de una estirpe indómita que despertaba después de un largo periplo de siglos.

Pero aquél fatídico día, hoy hace 75 años, todo cambió. Se unieron las traiciones, los de izquierda y derecha mostraron su verdadera cara. La traición, el asesinato, la ineficacia del Jefe. Todo se confabuló para la tragedia. La juventud de la Patria murió ese día asesinada por la legalidad de un régimen liberal, bajo la mirada asesina de la izquierda comunista.

Ya nada queda del sueño, sólo adivinar lo que pudo ser. Un país libre y orgulloso, con un destino claro en que todos tuvieran un ideal por el cual luchar. Incluso pudimos haber intervenido en la Gran Guerra. Tal vez los flancos en Stalingrado hubiesen estado protegidos por el tricolor de nuestro pabellón, siempre vencedor y jamás vencido, tal vez, tal vez...O tal vez no, tal vez igual la Gran Guerra se hubiera perdido, pero el honor de la Patria estaría a salvo.

Hoy sólo queda recordar y mirar con nostalgia ese otro camino que pudo tomar la historia. Hoy en un país donde el escudo nacional se ha cambiado por un esquema de cubos de colores estilo Lego, donde la cultura se cambió por saltimbanquis, donde la pureza del campo se trastocó y se cambió por resorts; nada se puede esperar de masas vociferantes que sólo conocen el nihilismo, por viejas mojigatas y remilgonas que todo lo dejan con ese olor nauseabundo de lo rancio, de la juventud arrasada por la droga y el hedonismo. Nada, nada, ya no queda nada.

Para empeorar las cosas cada cierto tiempo aparecen grupúsculos de enanos que pretenden vestirse con los ropajes de aquellos gigantes, pero sólo consiguen hacer el ridículo y asustar a una que otra viejecita. Nada más penoso y más lejano de la verdad que un uniforme de los viejos tiempos en esos cuerpos esmirriados y en esas mentes torcidas; nada más alejado de la verdad.


Porque ya no queda nada, porque no hay esperanza, nuestra misión es seguir marchando aunque todo se caiga a pedazos. Ya no están las banderas, ya no se escuchan los cantos, pero el ideal, la Patria está aún en nuestros corazones. La república de Chile ha muerto, que Viva la Patria.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Orígenes Étnicos del Pueblo Chileno




Por Hoffmann


Antes De La Llegada De Los Españoles

Hacia comienzos del siglo XV de la Era Común, el territorio comprendido entre el río Petorca y el canal de Chacao estaba poblado por tres grupos étnicos: los pikunche, los mapuche y los williche. Compartían ellos el idioma (mapudungún); la actual toponimia confirma lo anterior. Cómo, si no es por transmisión oral, iban a mantenerse numerosos topónimos en mapudungun hasta el día de hoy.

Sin embargo, compartir un idioma no equivale a compartir una raza. En efecto, en su "Historia de Chile", Francisco A. Encina señala asertivamente que los mapuche eran muy distintos a los pikunche y a los williche. Mediciones de las proporciones craneales mostraban claramente que los pikunche y los williche estaban emparentados, y que los mapuche tenían otro origen étnico.

Resulta verosímil la hipótesis de la invasión mapuche desde el oriente de los Andes, introduciéndose como una cuña en el territorio de un pueblo que perdió su nombre, y que por falta de otro mejor, llamaré "pikunche-williche". La vía de ingreso resulta absolutamente lógica: para pasar al occidente de los Andes, los mapuche tuvieron que buscar un punto que no estuviera tan al norte que los pasos cordilleranos fueran inoperables gran parte del año, ni tan al sur que el clima fuese inhóspito.

Se asentaron entre los ríos Bío Bío y Toltén. Adquirieron el idioma del pueblo derrotado y desplazado. Se llamaron a sí mismos "los hombres de (esta) tierra" (mapu-che) y llamaron despectivamente a los derrotados "nortinos" (pikun-che) o "sureños" (willi-che), es decir, algo así como "nosotros somos nosotros y a esos cobardes los echamos hacia el norte y hacia el sur, más allá del territorio que nuestra población puede efectivamente controlar".

La Invasión Inka

A mediados del siglo XV de la Era Común, el Imperio inka inició el avance hacia el sur. Ignoro si los pikunche habrán presentado alguna resistencia, pues no nos ha llegado esa información, pero si la hubo, no debió ser de cuidado. Así es, los inkas cruzaron el territorio probablemente hasta aproximarse al río Bío Bío y, al encontrar una resistencia más encarnizada decidieron volver marcha atrás unos 200 km y establecer la frontera en el río Maule, dejando sabiamiente ese territorio como amortiguador frente al ímpetu de los mapuche.

Pero a los pikunche no les pareció tan malo ser vasallos. Se adaptaron a la servidumbre que les impuso el inka y supongo que deben haber sentido algún tipo de orgullo al "formar parte" del Imperio. Adoptaron palabras de los inkas, olvidando las propias: guata, guagua, chacra, etc. Los inkas trajeron colonos, que deben haber actuado como "dueños de fundo".

La Invasión Española

A comienzos del siglo XVI de la Era Común se produjo la invasión española. Inicialmente se trató de la expedición de Diego de Almagro, numerosa y bien apretrechada, que buscaba los tesoros de un "segundo Perú" en estos pobres territorios. Almagro no encontró resistencia. Sólo una partida de exploración sostuvo una batalla que merece ese nombre en las cercanías de la confluncia de los ríos Ñuble e Itata, en Reinowelén, esto es, fuera del territorio mapuche. Según Encina, el territorio entre el Maule y el Bío Bío estuvo habitado por los "promaucaes", quizá un pueblo mestizo de pikunche y mapuche.

La segunda ola de españoles fue conducida por Pedro de Valdivia. Su objetivo estratégico no consistía en apoderarse de riquezas fáciles sino de expandir las fronteras del Imperio español hasta el estrecho de Magallanes, y "plus ultra", tal vez hasta el Polo Sur.

Fundó la primera ciudad (Santiago) a una distancia suficiente de los rebeldes mapuche, como base y trampolín para saltar más al sur. No olvidemos que Valdivia llegó al Mapocho en Diciembre de 1540 y recién fundó la ciudad dos meses después, es decir, tuvo tiempo (dos meses de verano) para explorar el territorio. La segunda ciudad fundada (La Serena) aseguraba la ruta terrestre con las bases peruanas y la tercera ciudad (Concepción) estaba en la misma frontera del territorio mapuche, como una cabeza de puente. Avanzó más al sur, fundó numerosas ciudades, pero todas excepto Valdivia (en territorio williche y por lo tanto en zona sin resistencia) debieron ser despobladas. La brava resistencia mapuche obligó al orgulloso español a mantenerse en la frontera natural escogida por el enemigo.

El Español

Nicolás Palacios, en su "Raza Chilena", señala y muestra argumentos que indican que una proporción importante, quizás mayoritaria, de los españoles llegados a Chile entre 1540 y 1598 eran de ascendencia germánica, principalmente visigodos. Lo anterior estaría confirmado por el carácter voluntario que tenía el servicio de la guerra de Arauco, que atraía sólo a aquellos hombres que tenían como ideales el valor, el honor, la lealtad y el sentido del deber, acordes con la identidad germánica y no con la mediterránea. Los guerreros españoles de origen visigótico habrían venido a Chile atraídos por una guerra interminable, de caracteres épicos, pero no trajeron a sus mujeres, apareándose con las indígenas con tal ímpetu que los sacerdotes católicos informaban a sus superiores que "se hacía un mayor servicio a la religión creando nuevos cristianos que el pecado que ello conllevaba". Francisco de Aguirre, refundador de La Serena, reconoció 50 hijos. Así nació el pueblo chileno.

El Error De Palacios

Palacios señala que el chileno es visigótico-araucano. Sin embargo, es imposible que el núcleo principal de la población chilena haya tenido origen en un territorio en guerra permanente. Lo verosímil es que el mestizaje se haya producido en territorio pacífico, donde los veteranos de la guerra (¿mayores de 30 años?) recibieron territorios en pago a sus sacrificios, mientras las nuevas generaciones, de guerreros más jóvenes, seguían hacia el sur.

Pero ese territorio se encontraba al norte del Bío Bío, es decir, en territorio pikunche. (¿Habrá que repetir que los pikunche apenas resistieron a los españoles, a los que combatieron una sola vez, mediante el artero ataque de Michimalonko a Santiago, siendo este derrotado por una mujer (Inés Suárez), tras lo cual volvieron a ser vasallos, cambiando de amo?).

En consecuencia, el núcleo del pueblo chileno fue español-pikunche, y en cierta proporción visigótico-pikunche. Que cada uno haga las deducciones que de aquí se infieren. Podemos sentir admiración de la valentía del mapuche pero, ¿qué podríamos sentir hacia los pikunche?

Después De 1598

En 1598 Alonso de Ribera crea el ejército permanente, lo que implica el grave hecho (desde una perspectiva racial) del término de las huestes voluntarias. Ahora el servicio de las armas se transformaba en un asunto del Estado, una función fiscal, un empleo. Las nuevas corrientes de sangre española fresca ya no podían ser atraídas por el honor, el valor, el sentido del deber o la lealtad. Chile dejaba de atraer a los visigodos. Sus descendientes mestizos, cruzados con una raza cobarde y vasalla, se seguían multiplicando en los campos, mientras que los nuevos españoles, funcionarios, comerciantes (empresarios, diríamos hoy) comenzaban a asentarse en las zonas "bien" de las ciudades.

El Pueblo Chileno

Algo en lo que no se ha reparado concierne a las proporciones de visigodos y pikunches que dieron origen al pueblo chileno. Sólo un iluso podría creer que se encuentran en proporciones similares. Los españoles de origen visigodo deben haber sido notoriamente menos numerosos que los pikunche, y la perpetuación de un grupo étnico mestizo predominantemente blanco se habrá debido a una discriminación racial instintiva. Pero ante el número mucho mayor de los pikunche, inevitablemente esta etnia se iría diluyendo.

Cuando se produjo la guerra del Pacífico, las crónicas cuentan que los escolares escapaban de hogares y colegios para enrolarse voluntarios en el Ejército. No está muy claro que los latifundistas vieran con buenos ojos la partida de sus peones, por lo que podemos suponer que los habitantes de las ciudades fueron a engrosar las poco pobladas filas del ejército, pasando de 1.500 hombres del Ejército de Línea (de carácter permanente, formado por veteranos de la guerrilla en Arauco) a unos 20.000 voluntarios tras la ocupación de Lima, en menos de dos años.

Esos voluntarios, sin duda, fueron aquellos en los que la sangre visigótica estaba menos diluida.

El Fin De La Guerra

Ya no hubo más guerras. El chileno visigótico se fue diluyendo frente a la marea pikunche. Entre sus artes no estaba el comercio, que fue quedando en manos de otros especímenes que llegaron después que estaba asegurada la calma en este territorio. ¿Cuántos empresarios de hoy llevan los apellidos de los primeros conquistadores?

Los chilenos visigóticos se fueron refugiando en su propio ghetto sin murallas, que se llama la "clase media". Arriba están los blancos no germánicos, buenos para ganar plata; abajo están los pikunche, sin plata. Ambas clases sociales (ricos y pobres) se reproducen mucho más que la clase media. Los ricos tienen mucho que repartir a sus hijos; los pobres no tienen nada que repartir, así que da lo mismo tener más y más hijos. Sólo la clase media debe hacer sacrificios y pensar detenidamente si se puede tener más de un hijo, qué decir más de dos, con lo que se asiste a la extinción de este grupo.

Nosotros

Han pasado generaciones y generaciones. El instinto de selección racial, expresado en el sentido de la belleza, pues lo bello es lo semejante a uno mismo, ha sido minado por una política de base materialista-economicista, donde escalar posiciones sociales tiene más importancia que hacer hijos bellos, fuertes, duros, puros y seguros.

El chileno de origen visigótico se va extinguiendo. Nosotros, nacionalsocialistas, somos aún conscientes de ello y de nuestros orígenes. Por eso nuestra alma entra en resonancia con los valores germánicos. Nuestra diluida sangre (una afortunada combinación de genes manifestados) nos permite escribir y leer estas palabras.



Al menos hasta hoy.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

"La dictadura real es la del capital transnacional sobre los recursos básicos"




Carlos Pérez es un hombre de bajo perfil. Prácticamente inexistente para los grandes medios de comunicación y para la opinión pública general. Sin embargo, el Profesor de Estado en Física y académico de la Universidad de Chile es una de las voces más respetadas entre las nuevas generaciones. Con formación prácticamente autodidacta ha logrado hacerse un nombre gracias a sus clases y libros contundentes y sencillos.

En el contexto de las conmemoraciones del derrocamiento del Gobierno de la Unidad Popular, Pérez fue otra de las personas invitadas a participar del proyecto Chile: 40 voces 40 años del colectivo Réplica, donde demostró que la admiración que concita, es el resultado de sus trabajos. Con una intervención clara y concisa analizó el país actual a cuatro décadas del Golpe de Estado y deslizó poderosas críticas tanto a la derecha como a los insignes representantes de la Nueva Mayoría.

En el video sostuvo que “Este tipo de conmemoraciones desplazan el problema hacía un cierto pasado que habría sido el verdaderamente grave. Contribuye a limpiar un poco la memoria y los antecedentes de los canallas que después desnacionalizaron el cobre. Ahora ellos pueden decir Nosotros estuvimos en el exilio, nosotros estuvimos en Isla Dawson”.
Agregó que “nadie es héroe para siempre. Si alguien fue héroe durante el 74 o el 75 y ahora se roba la plata, nosotros tenemos derecho a decir: muchas gracias por haber sido héroe hace cuarenta años, pero hoy usted se está robando la plata. Y ese es el caso de la continuidad democrática de la dictadura. Hay un montón de gente que va a aprovechar estos cuarenta años para mostrar sus credenciales y decir ‘Yo fui ministro de Salvador Allende, Mi padre fue asesinado por los militares’ y, sin embargo, hoy día son plenamente cómplices de la desnacionalización del país”.

Finalmente el auto de libros como Una nueva Antipsiquiatría (2012), apuntó que “La dictadura en términos materiales sigue. Lo que pasa es que la dictadura ahora se llama democracia, la dictadura ahora se llama binominal, la dictadura ahora se llama Constitución del 80. Y peor aún, la dictadura puede seguir si el binominal se arregla entre cuatro paredes, si la nueva Constitución la hacen una comisión, también entre cuatro paredes, de notables de profesores de Derecho coludidos con el interés transnacional. No, la dictadura es la banca, la dictadura siempre ha sido el capital transnacional. Los militares fueron el instrumento de la dictadura (…) La dictadura real es la capital transnacional sobre los recursos básicos”.

martes, 10 de septiembre de 2013

Sobre la obra Hispana en América




“Si tomamos como referencia el año 1810, constatamos que España dejó veinticinco universidades en América, fundada la primera poco después de pisar los españoles el continente (…) A esto hay que sumar 16 colegios mayores (…) que a veces hacían el papel de universidades (…) En este sentido ningún imperio puede compararse con el español”.

El siguiente texto es un fragmento del artículo titulado “Algunas cosas que se olvidan de España”, del economista y matemático Juan José R. Calaza, publicado en el periódico digital El Faro de Vigo (18 de agosto de 2013).

Robert Louis Stevenson fue el celebrado autor de “La isla del tesoro”, “El caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” y “El Señor de Ballantrae”. En justicia, no debemos olvidar sus cuentos y relatos cortos, menos conocidos pero no menos interesantes. En uno de ellos (The Distinguish Stranger) fantasea con la llegada a Gran Bretaña de un visitante de otro planeta, recibido honorablemente por un filósofo que le enseña todo lo digno de ser visto. El reino vegetal, representado por robustos y silencios árboles; el reino animal, simbolizado por cabizbajas vacas; finalmente, la civilización encarnada por los peatones de una ciudad. Entonces, el extraterrestre comenta “Qué gente tan rara”, respondiendo el guía filósofo “Son los habitantes de la nación más poderosa del mundo”. “Pues no lo parecen” concluye decepcionado el visitante que, definitivamente, prefiere los árboles a los ingleses.

Todo lo que se diga de bien de Inglaterra -grande por ser madre de naciones, como España- no puede ocultar, por mucho que se empecinen los de la cáscara amarga, nuestra propia obra “sin necesidad de engrandecerla hasta el cielo”, que diría Benito Feijóo, al menos a ojos de observadores cultos y objetivos. En algunos aspectos obviamente superamos a Albión y al resto de naciones europeas. Si tomamos como referencia el año 1810, constatamos que España dejó veinticinco universidades en América, fundada la primera poco después de pisar los españoles el continente.

Aunque hay cierta controversia, se considera la primera universidad fundada en América la Real y Pontificia Universidad de San Marcos, Lima, por Real Provisión del 12 de mayo de 1551, ratificada por bula del 25 de julio de 1571. En total se fundaron 25 universidades, la última -Universidad de Guadalajara, México- en 1792. A esto hay que sumar 16 colegios mayores (sin contar el de Granada, en España, para los nobles de América) que a veces hacían el papel de universidades.

En este sentido ningún imperio puede compararse con el español. En el imperio francés, la Universidad de Argel data de 1909. En el portugués, la primera de Mozambique es de 1962 (Universidade de Lourenço Marques); la primera de Angola, de 1962; en Brasil, la primera, 1913, fue la Universidade do Paraná. Hubo anteriormente una Escuela de Leyes, 1827, en São Paulo pero no fue universidad hasta 1934. En el imperio británico, las universidades de Madrás, Calcuta y Bombay (en Mumbai) datan de 1857; Sídney, de 1850; la Universidad de New Brunswick, en Canadá, es de 1785; en EE UU, The College of William and Mary fue el primer “college” en constituirse en Universidad (1779). Harvard fue fundada con anterioridad por los ingleses, 1636, pero como institución de enseñanza superior, no como universidad ¿Qué decir del imperio alemán en África y holandés en Oceanía? Y la muy culta Bélgica (que tanto admiran los federastas fracasados) no abrió ni una sola universidad en el Congo.

Incluso a Portugal le vino bien la simbiosis con España. Joaquim Veríssimo Serrão, en su monumental História de Portugal (Governo dos Reis Espanhóis, 1580-1640, Volume IV pp. 142-143) con gran corage intelectual desmonta algunos mitos : “Vai sendo tempo de destruir a imagem decadente do Portugal filipino, que a mentalidades posterior à Restauração ergueu para justificar a Dinastia Nova e que no século XIX se avolumou para barrar o caminho aos temores do Iberismo (.) Não se veja mais a Restauração como o protesto de um reino que o dominio espanhol tornara decadente. Polo contrario.”


Sí, algo de cierto debe haber en que no hicimos las cosas tan mal cuando Hipólito Taine llegó a decir: “Hay un momento superior en la especie humana: España desde 1500 a 1700.” Por supuesto, Taine no era español.

jueves, 5 de septiembre de 2013

A 75 años de la Masacre del Seguro Obrero




Más allá de las ideologías, más allá de las diferencias, siempre, SIEMPRE, deben ser recordados aquellos que luchan hasta el final por sus ideales. Aquellos que dejaron todo atrás, mujer, familia, hogar, con el fin de materializar sus ideas.

Un día como hoy, hace ya 75 años, un grupo de jóvenes idealistas chilenos, se entregó a su destino, convirtieron sus palabras en acción.

Magno ejemplo el que nos han ofrendado, considerando que hoy, nuestra juventud, se destruye entre las drogas, los juegos y la pasividad. 

Su ejemplo, al igual que el de muchos otros luchadores idealista, ha marcado a fuego nuestros corazones. El rojo de su sangre, es el fierro candente que nos permitirá hacer sucumbir las bases de este Sistema corrupto y degenerado.

Hoy, a 75 años, seguimos recordando a los mártires del Seguro Obrero.

Porque solo el olvido es muerte, su legado seguirá siendo inmortal en todos aquellos que, día a día, luchamos contra este Sistema asqueroso y opresor.


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Stratega

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El Nacismo antes del 5 de Septiembre




Por Alexis López Tapia


En el día del aniversario de la Batalla de Maipú, el 5 de abril de 1932, un año antes de que en Alemania Adolf Hitler fuera electo Canciller del Reich, se fundó en Chile el Movimiento Nacional Socialista, M.N.S.

Su "Declaración Fundamental" señalaba que estaba formado "por aquellos que no creen ni en el capitalismo ni en el comunismo, sino que se proponen armonizar y unir en un solo haz los intereses divergentes de la clases sociales".

Entre las propuestas programáticas del Movimiento, se incluía el reemplazo del sistema representativo propio del liberalismo por uno de corte gremial; la igualdad de derechos políticos para ambos sexos; el control estatal de la economía; la socialización de la Banca y la supresión del interés; la socialización de las empresas de utilidad pública; la expropiación de los latifundios y el fomento de la natalidad en el pueblo, entre otras medidas. En su acción política posterior, el Partido sería el primero en proponer un impuesto especial a la explotación del Cobre por las Compañías Norteamericanas, en lo que sería el primer paso hacia la nacionalización de este recurso.

A los dos meses de fundado, un golpe militar da origen a la llamada "República Socialista". Ante ello, el M.N.S. precisa las diferencias con el socialismo dialéctico-materialista de tipo marxista y rechaza el golpe de fuerza.

No obstante, más tarde, una vez restaurada la legalidad democrática, será el M.N.S. el único en defender al Ejército, que era blanco de todas las críticas de la clase política, en medio de un clima abiertamente antimilitarista.

Desde muy temprano el Movimiento se vio forzado a tomar distancia con el Nacionalsocialismo Alemán, si bien reconocía su génesis a partir del mismo.
Esto estaba justificado desde al menos dos posiciones.

Por una parte, el Nacismo Chileno poseía variables ideológicas que le hacían ser ciertamente diferente al Nazismo alemán, específicamente al Hitlerismo, como visión particular del fenómeno ideológico que se generó en Alemania.

Por otra, la posición de Chile en el concierto sudamericano, a la sombra de los EE.UU. no permitía un abierto apoyo a las potencias del Eje -por lo que fácilmente podía acusársele de "quintacolumnista", fenómeno que ciertamente se polarizó al comenzar la guerra en Europa.

En este sentido, podemos afirmar que de algún modo, el Nacismo Chileno fue más claramente Nacional Socialista que el Nazismo alemán, al menos en lo que respecta a la orientación hitleriana de este último.

Ambos perfiles ideológicos, no obstante, poseían demasiados paralelos como para pretender que hayan sido enteramente diferentes. En términos estrictamente ideológicos, el Nacionalsocialismo es una cosmovisión en la que perfectamente cabían las expresiones alemanas, chilenas y del resto de los países en que la ideología tuvo expresión política.
Sin embargo, ya en 1932 González von Marées replicaba a los que acusaban al Movimiento de replicar al hitlerismo.

No pretendían los nacistas ser originales, puesto que la "cultura criolla" era un apéndice de la cultura europea; los propios partidos históricos eran un reflejo de las ideologías de Europa. De lo que se trata, decía, es de adaptar el fondo de universalidad del fascismo a las necesidades de nuestra raza. Y describía así el fondo de universalidad:

"(El fascismo) encarna la reacción espontánea y natural de los pueblos contra la descomposición política producida por el Estado democrático-liberal. Significa el triunfo de la gran política, o sea, de la política dirigida por los pocos hombres superiores de cada generación, sobre la mediocridad, que constituye la característica del liberalismo; significa también el predominio de la sangre y la raza, sobre el materialismo económico y el internacionalismo.

En este sentido somos fascistas, sin que ello signifique, por ningún motivo, que pretendamos copiar el fascismo italiano o el hitlerismo alemán" (...) Fuerza del espíritu, de la sangre y la raza, reacción contra el liberalismo y el marxismo.

Esto es, en esencia, lo que se ha llamado 'fascismo' y que puede adquirir múltiples formas nacionales y cobijarse en los más diversos nombres: fascismo italiano, nacionalsocialismo alemán, integralismo brasileño, APRA peruano, Partido Nacional Revolucionaria de México, Nacismo Chileno... (Respecto a estos tres últimos grupos) su doctrina fundamental es la misma. Y al respecto, González ironizaba sobre los afanes de originalidad del APRA, que no obstaba a que fuese 'el legitimo movimiento fascista del Perú'." (A1).

La diferenciación que von Marées señaló tan explícitamente, terminó por transformarse en abierta contradicción y final oposición con el tiempo.

Este fenómeno se extendió y radicalizó después de la masacre del seguro obrero, al transformarse el M.N.S. en la Vanguardia Popular Socialista (V.P.S.), al punto que los sobrevivientes y muchos de los adherentes a ese movimiento que quedan vivos, reniegan hasta hoy del Nacional Socialismo.

Este es un lamentable y aún no solucionado error de interpretación ideológica que ha ensombrecido y distanciado la relación de los antiguos militantes con las nuevas generaciones y que al parecer no será fácilmente solucionado. En especial, porque la mayoría de los jovenes adherentes a estas ideas no tienen suficientemente claro el significado estricto del nacionalsocialismo, y, aún más, habitualmente lo ignoran.

En 1933 se comienza a publicar el diario oficial del Movimiento, llamado simplemente "Trabajo".

Ese año tiene lugar el primer enfrentamiento de las T.N.A. -Tropas Nacistas de Asalto-, con las Milicias Comunistas, en ocasión de un acto del M.N.S.

En Alemania, por su parte, el 30 de Enero, a los 43 años de edad, Adolf Hitler presta juramento como Canciller del Reich. Ha nacido el Tercer Reich.

Ese mismo año, el sionismo internacional declara la guerra a Alemania, publicando la resolución en la portada del diario inglés "Daily Express", con el titular "Mundo Judaico declara la Guerra a Alemania", imponiendo un boicot general a los productos alemanes.

La guerra económica contra el Nacional Socialismo comienza seis años, cinco meses y ocho días antes del inicio de la guerra armada.

En Chile, durante 1934 el Movimiento comienza a hacerse fuerte en las Universidades, especialmente en "la Chile", donde se opone a la acción de sus rivales que pretendían impedir sus acciones de propaganda. Por su parte, el gobierno comienza la seguidilla de actos represivos contra el Movimiento, impidiendo la distribución del diario "Trabajo". En Alemania, a la muerte del anciano canciller Hindemburg, hitler asume como Führer del Reich.

Mientras en Santiago se fundaba el M.N.S., en el sur del país los descendientes de alemanes, que habían sido declarados ciudadanos Alemanes de pleno derecho por el Gobierno del Reich, se integraron a las estructuras que el N.S.D.A.P. creó para los alemanes en el extranjero, los denominados Auslander. De este modo, ya en 1932 se habían formado los primeros núcleos N.S.

En 1935 cae en Chile el primer mártir de la causa Nacional Socialista, Pablo Acuña.

En 1936, el M.N.S. comienza a obtener importantes triunfos en las Universidades. En la Federación de Estudiantes de Chile, Fech, el Nacismo obtiene alrrededor de un tercio del total de votos, superando a la derecha y los radicales, siendo aventajado sólo por la coalición de izquierda. Ese año también celebra un "Congreso Agrario" en Temuco.

Finalmente, presionado por las acusaciones de estar favoreciendo la actividad de espionaje del Eje en Chile, el M.N.S. declara la incompatibilidad entre la militancia en sus filas y la adhesión al "Jugendbund", la asociación patriótica germánica (A).

En Alemania se celebran las Olimpíadas, en un marco arquitectónico especialmente diseñado por el gobierno Nacional Socialista. Se constituye el "Eje Roma-Berlín". En España, comienza la Guerra Civil que llevará a Francisco Franco al poder.

En 1937, el Nacional Socialismo Chileno obtiene su primera victoria electoral, siendo elegidos tres diputados nacistas: Jorge Gonzáles von Marées, Fernando Guarello Fitz-Henry y Gustavo Vargas Molinare, con casi 15.000 votos -el 3,5% del total-, un resultado extraordinario si se considera que el Movimiento era el más jóven de los nuevos partidos y podía crecer aún más. En las mismas elecciones, el Partido Comunista obtuvo 17.162 votos (4,2%) y seis diputados; el Partido Agrario (que más tarde llegaría al poder como Partido Agrario-Laborista) logró un 2,3%, y el Partido Socialista un 11,2% (en las elecciones anteriores obtuvo sólo un 2,6%).

Durante esta época tanto el Nacismo como los demás partidos políticos constituyeron grupos de choque uniformados. Las "T.N.A." tenían sus similares en las "Milicias Comunistas", y en las "Milicias Republicanas", a las que respaldaba el Gobierno. Era una época de partidos con uniforme, de acciones de lucha callejera y un alto grado de violencia política civil, que se encontraba legitimada por la supuesta amenaza a la legalidad que suponía la actitud de las Fuerzas Armadas.

Podemos suponer que -de no haber mediado la Masacre del Seguro Obrero-, además de que Gustavo Ross Santa María hubiera ganado las elecciones, el Movimiento Nacional Socialista habría continuado creciendo en militancia y representación parlamentaria. Ello queda sugerido tanto en el aumento de las votaciones que señalamos con anterioridad, como por los éxitos que en Europa estaba obteniendo el Nazismo alemán. Efectivamente, el 13 de marzo se lleva a cabo el "Anchluss", la anexión de Austria a Alemania. Posteriormente, el 1 de octubre, Alemania anexiona los Sudetes.

Estos éxitos de la política exterior germana, sumados a la polarización creciente en Europa, habrían incidido en Chile fortaleciendo al M.N.S., aún más si consideramos que en 1939 se consolida en Gobierno de Franco, y que hasta septiembre de ese año existe la posibilidad de que la guerra no se desarrolle.

La Alemania de Hitler no sólo no era mal considerada, sino que tenía abiertos y decididos partidarios entre los países sudamericanos que veían en ella un posible oponente a la hegemonía de Estados Unidos sobre el continente. El caso de Argentina al respecto es esclarecedor.

Ciertamente, el papel de un M.N.S. en la política chilena hubiera sido determinante una vez iniciada la guerra y de no mediar el 5 de septiembre. Con la instauración de la red de espionaje de Von Bohlen, en 1941, y considerando un Ross ganador en las elecciones del '38, el ambiente hubiera sido propicio para cualquiera que quisiera desestabilizar al régimen y apoyar al Eje. Clave hubiera resultado, nuevamente, el papel de Ibáñez, y en estas condiciones un golpe como el que intentaron los jóvenes nacistas el '38, hubiera tenido muy distinto destino a contar del 39'. Pero, esto es sólo elucubración.


Lo efectivo es que Alessandri logró detener el avance del Nacionalsocialismo en Chile muy a tiempo. En 1938 se eliminó no sólo a un grupo ejemplar de jóvenes chilenos: se cambió el curso de la historia del país en una época de cambios políticos profundos, que marcarían el devenir de la historia de Chile durante el presente siglo.