Por Gregor Strasser
Nosotros somos Socialistas,
enemigos mortales del sistema capitalista actual y sus modos económicos de
explotación, con su injusticia del sistema de asalariados, con su inmoral
valoración del ser humano según sus propiedades y riquezas en lugar de según su
servicio y responsabilidad. Nosotros estamos decididos a destruir este sistema
del modo que sea necesario.
Y respecto a esto, no es en
absoluto suficiente el substituir un sistema económico por otro – sino
que lo que es absolutamente necesario por encima de todo es un absoluto cambio
de mentalidad. La mentalidad que debe ser superada, es la mentalidad
materalista. ¡Debemos alcanzar una mentalidad económica totalmente nueva! –
un pensamiento que se libere de los conceptos actuales, cuyas raíces se
hallan en el dinero, la posesión, la rentabilidad y una falsa idea del éxito.
Es característico del marxismo, el falso socialismo, que su orden de ideas sea
exactamente el mismo que el del capitalismo, por ello los considero desde hace
algunos años y ya para siempre a ambos unidos en espíritu, sólo diversos en su
diseño. El Socialismo Nacional, directamente originario de la vida
orgánica, destruye las mentirosas palabras de una teoría ajena al mundo
así como también los conceptos sin vida de una moribunda civilización.
Nosotros debemos aprender, que
en la economía de un pueblo la cosa no depende de la rentabilidad, ni del
beneficio, sino sólo y exclusivamente de la cobertura de las necesidades
de cada uno de los miembros de ese pueblo. Ésta y no otra cosa es la tarea de
la economía de la Nación. Nosotros debemos aprender que los conceptos
como “economía mundial” – “balanza de pagos” – “nivel de exportaciones”, son
únicamente conceptos de una época que se apaga, que desde ya hace demasiado
tiempo llevan hacia el absurdo, pues chocan directamente contra lo que hay de
eterno en la vida orgánica, que ha nacido EXCLUSIVAMENTE de
especulaciones y no de la TIERRA. También debemos aprender que es un
engaño, cuando la producción especuladora crea necesidades artificiales,
ficticias, mediante reclamos y estímulos – esto es una burla al trabajo de las
personas y sus vidas.
La excitada avidez acrecienta
las exigencias, las acrecentadas exigencias multiplican la esclavitud humana,
la cual es una esclavitud mental que ha tomado posesión de la vida en el lugar
del alma. ¿Qué saben todavía los hombres actuales sobre lo que significa
vivir? Ellos corren y se ajetrean, se torturan, se esfuerzan, se esclavizan
como los remeros de las galeras – todo para llevar una vida cuya vacuidad, cuyo
vacío, es indescriptiblemente cruel. Y la cuestión no es relativa al excedente
(sobreproducción), tal y como afirma el marxismo, sino al alma de las
personas. Y la producción, la economía, tiene aquí sólo una tarea: cubrir
las necesidades económicas de cada persona del pueblo, y la negación de los
bienes que sólo existen a causa de necesidades artificialmente creadas, con la
negación también de la esclavitud de la “Rentabilidad y Beneficio”.
¡Nosotros debemos aprender que
el trabajo es más que la propiedad, que el servicio es más que el dividendo! Es
la más funesta herencia del sistema económico capitalista, el que la medida del
valor de todas las cosas sea el dinero, la propiedad, la posesión. El
hundimiento, la disolución de los pueblos es la consecuencia directa del uso de
esta falsa escala de valores, pues la elección según las propiedades es el
enemigo mortal de la raza, de la sangre y de la vida auténtica. Nosotros nunca
hemos dejado duda alguna en que nuestro Socialismo Nacional rompe
con este privilegio de la posesión y que la liberación del trabajador
alemán debe extenderse en su participación en la ganancia, su
participación en la propiedad y su participación en el servicio. Pero
significaría volver a usar la vieja vara de medir si lo dejásemos aquí y no se
iniciara también la necesaria revolución de las mentes, que nos libere de la
mentalidad del sistema materialista actual. Nosotros ponemos
conscientemente el valor del servicio por encima del valor de la
propiedad, ¡el valor del servicio es el único valor que realmente reconocemos!
Nosotros ponemos el servicio en el punto central y no los dividendos. ¡Del
mismo modo consideramos que la responsabilidad es la coronación de las
aspiraciones humanas, nunca las riquezas o el lujo! Esta es la nueva
cosmovisión, la nueva religión de la economía y con ella se establecerá el
final del cruel gobierno del becerro de oro y las diferencias de los seres
humanos y de los derechos – serán sólo las diferencias del servicio,
diferencias en el grado de responsabilidad; diferencias, en fin, que provienen
de Dios y son sagradas.
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