sábado, 2 de noviembre de 2013

Los filisteos y su mundo aparente de realidad




Por Welsung


Cuando la calidad de la sociedad pueda sustituir a la cantidad, entonces merecerá la pena vivir aunque sea en el gran mundo; pero mil filisteos puestos en montón no producen un hombre de talento. En soledad, allí el imbécil filisteo cubierto de luto, suspira aplastado por el fardo eterno de su miserable individualidad, la vida del necio es peor que la muerte no deseada.

La razón de que los espíritus limitados estén expuestos al tedio, al hastío, es que su inteligencia no es absolutamente otra cosa que el intermediario de los motivos para su voluntad.

El filisteo es el hombre que, a causa de la medida estricta, suficiente y normal de sus fuerzas intelectuales, no posee ninguna necesidad espiritual; son personas constantemente ocupadas, con la mayor seriedad del mundo, de una realidad que no es tal.

El filisteo no podrá entender nunca el lenguaje olvidado. Ni ver las hadas, y temerá cuando a su alrededor dancen ninfas y sátiros. Pues el cigarro, como el supuesto necesario, como la filosofía, como la universidad, como la antropología, son, también, un sustituto voluntario del pensamiento.   

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