Por Carlos Salas
Financial Times empezó
hace unas semanas una serie de reportajes titulada “La crisis del capitalismo”.Le
Monde publicaba en las mismas fechas un especial sobre Marx con
las palabras: ¡Marx no ha muerto!The Economist titulaba ‘Rabia
contra la máquina’, un reportaje en octubre sobre las protestas mundiales
contra el capitalismo. Y decía: “La gente tiene razón en estar cabreada”.
Klaus Schwab, el
presidente del Foro Economico de Davos decía hace poco en una entrevista.
“El capitalismo en su forma actual ya no encaja en este mundo”. Y añadía: “Está
un pelín anticuado”.
Jordi Evole triunfa
con sus programas sobre qué
mal lo ha hecho el capitalismo y cómo los banqueros han jugado con nuestro
dinero. El otro día se convirtió una vez más en una tendencia en las redes
sociales.
Hace diez años nadie dudaba que
el capitalismo era la bestia triunfante. Tenía fama dispar, pero
era más eficaz que cualquier otro sistema económico. Eso
tapaba cualquier boca.
Ahora, uno hace esta pregunta a
un banquero, a un empresario, a un broker, a un periodista, a un creyente del
mercado, a un político, a un parado, a un autónomo, a los entrevistados de
Jordi Evole, y todos responden: el capitalismo está lleno deagujeros.
Vaya pifia.
Un documental que narra estos
agujeros se ha hecho famoso. Inside Job. Arrasó en los cines.
Atacaba a la banca de inversión, a las escuelas de negocios, al tinglado
bursátil. Pero era tan elocuente que los padres banqueros se lo recomendaban a
sus hijos. Los estudiantes de las escuelas de negocios lo comentaban en los
recreos. Hace poco El País repartió un DVD por 1,5 euros
junto a la edición del finde. Inside Job se agotó.
También hemos visto una
película titulada Margin Call, donde actores de primera línea
aparecen hundidos hasta las cachas en la porquería de una firma financiera que
desata el caos bursátil. No se entiende bien el guión. Pero se entiende que eso es
malo.
Eso es
el capitalismo.
Ya lo hemos asumido: el sistema
ha fallado.
Ahora llega la hora de
los profetas que claman en la plaza pública por un nuevo advenimiento.
¿Cómo nos pintan ese futuro? ¿Cuáles son sus soluciones?
Voy a definirlos.
- Los Correctores: son
aquellos que piden un capitalismo con controles. Están aquí los gobiernos y
economistas que pretenden regular los desmanes, como por ejemplo, las ventas a
corto (esa forma de vender algo sin tenerlo). También quieren limitar los
salarios y los bonus de los ejecutivos de las empresas o bancos que han
recibido ayudas estatales, y supervisar a los brokers que hacen High Speed
Trading. Problema: la imaginación creativa de los inversores es más
rápida que la capacidad de los estados de legislar.
- Los Mister Hyde: se
lo pasaron en grande actuando como el Doctor Jekyll, y disfrutando
del capitalismo desenfrenado pues la economía crecía sin parar y había dinero
para endeudarse hasta las cejas. Ahora, han cambiado de piel a Mister Hyde y
escriben tribunas o gritan desde los mítines que el neoliberalismo
capitalista ha fallado, que los bancos nos estafaron y que ha llegado la hora
de las respuestas socialdemócratas. Problema: tuvieron su oportunidad para
evitarlo, ¿lo van a hacer ahora?
- Los Hooligans: les
importa un bledo si el sistema ha fallado. Creen en ladestrucción
creativa, es decir, de vez en cuando todo tiene que destruirse para nacer
de nuevo más poderoso. Que se mueran los feos, perdón, los inadaptados. Viva la
mano invisible del mercado a toda costa. Mueran los estados. Problema:
desgraciadamente, tienen mucho poder y siguen presentes por doquier.
- Los Morlocks: estaban
en sus cuevas subterráneas lamiéndose las heridas durante años. Eran aquellos
que odiaban a los bellos habitantes de la superficie que prosperaban. Odiaban
a los empresarios. Odiaban a los beneficios. Odiaban el comercio. Ahora,
¡han vuelto! Destapan a filósofos del siglo XIX para decirnos que hay que
volver a la negrura del submundo. ¿Problema? Tranquilos, solo van a dar un poco
la lata pero su tiempo ya pasó.
Casi todos estamos entre los
Correctores y los Mr Hyde. Hicimos las cosas mal.Pero ahora no nos
ponemos de acuerdo en cómo hacer las cosas bien. Es nuestro karma. Tenemos que
atravesarlo. Pero esperemos que esto nos sirva para aprender a hacer mejor las
cosas… por lo menos durante varios años. Luego, la bestia volverá a rugir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario