jueves, 7 de junio de 2012

El Camino del Héroe





Por Svalvard

La vocación natural hacia lo heroico por lo heroico es propia de raza aria, es decir, única y exclusiva del hombre blanco, excluyente hasta el punto de escapar del alcance mental y sobre todo espiritual de otras razas ajenas a la nuestra, estas almas arden inconteniblemente debido a una fuerza creadora que busca incansablemente el “realizar” del propio “Hombre Interior”, este hombre posee las características como lo son el liderazgo, el mando, la conducción de hombres abocados y guiados igualmente por esta vocación, sin embargo, el que guía posee un desarrollo por encima de los guiados, a florecido en él la más pura esencia de un líder, el carácter, el que se alza por sobre la educación impartida en colegios y universidades, puesto que de su boca y reflejado en sus actos sólo emana sabiduría pura, muchas veces incomprensibles para el vulgo judaizado, es decir, para las catervas de zombies involucionados  hasta la prehistoria espiritual, alejados de la superación propia de este Hombre blanco.

El mando tiene como objetivo educar, formar, desarrollar, instruir y conducir a un “tipo de hombre” absolutamente distinto a todos los demás y a quién se le lleva a hacerse “consciente” de su “alma superior”, este resulta ser un llamado a cumplir con el servicio lúcido, fiel e impecable de la sacra sangre que corre como fuego en las venas, al modelo heroico-marcial.

La sangre es el alma, en consecuencia, la Raza lo define y decide todo en la vida de los individuos y de los pueblos, de aquí se desprende que la igualdad no existe y su pregonación sólo busca la destrucción del linaje, de la vida del héroe y su estirpe, disfrazados como blancas ovejas intentarán desviar nuestro camino hacia el matadero de Sion, preparado para Raza de Señores, sin embargo, olvidan que “En este mundo de ovejas, nosotros preferimos ser lobos”, escapando de las garras de lo corrupto y luchando por preservarnos.

La “religión” del “Hombre Heroico” debe ser su propia vida, en consecuencia, su vida es su religión digna de ejemplo, de entrega y de lucha, a esta relación se somete abiertamente el hijo del rigor, puesto que la búsqueda es ardua e incansable hacia aquella superación irrefrenable reservada exclusivamente al hombre blanco, este busca en lo más profundo de su ser la perfección, puesto que en esencia es perfecto, aún cuando aquél libro llamado Biblia nos diga que nadie es perfecto, puesto que esto es una perfecta mentira y sus predicadores los perfectos mentirosos. Esta vida ejemplar sirve de parámetro para los otros hombres llamados a la superación por medio de su sangre.

El Héroe siente un llamado que lo impulsa a llevar su vida y actuar por un camino reservado para la exaltación de lo supremo, donde el “Ser Interior” dicta: “Afirmación de lo heroico por lo heroico”, y ello se vive así: Toda la vida no es más que una lucha, no es más que implacable rigor, no es más que una severa autoeducación educando así a los demás con su ejemplo personal, no es más que servicio, no es más que un constante aprender a morir, de tal forma de vencer el ego personal y el yo egocéntrico.

Nuestro espíritu es aristocrático, es tremendamente exigente para con el Hombre heroico, el sentido del honor, virilidad, orden y disciplina emergen como rasgos esenciales del Superhombre en su pensar y sentir. 
       
El hombre heroico debe alejarse de “la felicidad de los débiles” y matar a “el judío que llevamos dentro”, el cual ha sido enquistado en nuestras vidas por la educación, la iglesia, la prensa, la familia, en definitiva todo lo mundano y abyecto. Sólo la fidelidad a la espiritualidad de lo heroico nos enseña a perpetuar  los valores superiores de su mundo, su ética, por ende nuestro mundo, nuestra ética.
       
El Dios de los Héroes blancos, no es el de sinagogas, mezquitas, ni iglesias tampoco es timorato, contradictorio, ni vengativo, sino que es fuerte, justo y supremo nos heredó la lucha y mora en nuestras almas sin intermediarios, ni librillos de por medio, sólo él y nosotros en manifiesta interacción fusionada, para así perpetuar al Guerrero Eterno y Vivo. 
       
Todas las respuestas a nuestras preguntas viajan por nuestras venas, se anidan en nuestras almas, se exteriorizan en nuestro honor y se inmortalizan en nuestra lucha.

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